El déficit comercial de EE. UU. se amplió bruscamente en julio, aumentando más de un 30 por ciento mientras las importaciones de bienes de capital se disparaban a niveles récord, lo que señala una demanda interna resiliente y una inversión empresarial más firme.
El déficit total de bienes y servicios creció un 32.5 por ciento, hasta 78.3 mil millones de dólares, informó el Departamento de Comercio el 4 de septiembre. Las importaciones aumentaron un 5.9 por ciento, hasta USD 358.8 mil millones, mientras que las exportaciones apenas subieron un 0.3 por ciento, hasta USD 280.5 mil millones, lo que dejó el déficit de bienes un 21 por ciento más alto que en junio, en USD 103.9 mil millones.
Reducir los déficits comerciales es un objetivo central de la agenda política del presidente Donald Trump, junto con el impulso para reindustrializar la economía estadounidense. Si bien las cifras del déficit comercial de julio socavan el primer objetivo, los detalles sugieren un impulso para la manufactura.
Las importaciones de bienes de capital aumentaron en USD 4.7 mil millones hasta un récord de USD 96.2 mil millones, impulsadas por la entrada de computadoras, equipos de telecomunicaciones y maquinaria industrial. Los suministros y materiales industriales crecieron en USD 12.5 mil millones, incluyendo un aumento de 9.6 mil millones en oro no monetario. Los economistas señalan que estas categorías están estrechamente ligadas a la inversión empresarial, ya que representan herramientas, equipos y materias primas utilizadas para ampliar la capacidad de producción.
“El mayor número de importaciones refleja una mayor demanda empresarial de inversión de capital. Se proyecta que los gastos de CapEx aumenten significativamente este año en lo que respecta a inversiones tanto en infraestructura como en tecnología”, dijo Dan Varroney, presidente y director ejecutivo de Potomac Core, una firma de consultoría especializada en temas comerciales, en una declaración enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
“Por ejemplo, la nueva 'Gran y Hermosa Ley' del presidente Trump está diseñada para que las empresas inviertan desde el inicio”, continuó Varroney. “La disposición de depreciación inmediata al 100 por ciento es una bendición para los fabricantes. Es un acelerador para las pequeñas empresas en el ámbito manufacturero, y podemos esperar ver una fuerte inversión en este sector”.
En múltiples estudios, las importaciones de bienes de capital han sido identificadas como una fuente importante de crecimiento para la economía de EE. UU., mientras que las reducciones en las importaciones tanto de bienes de capital como de suministros industriales se han vinculado a impactos negativos tanto en la producción como en el empleo.
Algunas investigaciones también sugieren que los déficits comerciales generales no cuentan toda la historia. Como señalaron economistas de la Reserva Federal de Dallas en una nota reciente, “los déficits comerciales pueden reflejar una fuerte inversión” y pueden “facilitar una mayor inversión de la que de otro modo podría darse o mitigar los costos para el sector privado de la expansión fiscal”.
Mientras tanto, junto con el aumento de las importaciones de bienes de capital y suministros industriales, los datos comerciales de la Oficina de Análisis Económico también mostraron descensos en algunas categorías de bienes de consumo. Por ejemplo, las importaciones de autos y autopartes cayeron USD 1.4 mil millones en julio, aunque las ventas de autos en EE. UU. en general aumentaron un 8.7 por ciento ese mes, lo que sugiere que los productores nacionales podrían estar desempeñando un papel mayor en satisfacer la demanda.
Parte de la fortaleza de las importaciones podría reflejar compras adelantadas ante la expectativa de aranceles, un patrón señalado por analistas en los últimos meses. Pero otros indicadores refuerzan la imagen de una inversión más sólida. Los pedidos de bienes de capital no destinados a defensa, excluyendo aeronaves —un indicador clave del gasto empresarial— aumentaron un 1.1 por ciento en julio, según un informe separado de la Oficina del Censo.
S&P Global añadió un tono optimista, al informar esta semana que la actividad manufacturera de EE. UU. creció en agosto a su ritmo más rápido en más de tres años. Su índice de gerentes de compras subió a 53, el nivel más alto desde mayo de 2022.
“La manufactura estadounidense estuvo en auge durante el verano”, dijo Chris Williamson, economista jefe de negocios en S&P Global Market Intelligence, en un comunicado. “Los últimos tres meses han registrado la expansión más fuerte de la producción desde la primera mitad de 2022, con una aceleración en agosto en medio de un aumento en las ventas”.
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