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La integridad exige no solo honestidad, sino también coherencia entre valores, decisiones y acciones. (CHARLY TRIBALLEAU/AFP/Getty Images)

La integridad exige no solo honestidad, sino también coherencia entre valores, decisiones y acciones. (CHARLY TRIBALLEAU/AFP/Getty Images)

Los 7 valores fundamentales del Ejército de EE. UU. que moldearán tu vida para siempre

Vivir según un código no es solo cosa del ejército, sino de todos aquellos que valoran la disciplina, la integridad y el servicio.

VIDAPor Ian Kane
8 de junio de 2025, 9:48 p. m.
| Actualizado el8 de junio de 2025, 9:48 p. m.

Era una tarde abrasadora de julio en Bagdad cuando un sargento del Ejército de Estados Unidos tomó una decisión que definiría no solo su liderazgo, sino también la vida de los soldados bajo su mando. Un artefacto explosivo improvisado colocado al borde de la carretera sacudió el vehículo que encabezaba un convoy. El humo lo invadió todo, el caos se apoderó de la zona y reinaba la incertidumbre. Él no se inmutó. No esperó órdenes. Actuó.

Sin dudarlo, se arrastró bajo el fuego enemigo para rescatar a un compañero herido, coordinó un perímetro defensivo y ayudó a evacuar al equipo antes de que llegaran los refuerzos. Más tarde, cuando le preguntaron qué le había guiado en sus acciones, no mencionó la adrenalina ni el instinto.

«Solo hice lo que me habían enseñado», dijo. «Se trata de los valores».

Mientras el Ejército de Estados Unidos conmemora su 250.° aniversario el 14 de junio de 2025, con una semana de celebraciones del 7 al 14 de junio, historias como esta nos recuerdan que el Ejército no es solo fuerza, estrategia o disciplina. Se trata de valores. Profundamente arraigados, rigurosamente enseñados y vividos cada día, estos valores no solo moldean a los soldados, sino que moldean sus vidas.

Tanto si llevas uniforme como si nunca piensas ponértelo, los siete valores fundamentales del Ejército ofrecen un marco atemporal para el crecimiento personal, la resiliencia y el liderazgo en cualquier campo.

1. Lealtad: defiende algo más que a ti mismo

La lealtad en el Ejército significa dedicarse a la Constitución, a tu unidad y a tus compañeros soldados. En la vida civil, significa estar ahí para tu gente: tu equipo, tu familia, tu causa. La lealtad genera confianza, y la confianza crea equipos indestructibles. Como dijo Theodore Roosevelt sobre el poder de los vínculos relacionales: «A la gente no le importa cuánto sabes hasta que sabe cuánto te importa».

La lealtad es la piedra angular de las relaciones. En los negocios, mantiene unido a tu equipo. En las crisis, garantiza que nadie se quede atrás.

La lealtad une a las personas bajo un propósito común, independientemente de sus diferencias. (Proyecto RDNE Stock/Pexels)La lealtad une a las personas bajo un propósito común, independientemente de sus diferencias. (Proyecto RDNE Stock/Pexels)

2. El deber: hacer lo correcto, especialmente cuando es difícil

El deber no tiene que ver con la conveniencia. Se trata de hacer lo que hay que hacer, incluso cuando nadie está mirando. El entrenamiento del Ejército lo inculca mediante la repetición constante: limpiar el equipo, proteger la unidad, completar la misión.

En la vida, el deber significa honrar tus responsabilidades: plazos, promesas y objetivos personales. Es la determinación silenciosa que hay detrás de cada gran éxito.

Véase: «Extreme Ownership», de Jocko Willink, para saber cómo el deber y la disciplina ganan batallas en los negocios.

El valor no es la ausencia de miedo, sino la decisión de seguir adelante a pesar de la incomodidad, la duda y el riesgo. (Ejército de Estados Unidos/CC BY 2.0)El valor no es la ausencia de miedo, sino la decisión de seguir adelante a pesar de la incomodidad, la duda y el riesgo. (Ejército de Estados Unidos/CC BY 2.0)

3. Respeto: la fuerza lleva la humildad

Todos los soldados aprenden esto desde el principio: el respeto no es debilidad, es fuerza bajo control. El ejército es un crisol de orígenes, culturas y creencias. Respetar a los demás, independientemente de su rango u origen, mantiene la cohesión y la eficacia de las unidades.

En un mundo polarizado, el respeto es un bien escaso. Domínalo y te convertirás en un líder al que los demás seguirán de forma natural.

4. Servicio desinteresado: anteponer la misión

Hay una razón por la que no se llama simplemente «servicio». Es desinteresado: antepone el bienestar de la nación, de tu equipo o de un objetivo superior a la comodidad o el beneficio personal.

Todas las grandes innovaciones, movimientos sociales y avances empresariales han sido construidos por personas que creían en algo más grande que ellos mismos. ¿Quieres ser recordado? Sirve a algo que te sobreviva.

Echa un vistazo a «Leaders Eat Last» (Los líderes comen al final), de Simon Sinek, para profundizar en cómo el servicio impulsa la lealtad y el propósito.

