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El cáncer de próstata es una enfermedad en la que crecen células anormales en la glándula prostática, que en ocasiones se extienden a otras partes del cuerpo. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)

El cáncer de próstata es una enfermedad en la que crecen células anormales en la glándula prostática, que en ocasiones se extienden a otras partes del cuerpo. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)

Cáncer de próstata: 1 de cada 8 hombres está en riesgo, estos son los signos de alerta

El cáncer de próstata es uno de los tipos de cáncer más comunes en los hombres, y el riesgo aumenta constantemente con la edad

SALUDPor Mercura Wang
15 de agosto de 2025, 3:26 p. m.
| Actualizado el15 de agosto de 2025, 3:27 p. m.

Aproximadamente 1 de cada 8 hombres desarrollará cáncer de próstata a lo largo de su vida. Esta enfermedad común se desarrolla en la glándula prostática y afecta a millones de hombres en todo el mundo, especialmente a los mayores de 50 años.

Afortunadamente, es uno de los cánceres más curables cuando se detecta a tiempo. Dado que el cáncer de próstata en fase inicial no suele presentar síntomas apreciables, la detección precoz es fundamental.

Existen diversas opciones de tratamiento, entre ellas cambios en el estilo de vida, que pueden ayudar a controlar la enfermedad y mejorar los resultados.

El cáncer de próstata puede progresar desde estar confinado a la próstata hasta propagarse a tejidos cercanos, ganglios linfáticos u órganos distantes. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock).El cáncer de próstata puede progresar desde estar confinado a la próstata hasta propagarse a tejidos cercanos, ganglios linfáticos u órganos distantes. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock).

¿Cuáles son los tipos y etapas del cáncer de próstata?

El cáncer de próstata se divide normalmente en varios tipos principales, siendo el adenocarcinoma el más común, con más del 90 por ciento de los casos.

El cáncer progresa a través de varias etapas, desde la etapa temprana —limitada a la próstata— hasta la etapa avanzada, lo que significa que se ha extendido a otras partes del cuerpo. Cuando se detecta en las etapas 1 y 2, los resultados del tratamiento son generalmente excelentes.

- Etapas 1 y 2: El tumor se encuentra en su fase inicial y permanece confinado dentro de la próstata.

- Etapa 3: El tumor ha crecido más allá de la próstata, pero aún se limita a los tejidos cercanos, lo que lo convierte en una etapa localmente avanzada.

- Etapa 4: El cáncer se ha diseminado a partes distantes del cuerpo, como los ganglios linfáticos, los huesos, el hígado o los pulmones.

¿Cuáles son los síntomas y los signos tempranos del cáncer de próstata?

El cáncer de próstata a menudo no causa síntomas en sus primeras etapas. La gravedad de los síntomas depende de la ubicación y la etapa del cáncer, e incluso a medida que la enfermedad se propaga, algunos hombres pueden seguir sin experimentar signos perceptibles.

Síntomas urinarios

Los cambios en los hábitos urinarios se encuentran entre los signos más comunes de problemas de próstata, incluido el cáncer. Estos síntomas suelen aparecer gradualmente y pueden confundirse con el envejecimiento normal u otras afecciones.

- Orinar con frecuencia, especialmente por la noche.

- Incapacidad para orinar o dificultad para iniciar o detener la micción.

- Flujo de orina débil o interrumpido.

- Goteo al final de la micción o sensación de vaciado incompleto de la vejiga.

- Dolor o ardor al orinar.

- Sangre en la orina.

Síntomas sexuales

El cáncer de próstata también puede afectar la función sexual. Estos síntomas pueden aparecer junto con cambios urinarios o por sí solos.

- Dificultad para lograr o mantener una erección

- Dolor durante la eyaculación

- Disminución del volumen de semen

- Sangre en el semen

- Dolor en los testículos

Otros síntomas (normalmente en etapas avanzadas)

A medida que el cáncer de próstata avanza, puede causar síntomas en otras partes del cuerpo debido al crecimiento del tumor o a la metástasis.

