NUEVA YORK — Jerry Adler, quien pasó décadas detrás de las cámaras de famosas producciones de Broadway antes de dedicarse a la actuación a los 60 años, falleció a los 96.
Adler murió el sábado, según un breve comunicado familiar confirmado por la capilla Riverside Memorial Chapel de Nueva York.
Entre los créditos como actor de Adler se encuentran "Los Soprano", en la que interpretó al asesor de Tony Soprano, Hesh Rabkin, durante las seis temporadas, y "The Good Wife", donde interpretó al socio de bufete Howard Lyman. Pero antes de que Adler se pusiera delante de una cámara de cine o televisión, tenía en su haber 53 producciones de Broadway, todas ellas entre bastidores, como director de escena, productor o director.
Provenía de una familia dedicada al mundo del espectáculo con profundas raíces en el teatro judío y yiddish, como contó al Jewish Ledger en 2014. Su padre, Philip Adler, fue director general del famoso Group Theatre y de producciones de Broadway, y su prima Stella Adler fue una legendaria profesora de interpretación.
"Soy un producto del nepotismo", declaró Adler a TheaterMania en 2015. "Conseguí mi primer trabajo cuando estaba en la Universidad de Siracusa y mi padre, director general de Gentlemen Prefer Blondes, me llamó porque había una vacante de asistente de director de escena. Me salté las clases".
Tras una larga carrera teatral, que incluyó la producción original de My Fair Lady y el trabajo con Marlene Dietrich, Julie Andrews y Richard Burton, entre muchos otros, Adler abandonó Broadway durante la crisis de los años 80. Se trasladó a California, donde trabajó en producciones televisivas como la telenovela Santa Barbara.
"Estaba entrando en el ocaso de una carrera mediocre", declaró a The New York Times en 1992.
Pero la jubilación que estaba contemplando se pospuso cuando Donna Isaacson, directora de casting de "The Public Eye" y amiga desde hacía mucho tiempo de una de las hijas de Adler, tuvo una corazonada sobre cómo elegir a alguien para un papel difícil de cubrir, según informó entonces The New York Times. Adler había estado al otro lado de las audiciones y, curioso por experimentar lo que sentían los actores, aceptó hacer una prueba. El director Howard Franklin, que había hecho audiciones a docenas de actores para el papel de columnista de un periódico en la película protagonizada por Joe Pesci, sintió "escalofríos" cuando Adler leyó el guion, según informó el periódico.
Así comenzó una carrera como actor que le llevó a trabajar de forma constante ante las cámaras durante más de 30 años.
Uno de sus primeros papeles en la serie Northern Exposure, escrita por David Chase, le allanó el camino para participar en un futuro proyecto de Chase, Los Soprano. "Cuando David iba a hacer el piloto de Los Soprano, me llamó y me preguntó si quería hacer un cameo como Hesh. Se suponía que solo iba a ser una aparición", contó a Forward en 2015.
"Pero cuando aceptaron la serie, les gustó el personaje y empecé a aparecer cada cuatro semanas".
Entre sus películas se encuentra "Manhattan Murder Mystery", de Woody Allen, pero Adler era quizás más conocido por su trabajo en televisión. Entre sus créditos se incluyen papeles en "Rescue Me", "Mad About You" y "Transparent", así como apariciones especiales en series que van desde "The West Wing" hasta "Broad City".
Incluso volvió a Broadway, esta vez a los escenarios, en "Taller Than a Dwarf", de Elaine May, en 2000. En 2015, apareció en "Fish in the Dark", la obra teatral que supuso el debut como guionista y actor de Larry David.
"Lo hago porque realmente lo disfruto. Creo que la jubilación es un camino que no lleva a ninguna parte", declaró Adler a Forward sobre la obra. "No sabría qué hacer si me jubilara. Supongo que cuando nadie me llame más, será cuando me jubile. Mientras tanto, esto es genial".
Adler publicó el año pasado sus memorias, "Too Funny for Words: Backstage Tales from Broadway, Television and the Movies".
"Estoy listo para empezar en cualquier momento", declaró entonces a CT Insider cuando le preguntaron si aceptaría más papeles como actor. En los últimos años, él y su esposa, Joan Laxman, se mudaron de Connecticut a su ciudad natal, Nueva York.
Para Adler, que en su día pensaba que era "demasiado ridículo" para actuar, verse a sí mismo en la pantalla fue extraño, al menos al principio. En múltiples entrevistas con diversos medios, expresó lo extraño que era ser reconocido por el público después de pasar tantos años trabajando entre bastidores. Sin embargo, ser inmortalizado en el cine tenía al menos una ventaja, como declaró a The New York Times en 1992.
"Soy inmortal", dijo.
Por Mallika Sen.
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