Paracaidistas asignados a la 1.° División Aerotransportada entrenan en condiciones árticas en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, Alaska. (Ejército de EE. UU./John Pennell)Paracaidistas asignados a la 1.° División Aerotransportada entrenan en condiciones árticas en la Base Conjunta Elmendorf-Richardson, Alaska. (Ejército de EE. UU./John Pennell)

5. Honor: vivir según un código

El honor une todos los demás valores. Es la fuerza invisible que mantiene a los soldados fieles a su palabra, incluso bajo fuego enemigo. En el mundo civil, el honor se manifiesta como integridad, justicia y valentía moral.

Vivir con honor significa elegir lo correcto, aunque sea más difícil, en lugar de lo incorrecto, aunque sea más fácil. Significa liderar sin atajos y decir la verdad aunque sea impopular.

6. Integridad: hacer lo correcto, siempre

La integridad es más que la honestidad. Es la coherencia entre tus valores, tus palabras y tus acciones. Los soldados son puestos a prueba sin descanso en este aspecto. Si mientes en un informe, tomas atajos o abandonas tu puesto, pones en peligro vidas humanas. En cualquier carrera profesional o relación, la integridad genera credibilidad. Si la pierdes, ni siquiera las habilidades más brillantes podrán salvarte.

Warren Buffett dijo una vez: «Cuando busques gente para contratar, busca tres cualidades: integridad, inteligencia y energía. Si no tienen la primera, las otras dos te matarán».

Los equipos de élite no se construyen sobre el ego, sino sobre la confianza mutua, la comunicación y el sacrificio. (Scandinavian Backlash/Unsplash)Los equipos de élite no se construyen sobre el ego, sino sobre la confianza mutua, la comunicación y el sacrificio. (Scandinavian Backlash/Unsplash)

7. Valentía personal: afronta el miedo con determinación

No todos los campos de batalla están llenos de balas. A veces, se trata de una presentación en la sala de juntas, una postura moral o un acto de fe en una nueva aventura. La valentía en el ejército no es la ausencia de miedo, sino actuar a pesar de él.

Cada vez que hablas, das un paso adelante o te mantienes firme, estás ejerciendo tu valentía personal. Desarrolla ese músculo y ningún reto podrá doblegarte.

Vivir los códigos: hermandad y preparación en acción

Los valores del Ejército cobran vida con mayor fuerza en el crisol del trabajo en equipo y la camaradería, el hilo invisible que une a las unidades militares de élite. Ya sea la legendaria cohesión de la 101.° División Aerotransportada durante el Día D o los destacamentos de Boinas Verdes que operan en estrecha colaboración en las profundidades de las líneas enemigas, el éxito siempre depende de la confianza, la comunicación y el sacrificio compartido.

Las unidades de élite no se construyen sobre el ego, sino que se forjan a través de una cultura en la que cada persona conoce su papel, se apoya mutuamente y se comunica con claridad bajo presión. En el mundo civil, esta misma mentalidad impulsa a los equipos campeones, a las empresas emergentes bajo presión y a los servicios de emergencia en medio de una crisis.

Soldados del Ejército de Estados Unidos aprenden técnicas de combate táctico en el Curso de Calificación de las Fuerzas Especiales en Fort Bragg, Carolina del Norte. (Sargento Russell Klika/CC BY 2.0)Soldados del Ejército de Estados Unidos aprenden técnicas de combate táctico en el Curso de Calificación de las Fuerzas Especiales en Fort Bragg, Carolina del Norte. (Sargento Russell Klika/CC BY 2.0)

Siga el ejemplo del libro «Team of Teams» (Equipo de equipos), del general Stanley McChrystal: transforme su grupo de un conjunto de individuos en una fuerza que actúa como uno solo.

Y no lo olvide: no se trata solo de mentalidad. Se trata de estar preparado.

La pregunta que todo soldado debe responder antes de desplegarse es: ¿Pasaría la prueba? ¿Está mental y físicamente preparado para liderar, seguir y resistir?

La Prueba de Aptitud Física de Combate del Ejército (ACFT) está diseñada para medir la fuerza funcional y la resistencia en el mundo real, no solo la potencia bruta o la resistencia. Incluye:

Levantamiento de peso muerto (para simular el transporte de compañeros heridos),

Ejercicios de sprint, arrastre y transporte (para replicar la agilidad en combate),

Planchas y flexiones de piernas (para poner a prueba la fuerza y el control del tronco),

Y una carrera de dos millas para demostrar la resistencia aeróbica.

Incluso si nunca realizas la ACFT, entrenar como un soldado construye algo más que músculos: construye disciplina, confianza y determinación. Aplicaciones como el programa Holistic Health and Fitness (Salud y Acondicionamiento Físico Holístico) (H2F) del Ejército o libros como «The Way of the SEAL», de Mark Divine, ofrecen marcos prácticos para entrenar tanto el cuerpo como la mente para cualquier cosa que te depare la vida.

Marchando juntos hacia adelante

Mientras el Ejército de Estados Unidos conmemora 250 años de servicio, sus lecciones siguen siendo más relevantes que nunca. El campo de batalla puede evolucionar, pasando de trincheras embarradas a la guerra digital, pero las herramientas para alcanzar la grandeza siguen siendo las mismas: lealtad, deber, respeto, servicio desinteresado, honor, integridad y valentía personal.

Cuando se combinan esos valores con un trabajo en equipo de élite y un compromiso con la preparación mental y física, no solo se sobrevive, se lidera.

No se necesita un uniforme para vivir como un soldado. Pero sí se necesita la voluntad de vivir con un propósito.

El Ejército ya ha escrito 250 años de historia. ¿El próximo capítulo? Depende de ti.


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