El presidente Donald Trump firmó el 13 de agosto una breve orden ejecutiva que revoca una orden de su predecesor que ordenaba a las agencias tomar medidas enérgicas contra las prácticas anticompetitivas en industrias como la farmacéutica y la laboral.
En julio de 2021, el presidente Joe Biden firmó una orden instando a las agencias federales a abordar el aumento de costos para los consumidores, enfocándose en el trabajo, la salud, la tecnología y la agricultura.
Refiriéndose a las leyes antimonopolio como “la primera línea de defensa contra la monopolización de la economía estadounidense” y buscó reducir precios en bienes y servicios como internet de banda ancha, tarifas por equipaje en aerolíneas y medicamentos recetados, mediante el impulso de la competencia.
En ese momento, Biden dijo: "Para que nuestro país siga avanzando, tenemos que devolver la competencia leal a esta economía", y explicó que firmaba la orden para “bajar precios, aumentar salarios y dar otro paso crítico hacia una economía que funcione para todos”.
La orden de Biden tenía como objetivo “hacer cumplir las leyes antimonopolio para combatir la concentración excesiva de la industria, los abusos de poder de mercado y los efectos perjudiciales de los monopolios y monopsonios”, incluidos sectores como el laboral y el de salud.
Sostenía que un patrón de abusos corporativos, desde tarifas excesivas de aerolíneas hasta grandes fusiones, estaba elevando los costos para los consumidores. Fue impulsada por altos funcionarios económicos de Biden que desempeñaron un papel clave en la creación de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor bajo el presidente Barack Obama.
La División Antimonopolio del Departamento de Justicia celebró la orden de Trump en un comunicado.
"En lugar de un enfoque excesivamente prescriptivo y oneroso, la División elogia a la Administración por promover la competencia mediante órdenes ejecutivas específicas que exigen la reducción de los precios de los medicamentos y la eliminación de las barreras reglamentarias a la competencia".
La División Antimonopolio añadió que ha avanzado en la racionalización del proceso de revisión de las fusiones empresariales de la Ley Hart-Scott-Rodino (HSR), al tiempo que ha restablecido la aplicación más frecuente de decretos de consentimiento específicos y bien elaborados.
"La política antimonopolio America First se centra en empoderar al pueblo estadounidense en los mercados libres, no en permitir que reguladores y burócratas impongan resultados”, dijo en un comunicado la fiscal general adjunta Abigail Slater, de la División Antimonopolio del Departamento de Justicia. “Estamos impulsando una nueva Edad Dorada estadounidense mediante una aplicación de las leyes antimonopolio que elimina barreras a la innovación y a las oportunidades, y que limita las cargas regulatorias sobre la libre competencia”.
"La División aprovechará esta oportunidad para continuar su labor de recalibrar y modernizar el enfoque federal de la política de competencia para adaptarlo a las necesidades de nuestra economía dinámica e innovadora", afirmó la división.
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