Dos presuntos alborotadores fueron detenidos por lanzar cócteles Molotov a los agentes durante los disturbios ocurridos en Los Ángeles el pasado fin de semana, según anunció el miércoles el Departamento de Justicia (DOJ).
Emiliano Garduno Galvez y Wrackkie Quiogue se enfrentan a cargos federales por posesión de un artefacto destructivo no registrado, que conlleva una pena máxima de 10 años de prisión federal, según informó el DOJ en un comunicado.
Aunque el DOJ dijo que tanto Quiogue como Galvez son residentes del sur de California, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) detuvieron a Galvez, un inmigrante ilegal con antecedentes penales, según informó el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado el 11 de junio.
El comunicado del DHS añadió que Galvez "fue acusado de intento de asesinato", aunque la denuncia del DOJ solo dice que se enfrenta a cargos de posesión de un artefacto destructivo no registrado.
Las autoridades afirmaron que Galvez había sido deportado anteriormente de Estados Unidos y tenía antecedentes penales. Según el DHS, fue detenido por el Departamento de Policía de Anaheim por hurto mayor y por el Departamento de Policía de Long Beach por conducir bajo los efectos del alcohol (DUI) en 2024.
"Este es el tipo de inmigrantes ilegales criminales que los manifestantes luchan por proteger. Si levantas una mano contra un agente del orden, serás procesado con todo el peso de la ley", dijo la subsecretaria de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, en el comunicado.
El 6 de junio estallaron protestas, disturbios y manifestaciones generales en Los Ángeles en respuesta a las operaciones del ICE de la semana pasada contra varias empresas de Los Ángeles. El zar de la frontera de la Casa Blanca, Tom Homan, dijo a NewsNation que, al menos en un caso, ICE y otros agentes federales estaban ejecutando órdenes de detención durante una investigación sobre lavado de dinero, evasión de impuestos y fraude aduanero.
Durante el fin de semana, Trump firmó un memorándum para enviar a la Guardia Nacional y, dos días después, las autoridades confirmaron que se enviaría un batallón de 700 marines estadounidenses a Los Ángeles para sofocar los disturbios y proteger los bienes federales en la ciudad.
Las medidas provocaron críticas del gobernador de California, Gavin Newsom, y otros demócratas del estado, que acusaron al Gobierno de aumentar el miedo con el despliegue militar y argumentaron que el ICE actúa de forma indiscriminada contra la población.
El martes, el fiscal general de California, Rob Bonta, presentó una demanda contra la administración Trump para que se cancele el despliegue de la Guardia Nacional y los marines. Más tarde ese mismo día, un juez federal denegó la solicitud de California de una orden de restricción temporal inmediata para el envío de tropas a Los Ángeles.
Los agentes de ICE intensificaron sus esfuerzos en las últimas semanas para cumplir la promesa de Trump de alcanzar un nivel récord de deportaciones, una política con la que hizo campaña durante las elecciones de 2024. Funcionarios de la Casa Blanca, entre ellos el asesor Stephen Miller, han dicho que quieren aumentar las detenciones de inmigrantes ilegales a 3000 al día.
Trump dijo en una publicación en Truth Social el 11 de junio que la administración de Newsom ha sido "incapaz de proporcionar protección de manera oportuna cuando nuestros agentes del ICE, que son GRANDES patriotas, fueron atacados por una turba fuera de control de agitadores, alborotadores y/o insurrectos".
"Si nuestras tropas no hubieran entrado en Los Ángeles, ahora estaría ardiendo en llamas, igual que ardieron muchas de sus casas. ¡La maravillosa gente de Los Ángeles tiene mucha suerte de que tomara la decisión de entrar y ayudar!", escribió en otra publicación.
Newsom afirmó que el envío de tropas por parte de Trump empeoró las tensiones.
"Donald Trump desplegó más de 700 marines activos—hombres y mujeres entrenados para el combate en el extranjero, no para tareas de orden interno. Honramos su servicio y su valentía. Pero no queremos que nuestras calles sean militarizadas por nuestras propias Fuerzas Armadas. Ni en Los Ángeles. Ni en California. Ni en ningún sitio", escribió en una publicación en X.
Por otra parte, el gobernador también dijo que las personas que inciten a la violencia o participen en disturbios en la ciudad serán consideradas responsables y que no se permitirá ese tipo de comportamiento.
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