Opinión
El ataque de la Administración Trump contra un barco venezolano que transportaba drogas el mes pasado en aguas venezolanas no se produjo de forma aislada. Fue un golpe calculado que tiene enormes implicaciones para la política latinoamericana de Washington, Venezuela y China. Con una sola acción, la guerra contra las drogas del Gobierno estadounidense se ha convertido en parte de una guerra mucho mayor, y el efecto dominó será enorme.
De hecho, Estados Unidos desplegó un grupo de buques de guerra en las proximidades de las aguas venezolanas, por si acaso el mensaje no había quedado claro. El statu quo anterior, en el que Estados Unidos se mostraba relativamente pasivo y hacía poco por combatir el régimen venezolano dedicado al tráfico de drogas, llegó a su fin.
Las enormes inversiones de China en Venezuela
Venezuela ya no es solo otro Estado socialista fallido que en su día fue la nación más rica de América Latina, sino que se ha convertido en un campo de batalla geopolítico. Bajo la segunda administración Trump, Washington ha pasado de una postura pasiva a una activa, castigando a Caracas por su tráfico de drogas que se dirige específicamente a la población estadounidense.Pero eso es solo el principio.
Para Beijing, Venezuela es un valioso activo geopolítico. Durante la última década, China ha invertido miles de millones en el colapsado sector petrolero venezolano, a cambio de dinero en efectivo e infraestructura para futuros envíos de crudo. Dado que Venezuela posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, el Partido Comunista Chino (PCCh) ve una oportunidad no solo para la seguridad energética, sino también para ejercer influencia política en América Latina y disponer de una plataforma desde la que lanzar diversos tipos de ataques contra Estados Unidos.
Maduro es el representante de China, repitiendo el papel de Cuba durante la Guerra Fría
Si este escenario le resulta familiar, es porque el líder venezolano Nicolás Maduro ha seguido el ejemplo de Fidel Castro durante la Guerra Fría. Al igual que Cuba se convirtió en la base avanzada de Moscú en la década de 1960, Venezuela es el representante del PCCh en el hemisferio occidental.Al alinearse con China, Maduro obtiene apoyo económico y protección internacional, mientras que Beijing gana un punto de apoyo justo al sur de la frontera con Estados Unidos. Esta asociación en evolución refleja la estrategia soviética de proyectar su influencia cerca del patio trasero de Estados Unidos.
El papel clave del PCCh en el tráfico de drogas en Venezuela
Como era de esperar, Beijing está aprovechando al máximo el gobierno corrupto de Venezuela y su proximidad a Estados Unidos. Informes de funcionarios estadounidenses señalan que empresas chinas suministran precursores químicos utilizados para fabricar fentanilo y otras drogas sintéticas. Eso es consecuencia directa de la aprobación del PCCh.Muchos de estos precursores de drogas se canalizan a través de Venezuela, donde los cárteles locales procesan y reexportan narcóticos hacia el norte. Este comercio clandestino se ha convertido en un punto de fricción cada vez mayor entre Estados Unidos y China, y Washington acusa a Beijing de permitir el flujo de drogas letales hacia las comunidades estadounidenses a través de los porosos puertos de Venezuela. Por supuesto, Beijing niega cualquier implicación al respecto.
Ataque estadounidense contra un barco narco vinculado a la banda Tren de Agua
Tras destruir un barco venezolano dedicado al tráfico de drogas y operado por la banda Tren de Agua, las fuerzas estadounidenses incautaron grandes cargamentos de narcóticos destinados al mercado estadounidense. La operación fue descrita como una advertencia directa al régimen de Maduro, señalando que Washington no toleraría el papel cada vez más importante de Venezuela en la guerra contra las drogas en el hemisferio.El dramático ataque al barco narcotraficante, que fue noticia en todo el mundo, pone de relieve el creciente interés de Venezuela por transformarse en un Estado narcoterrorista alineado con el régimen chino.
El PCCh respalda a las bandas venezolanas
Con el régimen criminal de Caracas y el apoyo financiero chino, las bandas venezolanas ahora se dedican al contrabando y otras actividades delictivas en Colombia, Centroamérica e incluso a través de la frontera sur de Estados Unidos.Las fuerzas del orden estadounidenses han determinado que estos grupos están alimentando el aumento de los delitos violentos, la trata de personas y el tráfico de migrantes en ciudades de todo Estados Unidos. Dicho de otro modo, el PCCh está librando una guerra contra Estados Unidos al amenazar la estabilidad interna y la vida de los estadounidenses a través de su representante venezolano.
Las esperanzas de Venezuela de unirse al BRICS con el apoyo de China
Es más, con el patrocinio de China, Venezuela está tratando de unirse al BRICS, aunque Brasil ha bloqueado recientemente su solicitud de adhesión. No obstante, la alianza de Venezuela con China la posiciona aún más para seguir planteando un desafío regional a Estados Unidos. Esto hace que Caracas sea más que una nación de bandas, drogas y tráfico de personas.Si Venezuela se uniera formalmente al BRICS, se convertiría en un adversario más del sistema financiero mundial dirigido por Estados Unidos, lo que la situaría en la categoría de amenaza geopolítica con respecto al poder y la influencia de Estados Unidos, tanto a nivel regional como mundial.
Al atraer a Caracas al bando del BRICS, Beijing (junto con Rusia, Turquía y otros) no solo apoya al régimen de Maduro, sino que también refuerza un contrapeso a la influencia estadounidense en el hemisferio. Los analistas sostienen que esto forma parte de una estrategia más amplia del PCCh para distraer a Washington de Asia provocando inestabilidad en su patio trasero. Este potente frente latinoamericano permite a China presionar a Estados Unidos en dos continentes a la vez.
Una nueva Guerra Fría en América
Venezuela ya no es simplemente una tragedia económica y humanitaria, sino que se ha convertido en el frente de la rivalidad geopolítica entre Estados Unidos y China. Al financiar el régimen de Maduro, suministrarle precursores químicos y posiblemente incorporar a Caracas al BRICS, Beijing podría establecer una presencia multifacética en el hemisferio occidental. La respuesta de Estados Unidos, que va desde redadas marítimas contra el narcotráfico hasta nuevas sanciones, pone de manifiesto la gravedad con la que Washington se toma esta amenaza.Al igual que Cuba sirvió en su día como peón de Moscú en el Caribe, Venezuela es la cabeza de puente de Beijing en el patio trasero de Estados Unidos, lo que garantiza que un posible conflicto entre Estados Unidos y China no se librará en el mar de la China Meridional, sino justo al sur de Miami.
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