- Dolor o rigidez en el abdomen, la parte baja de la espalda, la columna vertebral, las costillas, las caderas o la parte superior de los muslos

- Hinchazón, debilidad o entumecimiento en las piernas

- Pérdida de peso inexplicable o disminución del apetito

- Molestias o dolor en la zona rectal

- Fatiga, que puede estar relacionada con la anemia

- Compresión de la médula espinal

- Problemas renales o insuficiencia renal en etapas avanzadas

Muchos de estos síntomas pueden ser consecuencia de otras afecciones. Por ejemplo, el agrandamiento benigno de la próstata, una afección no cancerosa común en los hombres mayores, puede causar síntomas similares, como dificultad para orinar.

¿Qué causa el cáncer de próstata?

El cáncer de próstata se desarrolla cuando se acumulan mutaciones genéticas en el ADN de las células prostáticas, lo que provoca un crecimiento descontrolado y la formación de un tumor. Los desencadenantes exactos de estos cambios genéticos no están claros, pero se cree que los factores genéticos hereditarios y adquiridos desempeñan un papel importante.

Mutaciones genéticas hereditarias

Las mutaciones genéticas hereditarias son responsables de aproximadamente el 10 por ciento de los casos de cáncer de próstata.

Varios genes ayudan a mantener la integridad del ADN y a prevenir el cáncer. Los genes BRCA1, BRCA2, CHEK2, ATM, PALB2 y RAD51 reparan el daño del ADN. Los genes MSH2, MSH6, MLH1 y PMS2 corrigen los errores de replicación del ADN, las mutaciones en estos genes pueden causar el síndrome de Lynch, que aumenta el riesgo de cáncer. El gen RNASEL desencadena la muerte celular en las células anormales y el HOXB13 es esencial para el desarrollo de la próstata.

Mutaciones genéticas adquiridas

La mayoría de los cambios genéticos que provocan el cáncer de próstata se desarrollan durante la vida del hombre y no se heredan de sus padres. Estas mutaciones surgen de errores durante la replicación del ADN cuando las células de la próstata se dividen. Cuanto más rápido se dividen las células, mayor es la probabilidad de que se produzcan mutaciones.

Factores de riesgo:

- Edad: El riesgo aumenta con la edad y la mayoría de los casos se dan en hombres de 50 años o más; sin embargo, la enfermedad tiende a ser menos agresiva en edades avanzadas.

- Ascendencia africana: Los hombres afroamericanos de Estados Unidos y los hombres caribeños de ascendencia africana tienen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer de próstata en comparación con otros grupos raciales.

- Antecedentes familiares: El riesgo se duplica si un hombre tiene un padre o un hermano con la enfermedad. Tener una pariente cercana con cáncer de mama también puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata.

- Sobrepeso u obesidad: Las investigaciones relacionan el sobrepeso a partir de los 50 años con un mayor riesgo de cáncer de próstata avanzado.

- Dieta occidental: Una dieta rica en grasas, calcio y productos lácteos puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata.

- Exposición a determinadas sustancias químicas: El arsénico, determinados pesticidas, el cadmio, los ftalatos y el bisfenol A (BPA) pueden aumentar el riesgo. El agente naranja, utilizado durante la guerra de Vietnam, también se relaciona con la enfermedad. Un estudio realizado en 2024 identificó 22 pesticidas asociados de forma sistemática a un mayor riesgo, entre ellos el ácido 2,4-diclorofenoxiacético, un herbicida de uso común en los Estados Unidos.

- Salud sexual: Tener múltiples parejas o iniciar la actividad sexual a una edad temprana puede aumentar el riesgo, mientras que la eyaculación regular puede ser protectora.

- Estatura alta: Una mayor estatura en la edad adulta se relaciona con un mayor riesgo, posiblemente debido a la genética, la nutrición y la exposición prolongada a hormonas relacionadas con el crecimiento, como el factor de crecimiento insulínico tipo 1. Las personas más altas también tienen más células en el cuerpo, lo que aumenta la probabilidad de mutaciones genéticas que podrían provocar cáncer.

