El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo el miércoles a los legisladores que el déficit presupuestario de Estados Unidos para el año fiscal actual alcanzará entre el 6.5 % y el 6.7 % del producto interno bruto (PIB), un nivel históricamente alto que atribuyó al aumento del gasto en el último año de la administración del presidente Joe Biden.
«Lo que estamos viendo aquí es un gasto desmesurado», dijo Bessent durante su testimonio ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes el 11 de junio. «El último año fiscal es algo que nunca vimos antes. Nunca vimos un déficit tan grande en relación con el PIB» fuera de crisis importantes como pandemias, recesiones o guerras, dijo.
Durante sus cuatro años en el cargo, Biden aprobó una deuda nueva estimada en 4.7 billones de dólares a 10 años mediante una combinación de medidas legislativas y ejecutivas, según el Comité para un Presupuesto Federal Responsable.
El déficit previsto por Bessent supondría el tercer año consecutivo en que el déficit federal superaría el 6 % del PIB. Según datos de la Oficina Presupuestaria del Congreso, el gobierno registró un déficit del 6.3 % en 2023 y del 6.4 % en 2024, lo que superó los 1.83 billones de dólares— el tercer déficit más alto de la historia.
A pesar de la preocupante trayectoria, Bessent señaló lo que describió como un importante cambio de rumbo en la administración tributaria bajo el mandato del presidente Donald Trump. Atribuyó a la iniciativa de modernización del IRS de la administración el mérito de haber generado unos ingresos inesperadamente elevados y de haber reducido los costos.
«Los detractores de los esfuerzos del presidente por modernizar el IRS advirtieron que la iniciativa provocaría un déficit del 10 % en los ingresos», dijo Bessent en su declaración inicial. «Sin embargo, ocurrió lo contrario. Los ingresos de abril de este año aumentaron un 9.5 % con respecto al año anterior. Y los ingresos de mayo aumentaron un 14.7 % con respecto al año anterior».
Bessent afirmó que la mejora en la recaudación de impuestos se produjo junto con un ahorro de 2000 millones de dólares gracias a la reducción del gasto superfluo y de los costes de TI del IRS, y calificó la temporada de declaración de impuestos de 2025 como la «más exitosa» en años.
También defendió el plan fiscal estrella de la administración, el Gran y Hermoso Proyecto de Ley, una amplia propuesta de prórroga y ampliación de las medidas de desgravación fiscal introducidas por primera vez durante el primer mandato de Trump. El proyecto de ley haría permanentes los recortes de los impuestos sobre la renta y el patrimonio de 2017, eximiría de impuestos federales las propinas y las horas extras y aumentaría temporalmente tanto la deducción estándar como el crédito fiscal por hijos.
Citando estimaciones del Consejo de Asesores Económicos, Bessent afirmó que la legislación aumentaría el salario neto entre 7800 y 13,300 dólares para una familia típica de cuatro miembros y aumentaría el salario promedio de los trabajadores hasta en 11,600 dólares.
En términos más generales, Bessent argumentó que la agenda fiscal y comercial de la administración está impulsando una «economía de la edad de oro», citando los más de 50,000 puestos de trabajo creados en el sector privado desde enero, la moderación de la inflación y el aumento de la confianza de los consumidores.
En materia de comercio, Bessent elogió brevemente el impacto fiscal de la estrategia arancelaria de Trump. Un análisis reciente de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) concluyó que los nuevos aranceles impuestos entre enero y mayo reducirían el endeudamiento federal en 3 mil millones de dólares hasta 2035, incluidos 500,000 millones de dólares en ahorro de intereses. Incluso teniendo en cuenta un crecimiento ligeramente más lento y una inflación moderada, la CBO prevé una reducción del déficit neto de 2.8 mil millones de dólares.
Los ingresos por aranceles en mayo ascendieron a 22,200 millones de dólares, según datos del Tesoro publicados el 9 de junio, lo que eleva el total del año fiscal en curso a 81,400 millones de dólares, muy por encima de los 49,300 millones del mismo periodo del año pasado. Mayo fue el primer mes completo en el que entraron en vigor los aranceles de Trump.
Trump afirmó que su agenda arancelaria tiene múltiples objetivos, entre ellos ejercer presión para renegociar los acuerdos comerciales con otros países que, según el presidente, se están aprovechando de Estados Unidos, o conseguir concesiones en otros ámbitos políticos, como la reducción del flujo de drogas mortales que entran en el país desde Canadá y México.
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