"La comunicación es el cemento que mantiene unida una relación", según la experta en relaciones Amy Bellows.
Al igual que un edificio sin cemento, un matrimonio sin comunicación se desmorona poco a poco. La comunicación mantiene a los cónyuges en sintonía, unidos en sus prioridades, objetivos y valores, y, sencillamente, más conectados de corazón y mente.
Sin embargo, algunos tipos de conversaciones tienen prioridad sobre otros. Cuanto más profunda es la conversación, más profunda es la conexión. Y algunos temas, aunque no sean profundos en sí mismos, siguen siendo esenciales para el buen funcionamiento de la vida familiar y pueden brindar oportunidades para fortalecer el vínculo matrimonial. Muchos malentendidos e incluso heridas surgen en un matrimonio por la falta de comunicación. A medida que estos malentendidos se acumulan con el tiempo y la comunicación sigue languideciendo, pueden desgastar el matrimonio y formar lentamente una barrera entre los cónyuges hasta que terminan viviendo vidas paralelas pero separadas.
Por otro lado, psicólogos e investigadores han descubierto que hablar sobre ciertos temas de forma habitual es tanto un indicio como un medio para lograr una relación sana.
A continuación, se presentan cinco temas importantes que las parejas casadas deben tratar, con algunas palabras sobre cómo abordarlos.
1. La relación en sí misma
El psicólogo Mark Travers, que estudia las parejas y las relaciones, afirma que las parejas con relaciones saludables se esfuerzan por hablar sobre el estado del matrimonio en sí. Estas parejas se preguntan intencionadamente cuál es su percepción de la relación. Cada cónyuge quiere saber si el otro se siente amado, respetado, apoyado y conectado. Estas conversaciones ofrecen una gran oportunidad para resolver los problemas antes de que se conviertan en problemas graves. También refuerzan la relación y la confianza mutua, ya que demuestran que cada cónyuge está genuinamente comprometido con preservar y mejorar el matrimonio.Del mismo modo, la terapeuta de parejas Lynda Spann recomienda hablar de los "acuerdos de relación", que son promesas o compromisos que las parejas han hecho juntos, como "Siempre daremos prioridad a nuestra relación".
Spann escribió: "Hablen sobre su propósito como pareja. ¿Qué promesas deben hacer y cumplir para ser felices y sentirse seguros?".
2.Filosofía sobre la crianza de los hijos
Si una pareja tiene hijos actualmente o los tendrá en el futuro, es esencial que lleguen a un entendimiento común sobre la crianza de los hijos. Las parejas pueden reflexionar sobre su propia educación y analizar juntos qué aspectos de su vida familiar anterior desean emular y de cuáles deciden alejarse. Los padres deben compartir una visión del tipo de cultura familiar que quieren construir y sus objetivos generales para la formación de los hijos. Solo así podrán funcionar como un equipo eficaz por el bien de los niños; solo así podrán "apoyarse mutuamente" plenamente.3. Objetivos, sueños y planes
Además de imaginar cómo quieren criar a sus hijos, las parejas también deben planificar y soñar despiertos con otros objetivos futuros, ya sea construir una ampliación, viajar a un país extranjero o cambiar de carrera. El matrimonio implica el intercambio más íntimo posible de la vida entre dos personas. Y parte de la vida compartida significa compartir una visión y unos valores comunes. Cuando las parejas alinean sus ideas sobre el futuro, esto solo puede fortalecer esa unidad fundamental en la vida y el amor entre ellos.Según Travers, incluso los sueños más descabellados pueden merecer la pena ser comentados. Hablar de sueños descabellados y de situaciones hipotéticas es simplemente divertido y ayuda a las parejas a conocerse mejor.
Travers escribió: "Aunque un sueño no se pueda llevar a cabo de inmediato, hablar de él les permite conocer los valores del otro".
Greg Smalley, en un artículo para Focus on the Family, clasificó este tipo de conversaciones como "vivificantes".
"Las conversaciones vivificantes sirven para conocer mejor a su pareja y fortalecer los lazos entre ustedes", explicó. "Son divertidas y afirmativas. Expresan gratitud y demuestran curiosidad. Hágale a su cónyuge preguntas que nunca le haya hecho antes. Desvele sus esperanzas y sueños".