¿Cómo se diagnostica el cáncer de próstata?

La detección precoz puede marcar la diferencia en los resultados del tratamiento, especialmente en los casos de alto riesgo o agresivos. Las pruebas de detección y diagnóstico modernas suelen incluir los siguientes pasos:

1. Pruebas de detección

La detección precoz del cáncer de próstata es posible mediante dos pruebas de detección principales.

Prueba del antígeno prostático específico (PSA): Este análisis de sangre mide los niveles de PSA, una enzima producida por la próstata. Los niveles elevados de PSA pueden indicar cáncer de próstata. Por lo general, se recomienda realizar una prueba de confirmación para descartar errores de laboratorio o variabilidad.

Examen rectal digital (DRE): En este examen, el médico comprueba si hay anomalías en la próstata introduciendo un dedo enguantado y lubricado en el recto. Sin embargo, el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU. no recomienda el DRE para la detección precoz debido a la escasa evidencia de su eficacia.

Las pruebas de detección rutinarias siguen siendo controvertidas porque la mayoría de los cánceres de próstata crecen lentamente y pueden no llegar a ser graves, mientras que el tratamiento puede ser costoso y tener efectos secundarios importantes. En los casos de cáncer de próstata de crecimiento lento, la vigilancia activa es una estrategia de tratamiento comúnmente utilizada. Es importante conocer su riesgo y trabajar con su proveedor de atención médica para decidir si las pruebas de detección rutinarias son adecuadas.

2. Pruebas de diagnóstico

Si los resultados del PSA o el DRE son anormales (y se confirman), se pueden realizar pruebas adicionales para determinar si hay cáncer de próstata.

- Imagen por resonancia magnética multiparamétrica: Una prueba de imagen avanzada que se utiliza para detectar, evaluar y estadificar los tumores de próstata.

- Prueba del gen 3 del cáncer de próstata (PCA3): Una prueba de orina que busca el gen PCA3, que se sobreexpresa en el cáncer de próstata y no se encuentra en el tejido prostático normal.

- Índice de salud prostática: Análisis de sangre que combina diferentes marcadores del PSA para obtener una puntuación más precisa, mejorando la prueba estándar del PSA.

- Biopsia: La única prueba definitiva para el cáncer de próstata. Consiste en extraer tejido de la próstata, normalmente mediante una técnica transrectal guiada por ecografía. Para reducir el riesgo de infección, algunos médicos utilizan un método transperineal.

3. Otras pruebas

Las pruebas para determinar si el cáncer se ha extendido pueden incluir una gammagrafía ósea de todo el cuerpo, una tomografía computarizada, una tomografía por emisión de positrones/tomografía computarizada y una biopsia de los ganglios linfáticos.

¿Cuáles son los tratamientos para el cáncer de próstata?

El tratamiento del cáncer de próstata depende de la etapa, la agresividad del cáncer y el estado de salud general de la persona.

En algunos casos, la monitorización puede ser todo lo que se necesita. En otros, una combinación de tratamientos locales y sistémicos puede ayudar a controlar la enfermedad o prolongar la esperanza de vida.

1. Manejo expectante

Los cánceres de próstata en etapa temprana suelen crecer lentamente y pueden no requerir tratamiento inmediato. Sin embargo, es importante discutir con su médico las opciones disponibles, junto con sus riesgos, beneficios y alternativas, así como el momento adecuado para el tratamiento.

Vigilancia activa: Consiste en un seguimiento periódico mediante pruebas de PSA, exámenes rectales digitales y pruebas de imagen. El tratamiento solo se inicia si aparecen signos de progresión.

Espera vigilante: Se recomienda normalmente para hombres mayores o con mala salud, en los que es poco probable que el cáncer acorte la esperanza de vida o en los que el tratamiento puede no ser viable.

2. Tratamientos locales

También denominados terapia definitiva, los tratamientos locales tienen como objetivo curar el cáncer de próstata atacando los tumores confinados a la próstata.

