La confianza de los agricultores estadounidenses se disparó en mayo con respecto al mes anterior y los productores se mostraron más optimistas sobre las perspectivas comerciales de la agricultura estadounidense, según un comunicado de la Universidad de Purdue publicado el 3 de junio.
El índice Purdue University-CME Group Ag Economy Barometer alcanzó los 158 puntos el mes pasado, 10 puntos más que en abril y registró su nivel más alto desde mayo de 2021. El índice mide la salud general de la economía agrícola estadounidense y se basa en una encuesta realizada entre 400 productores agrícolas.
«Los agricultores se mostraron más optimistas tanto sobre la situación actual como sobre sus expectativas para el futuro, ya que el índice de condiciones actuales mejoró en 5 puntos, hasta situarse en 146 y el índice de expectativas futuras subió 12 puntos, hasta alcanzar los 164», según el comunicado.
«Las razones clave detrás de la mejora del sentimiento fueron una visión mucho más optimista de las perspectivas de las exportaciones agrícolas de EE. UU., combinada con una visión menos negativa del impacto de los aranceles en los ingresos agrícolas de 2025 que la que proporcionaron los encuestados en marzo o abril».
El mes pasado, el 52 % de los productores afirmaron que esperaban que las exportaciones agrícolas aumentaran en los próximos cinco años, lo que supone un aumento considerable en comparación con el 33 % registrado solo un mes antes. Se trata también del porcentaje más alto de respuestas positivas a esta pregunta desde noviembre de 2020.
El índice de rendimiento financiero de las explotaciones agrícolas subió ocho puntos en mayo, lo que sugiere que los agricultores esperan obtener mayores ingresos este año que en 2024.
En cuanto a los aranceles, la proporción de productores que esperan que la política arancelaria de Estados Unidos tenga un impacto negativo o muy negativo en los ingresos de sus explotaciones agrícolas este año se redujo del 56 % en abril al 43 % en mayo.
Washington mantiene actualmente conversaciones comerciales con varios países, en las que busca acuerdos agrícolas, entre otras negociaciones.
Se espera que una delegación de empresas vietnamitas, de visita en Estados Unidos hasta el 7 de junio, firme acuerdos para la compra de productos agrícolas estadounidenses por valor de 2000 millones de dólares.
El mes pasado, Estados Unidos alcanzó un acuerdo comercial con el Reino Unido. Durante una rueda de prensa celebrada el 8 de mayo, el presidente Donald Trump afirmó que el acuerdo incluye «miles de millones de dólares en acceso al mercado para las exportaciones estadounidenses, especialmente en el sector agrícola, lo que aumentará drásticamente el acceso de la carne de vacuno, el etanol y prácticamente todos los productos elaborados por nuestros grandes agricultores».
Según datos del Departamento de Agricultura, las diez principales exportaciones alimentarias estadounidenses en 2024 fueron la soja, el maíz, la carne de vacuno y los productos derivados, los frutos secos, la carne de cerdo y los productos derivados, los productos lácteos, la harina de soja, los preparados alimenticios, el trigo y la carne de aves de corral y sus productos. Estos productos alimenticios representaron en conjunto el 57 % del valor de las exportaciones agrícolas estadounidenses.
Los principales mercados para los productos alimenticios estadounidenses son Asia Oriental, liderada por China, Corea del Sur y Japón. Canadá, México y el Sudeste Asiático son otros mercados importantes.
En el año fiscal 2024, Estados Unidos importó productos agrícolas por valor de 206.2 mil millones de dólares y exportó 174.4 mil millones, lo que supuso un déficit comercial agrícola de 31.8 mil millones.
Proteger a los agricultores
Los legisladores introdujeron medidas para impulsar la productividad agrícola en Estados Unidos.El mes pasado, un grupo de senadores bipartidistas presentó la Ley de Innovación Agrícola para mejorar los procedimientos de recopilación de datos del Departamento de Agricultura (USDA) en materia de prácticas de conservación y producción, según informó el Comité Senatorial de Agricultura, Nutrición y Silvicultura en un comunicado del 14 de mayo.
«Como columna vertebral económica de las comunidades rurales de todo nuestro estado, los agricultores y productores necesitan los recursos más actualizados posibles para informar sus operaciones», dijo la senadora Amy Klobuchar (D-Minn.), una de las legisladoras que presentó el proyecto de ley.
«Esta legislación bipartidista proporcionará a los agricultores un mejor acceso a los datos completos del USDA, lo que garantizará que puedan utilizar las prácticas de conservación más eficaces para impulsar la productividad y mejorar el rendimiento de los cultivos».
Mientras tanto, los republicanos están impulsando la Ley One Big Beautiful Bill, que contiene disposiciones favorables para el sector agrícola.
El proyecto de ley prevé «desgravaciones fiscales inmediatas» para los agricultores, ganaderos y otras pequeñas empresas, según una hoja informativa.
Impide que «el impuesto sobre sucesiones afecte a más de dos millones de explotaciones agrícolas familiares», garantizando que las explotaciones agrícolas y ganaderas familiares «puedan transmitirse a la siguiente generación».
Los impuestos sobre sucesiones, impuestos por los gobiernos federal y estatal sobre el patrimonio de una persona tras su fallecimiento, se aplican a los beneficiarios que heredan el patrimonio.
El proyecto de ley hace permanentes ciertas deducciones para las pequeñas empresas, lo que beneficia a las explotaciones agrícolas de todo Estados Unidos. Se espera que las disposiciones fiscales del proyecto de ley reduzcan los impuestos generales de los agricultores en más de 10,000 millones de dólares.
«La rápida aprobación de este proyecto de ley supondrá un paso fundamental para revitalizar la economía agrícola y apoyar a las zonas rurales de Estados Unidos en estos tiempos difíciles», afirmó la Asociación de Minoristas Agrícolas, según un comunicado del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes del 21 de mayo.
«Esta legislación refuerza la red de seguridad de las explotaciones agrícolas, garantiza inversiones esenciales en conservación e incluye disposiciones fiscales que ofrecen un alivio muy necesario a las explotaciones familiares y a las empresas agrícolas».
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