Una residente de Nueva York acusada de dirigir una estafa de tarjetas de residencia por valor de 30 millones de dólares y de vender acceso a políticos estadounidenses se declaró culpable el 30 de julio.
Sherry Xue Li, de 53 años, nacida en China, ciudadana estadounidense naturalizada y residente en Oyster Bay, admitió haber estafado a más de 150 personas que invirtieron más de 31.5 millones de dólares en su falso proyecto de desarrollo, según la Fiscalía de Brooklyn.
A los inversores, muchos de ellos ciudadanos chinos, se les prometió la tarjeta verde a través del programa de visados de inversión EB-5 o la devolución de la inversión. Ninguno de los inversores del proyecto de Li, el Thompson Education Center (TEC), recibió una tarjeta de residencia temporal o permanente.
Li también realizó donaciones a políticos y comités políticos estadounidenses, utilizando dinero de víctimas extranjeras y fingiendo que las donaciones procedían de ella misma o de otros ciudadanos estadounidenses, y vendió a ciudadanos extranjeros, en su mayoría chinos, acceso a eventos en los que podían tomarse fotos con funcionarios electos, incluido el presidente Donald Trump.
“Al hacerlo, intentó corromper una institución fundamental de este país: unas elecciones justas y transparentes, libres de influencias extranjeras ilegales”, afirmó el fiscal estadounidense Joseph Nocella en un comunicado.
Li se declaró culpable en la corte federal de Central Islip de conspiración para cometer lavado de capitales y conspiración para estafar a Estados Unidos.
La audiencia de sentencia de Li está prevista para el 5 de diciembre y se enfrenta a una pena de hasta 20 años de prisión, según la fiscalía. También ha aceptado renunciar a 31.5 millones de dólares y a propiedades en tres lugares.
Uno de los cómplices de Li, Lianbo "Mik" Wang, de 48 años y residente en Long Island, se declaró culpable el año pasado y fue condenado a 60 meses de prisión. Wang, también ciudadano estadounidense naturalizado, era director de marketing y director general de TEC.
Otro acusado, Guo Xuefeng, director de la oficina de TEC en Beijing, era ciudadano y residente en China, según la imputación.
Guo fue acusado de fraude electrónico y conspiración para cometer fraude electrónico.
Li propuso por primera vez alrededor de 2011 construir una China City of America en la ciudad de Thompson. Promocionó el parque de atracciones como un "Disneylandia chino" que podría crear 3000 puestos de trabajo y atraer a 1.5 millones de visitantes al año.
Tras la oposición de los vecinos, el proyecto se redujo y se rebautizó como TEC. Aunque el proyecto nunca se aprobó, una valla publicitaria que servía de señalización del centro educativo inexistente permaneció en la carretera estatal 17 durante meses, según informó anteriormente The Epoch Times.
Según la Fiscalía General de los Estados Unidos, Li y Wang solo gastaron en el proyecto TEC lo necesario para mantener la “ficción” de que era viable y “estaba realmente en construcción”.
Gastaron los fondos obtenidos fraudulentamente de los inversores en “gastos personales, como ropa, joyas, vivienda, viajes de vacaciones, cenas de lujo y contribuciones políticas a políticos prominentes”, según la declaración.
Los fiscales afirmaron que Li y Wang utilizaron las contribuciones políticas para conseguir fotos con funcionarios electos y, a su vez, utilizaron las fotos como herramienta de marketing para atraer a más inversores al proyecto TEC.
En un caso, la pareja cobró a 12 ciudadanos extranjeros —11 chinos y un singapurense— 93,000 dólares a cada uno por asistir a un evento de recaudación de fondos con Trump el 28 de junio de 2017. A continuación, utilizaron una foto de Li y el presidente para solicitar más inversiones.
Donaron 600,000 dólares a título personal al comité conjunto que organizó la recaudación de fondos, que desconocía que el dinero pertenecía en realidad a ciudadanos extranjeros. En ese momento, Li fue noticia por las cuantiosas donaciones realizadas a organizaciones republicanas.
En 2013 y 2014, Li también realizó donaciones a los demócratas, entre ellas un total de 55,000 dólares al entonces gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y 2500 dólares al entonces alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, según informó anteriormente The Epoch Times.
Los beneficiarios no están acusados de ningún delito.
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