Cirugía

Los enfoques quirúrgicos pueden implicar la extirpación de la próstata y, en algunos casos, de los ganglios linfáticos cercanos.

- Prostatectomía radical (abierta): Extirpa completamente la próstata y las vesículas seminales, a veces incluyendo los ganglios linfáticos pélvicos.

- Prostatectomía robótica o laparoscópica: Una alternativa mínimamente invasiva a la cirugía abierta.

- Orquiectomía bilateral: "xtirpación quirúrgica de ambos testículos, lo que reduce la producción de andrógenos para ayudar a reducir o ralentizar el cáncer de próstata.

Radioterapia

La radioterapia utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas. Los tipos más comunes son:

- Radioterapia de haz externo: Administra radiación a la próstata desde fuera del cuerpo utilizando diversas técnicas avanzadas, como la radiación de intensidad modulada, la terapia de arco volumétrico modulado y la radioterapia ablativa estereotáctica.

- Radioterapia con haz de protones: Utiliza partículas con carga positiva para administrar energía directamente al tumor, minimizando el daño a los tejidos sanos circundantes.

- Radioterapia interna (braquiterapia): Coloca semillas radiactivas o catéteres temporales directamente en la próstata para tratar cánceres en etapa temprana o de mayor riesgo.

- Radiofármacos: Medicamentos radiactivos que se inyectan en el torrente sanguíneo para atacar las células cancerosas en todo el cuerpo.

Terapia focal

Las terapias focales son tratamientos mínimamente invasivos que destruyen tumores pequeños sin tratar toda la glándula. Se utilizan a menudo para el cáncer de próstata de riesgo bajo a intermedio e incluyen métodos como la criocirugía y el ultrasonido focalizado de alta intensidad.

3. Tratamientos sistémicos

Si el cáncer se ha extendido más allá de la próstata, es menos probable que se cure. Los tratamientos sistémicos tienen como objetivo controlar la progresión de la enfermedad y aliviar los síntomas.

- Terapia hormonal: Reduce los niveles de andrógenos para ralentizar el crecimiento del cáncer. Se utiliza a menudo en combinación con la radioterapia o después de esta para reducir el riesgo de recurrencia.

- Terapia farmacológica dirigida: Se dirige a los genes o proteínas que impulsan el crecimiento del cáncer. Entre ellos se incluyen los inhibidores de la vía del receptor de andrógenos, como la abiraterona y la darolutamida, y los inhibidores de PARP, como el rucaparib y el olaparib, que bloquean la reparación del ADN en las células cancerosas.

- Quimioterapia: utiliza fármacos que destruyen el cáncer, como el docetaxel y el cabazitaxel. A menudo se recomienda para el cáncer de próstata avanzado o resistente a la castración.

- Inmunoterapia: estimula el sistema inmunitario para que reconozca y ataque las células cancerosas de la próstata.

4. Medicina tradicional china (MTC)

Ofrece un enfoque complementario a los tratamientos convencionales.

Acupuntura: La acupuntura puede ayudar a aliviar los síntomas de los pacientes con cáncer de próstata, como las náuseas y los vómitos provocados por la quimioterapia, el dolor y los sofocos.

5. Suplementos

Vitamina D: Los niveles bajos de vitamina D se relacionan con un mayor riesgo de cáncer de próstata y peores resultados de supervivencia. Los suplementos pueden ayudar a mejorar los resultados, especialmente en personas con deficiencia.

¿Cuáles son los enfoques naturales y de estilo de vida para el cáncer de próstata?

Además del tratamiento médico, ciertos cambios en el estilo de vida y enfoques naturales pueden ayudar a mantener la salud de la próstata, aliviar los efectos secundarios del tratamiento y mejorar el bienestar general. Si bien estas estrategias no sustituyen la atención médica, pueden ser partes valiosas de un plan integral.

1. Ciertos alimentos

Ciertos alimentos pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata o ralentizar su progresión.