4. Finanzas y logística
La planificación financiera desempeña un papel fundamental en la estabilidad de un hogar y un matrimonio. Una encuesta reveló que el 25 % de los adultos casados discuten frecuentemente con su cónyuge sobre dinero. Esta fricción puede evitarse, al menos en parte, mediante una mejor comunicación sobre el dinero, incluidas las prioridades financieras. Cuando el marido y la mujer están de acuerdo en cuestiones financieras, se pueden evitar muchos problemas. Las parejas deben considerar juntas preguntas como: ¿Se satisfacen nuestras necesidades financieras? ¿Necesitamos ajustar (o crear) nuestro presupuesto? ¿Para qué gastos mayores necesitamos ahorrar? ¿Qué objetivos financieros tenemos?Según Smalley, esta conversación entra dentro de la categoría de reuniones "administrativas". Estas conversaciones no son necesariamente profundas, pero son fundamentales. Hablar sobre dinero, logística, planificación y otros asuntos que requieren acciones concretas ayuda a facilitar la armonía en el hogar, y puede prevenir las pequeñas discusiones que pueden surgir a causa de imprevistos en las actividades diarias o conflictos mayores sobre el estado de las finanzas familiares.
5. Retos y miedos
Las conexiones profundas suelen desarrollarse a partir de la vulnerabilidad. Abrirse a su pareja y hablarle de sus miedos o preocupaciones no es fácil, pero a menudo abre nuevas perspectivas en la relación. Uno de los cónyuges puede consolar, apoyar y aconsejar al otro, y ambos experimentan una sensación de confianza y unidad cada vez más profundas."Con el tiempo, esta práctica diaria de ser emocionalmente honesto crea una sólida sensación de seguridad", escribió Travers. "Ninguno de los dos miembros de la pareja sentirá nunca que tiene que cargar solo con su bagaje".
Del mismo modo, afrontar los problemas, ya sean dentro del matrimonio o fuera de él, ofrece oportunidades incomparables para crecer, aunque ello conlleve dificultades. Smalley señaló acertadamente que las conversaciones que tienen lugar cuando hay dolor entre los cónyuges o cuando uno de ellos está lidiando con una pérdida deben producirse.
"Las conversaciones relacionadas con los retos pueden ayudarnos a crecer, tanto como individuos como pareja. Pueden sacar a la luz nuestros puntos ciegos o llevarnos a realizar cambios importantes y necesarios en nuestras vidas", escribió.
A veces, hay que abordar las heridas antes de que puedan sanar.
Cómo hablar de temas importantes en el matrimonio
La conversación es un arte que se enseña muy poco. En lo que respecta a todos los temas anteriores, la habilidad para comunicarse hará que las interacciones sean más fructíferas y ayudará a reforzar el matrimonio. Algunos temas, en particular, requieren mucha delicadeza, como abordar un problema dentro del propio matrimonio. Hay que tener en cuenta algunos puntos cuando los cónyuges se comunican entre sí.El primero es tener siempre presente el bien de su cónyuge. Eso es lo que prometemos hacer el día de nuestra boda: promover el bienestar del otro, incluso cuando eso implique un sacrificio doloroso. Las conversaciones importantes deben basarse en esta conciencia y en el recuerdo de los votos matrimoniales. Incluso los comentarios críticos no tienen como objetivo último degradar a la otra persona, sino resolver las dificultades para que el matrimonio pueda crecer como una planta sin obstáculos. El objetivo es siempre proteger y desarrollar la relación.
Smalley explica esto en términos de hablar con "gracia". Conversar con gracia implica no solo lo que una persona dice, sino también lo que no dice, es decir, cómo escucha. La escucha activa garantiza que ambos cónyuges se sientan escuchados y comprendidos, lo cual es el requisito previo para una conversación fructífera y significativa. Según Harvard Business Review, la escucha activa consta de tres partes:
El oyente debe prestar toda su atención a la información, tanto explícita como implícita, que transmite su interlocutor.
Un buen oyente debe mantener el equilibrio emocional, sin reaccionar de forma exagerada ni juzgar precipitadamente lo que dice la otra persona.
No basta con escuchar; cada interlocutor necesita saber que se le está escuchando. Un buen oyente lo deja claro mediante señales verbales y no verbales.
Especialmente cuando las parejas hablan de sus metas, sueños e intereses, es útil que ambos cónyuges expresen entusiasmo e interés. Nada apaga más el entusiasmo que la falta de interés. Los cónyuges pueden demostrar su amor y cariño mutuo mostrando interés por lo que le importa al otro.
Las listas de temas y consejos anteriores están lejos de ser exhaustivas: hay muchos otros temas que merecen atención, y el arte de conversar bien no se puede resumir en unos pocos párrafos. Pero espero que estas sugerencias ayuden a animar a las parejas a pensar más intencionadamente en lo que discuten y cómo lo hacen. El compromiso con la comunicación ayuda a las parejas a alcanzar el tipo de cercanía y amor que anhelan.
