Cúrcuma: Se ha demostrado que el compuesto activo curcumina inhibe el crecimiento y la propagación de las células cancerosas de próstata en estudios de laboratorio. También puede ayudar a ralentizar el aumento de los niveles de PSA en personas con cáncer de próstata.

Té verde: En un estudio realizado en 2014, se descubrió que el té verde reduce los niveles de PSA, suprime los marcadores de daño celular en la orina e inhibe la actividad de una proteína específica en el tejido prostático.

Tomates y productos derivados del tomate: Los hombres que consumían salsa de tomate cuatro veces por semana tenían un riesgo 40 por ciento menor de padecer cáncer de próstata en comparación con aquellos que rara vez o nunca la consumían.

Granada: Un estudio de 2013 descubrió que el extracto de granada ralentizaba el tiempo que tardaban los niveles de PSA en duplicarse hasta seis meses o más, sin efectos secundarios nocivos.

Verduras crucíferas: Contienen glucosinolatos que, cuando se descomponen, pueden impedir el crecimiento tumoral y provocar la muerte de las células cancerosas en estudios de laboratorio.

Hortalizas del género Allium: Se descubrió que el ajo, la cebolla y el puerro reducían significativamente el riesgo de cáncer de próstata en los hombres que consumían más de 2.2 gramos.

Champiñones blancos: Pueden tener propiedades contra el cáncer, aunque se siguen realizando investigaciones.

2. Nutrición

Las investigaciones demuestran que varios patrones alimentarios pueden mejorar los resultados del cáncer de próstata:

- Dieta basada en plantas: Un estudio de 2024 descubrió que una dieta rica en frutas, verduras, cereales y frutos secos puede ayudar a la recuperación de la función sexual y urinaria después del tratamiento del cáncer de próstata.
  • Dieta mediterránea: Esta dieta hace hincapié en los frutos secos, las semillas y los alimentos ricos en grasas insaturadas, como el pescado y el marisco. Puede ayudar a reducir el riesgo de cáncer de próstata al proporcionar vitamina E para proteger las células y reducir el daño del ADN a través de grasas saludables.
  • Dieta rica en omega 3 y baja en omega 6: Un estudio de 2024 sugiere que el consumo de omega 3 procedente del pescado, las nueces y las verduras de hoja verde puede ralentizar el crecimiento del cáncer, especialmente cuando se combina con una menor ingesta de aceites omega 6 procedentes de alimentos procesados.

3. Ejercicio vigoroso

El ejercicio regular, especialmente la actividad vigorosa, se ha relacionado con una reducción significativa del riesgo de cáncer de próstata agresivo o mortal.
  • Ejercicio vigoroso: Los hombres mayores de 65 años que hacían ejercicio vigoroso redujeron su riesgo de cáncer de próstata agresivo o mortal hasta en un 70 por ciento.
  • Actividades moderadas: Caminar y otros ejercicios moderados pueden mejorar la función física sin fatiga adicional, especialmente en hombres más jóvenes.
  • Aptitud aeróbica: Un estudio de 2024 encontró que un aumento del 3 por ciento en la aptitud aeróbica redujo el riesgo de cáncer de próstata en un 35 por ciento.
  • Entrenamiento de fuerza: Especialmente beneficioso para los hombres que siguen una terapia hormonal, ya que ayuda a prevenir la pérdida de masa muscular y los problemas metabólicos.
4. Meditación

Aproximadamente un tercio de los hombres con cáncer de próstata experimentan ansiedad, miedo o depresión. Los estudios demuestran que las prácticas de mindfulness, como las de un programa de reducción del estrés basado en el mindfulness de ocho semanas de duración que incluía relajación, meditación y yoga suave, pueden mejorar el sueño, el bienestar emocional y la calidad de vida, al tiempo que alivian el miedo a la recurrencia del cáncer.

¿Cómo afecta la mentalidad al cáncer de próstata?

Las investigaciones sugieren que centrarse en la mentalidad de una persona puede mejorar significativamente su bienestar psicológico y su salud en general.

En un estudio realizado en 2023, los pacientes con cáncer de próstata que participaron en una intervención sobre la mentalidad frente al cáncer mostraron mejoras notables en sus comportamientos de adaptación y una reducción del malestar causado por los síntomas físicos en comparación con los que recibieron la atención habitual. La intervención consistió en un conjunto de herramientas en línea compuesto por siete módulos, cada uno de los cuales incluía cortometrajes con supervivientes de cáncer y expertos que hablaban sobre el papel de la mentalidad en el diagnóstico, el tratamiento y la recuperación del cáncer, seguidos de preguntas para la reflexión.

¿Cómo puedo prevenir el cáncer de próstata?

Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer de próstata, llevar un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir el riesgo.

Evite los productos químicos nocivos: Manténgase alejado de las sustancias relacionadas con el cáncer de próstata, como ciertos pesticidas, el arsénico, los ftalatos y el BPA.

Considere la quimioprevención: Algunas investigaciones sugieren que este enfoque puede ayudar a reducir el riesgo, pero consulte con su médico los posibles beneficios y riesgos.

Hábitos diarios útiles

Los hábitos sencillos y constantes pueden favorecer la salud general de la próstata y ayudar a reducir el riesgo de cáncer.

- Adopte una dieta mediterránea: En un estudio realizado en 2018, los hombres que seguían estrictamente una dieta mediterránea tenían entre un 32 y un 34 por ciento menos de riesgo de desarrollar un cáncer de próstata agresivo y un 51 por ciento menos de riesgo de ser diagnosticados con la enfermedad en fase avanzada.

- Limite los alimentos procesados y el consumo excesivo de lácteos: Reducir estos alimentos puede ayudar a mejorar la salud general y disminuir el riesgo de cáncer.

- Haga ejercicio con regularidad: Incluya actividades cardiovasculares y de entrenamiento de fuerza.

- Duerma lo suficiente: Un descanso de calidad favorece la función inmunitaria y el equilibrio hormonal.

Prevención médica

Pregunte por los inhibidores de la 5-alfa reductasa: Si tiene un riesgo elevado, su médico puede aconsejarle si estos medicamentos son adecuados.

Manténgase al día con los antecedentes familiares y el asesoramiento genético: Esta información puede ayudar a orientar las estrategias de detección y prevención.

¿Cuáles son las complicaciones del cáncer de próstata?

El cáncer de próstata y sus tratamientos pueden provocar una serie de complicaciones físicas, especialmente en etapas avanzadas. Reconocer estos riesgos puede ayudar a orientar la atención médica oportuna y el control de los síntomas.

- Fracturas óseas: El cáncer que se extiende a los huesos puede debilitarlos, lo que aumenta el riesgo de fracturas.

- Compresión de la médula espinal: El crecimiento del tumor cerca de la columna vertebral, a menudo en la región torácica o lumbar superior, puede comprimir la médula espinal y causar dolor, debilidad en las piernas y dificultad para caminar.

- Coagulopatía y coagulación intravascular diseminada: La enfermedad avanzada puede causar trastornos hemorrágicos, que van desde leves (como sangre en la orina) hasta anomalías graves de la coagulación seguidas de sangrado excesivo.

- Anemia: El cáncer de próstata metastásico avanzado puede causar anemia inexplicable.

- Edema: La obstrucción del drenaje linfático o venoso relacionada con el tumor puede causar hinchazón en las piernas o en la zona genital.

- Disfunción eréctil: Más del 75 por ciento de los hombres pueden experimentar dificultades para tener erecciones después de la cirugía de próstata; la afección también puede ser consecuencia del cáncer en sí.

- Incontinencia urinaria: En el plazo de un año tras la extirpación de la próstata, entre el 5 y el 10 por ciento de los hombres pueden experimentar pérdidas de orina. Esto también puede deberse a daños relacionados con el cáncer.

- Obstrucción urinaria: El crecimiento del tumor puede bloquear el flujo de orina al comprimir la uretra o la salida de la vejiga, lo que suele ocurrir en la enfermedad avanzada.

- Disfunción intestinal: La radioterapia a veces puede causar problemas intestinales a largo plazo.


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