Australia y Vanuatu anunciaron el miércoles un pacto económico y de seguridad por valor de 327 millones de dólares, una medida que podría afectar al papel de China como principal acreedor externo de la isla.
El primer ministro de Vanuatu, Jotham Napat, aplaudió el acuerdo, denominado oficialmente Acuerdo Nakamal, como una “situación beneficiosa para todas las partes”.
“El acuerdo que se ha firmado hoy reportará muchos beneficios”, declaró Napat en una conferencia de prensa celebrada en la isla de Tanna, en Vanuatu. “Ya sea en materia de seguridad, transformación económica, con especial atención a la movilidad laboral y el apoyo financiero”.
El viceprimer ministro de Australia, Richard Marles, se hizo eco del deseo de establecer lazos más estrechos entre ambos países.
“[Este acuerdo] reconoce nuestra conexión económica compartida”, dijo Marles. “Reconoce que, como vecinos, tenemos un entorno de seguridad común y un compromiso mutuo”.
El Acuerdo Nakamal se ultimará en las próximas semanas de septiembre, para lo cual se requiere la firma de ambos líderes, Napat y el primer ministro australiano Anthony Albanese, según anunció Napat.
La ministra de Asuntos Exteriores, Penny Wong, destacó el compromiso de Australia con el desarrollo de una relación a largo plazo. Lo más importante es “dónde estaremos dentro de tres, cinco y diez años”, afirmó.
El acuerdo sustituye a un acuerdo de seguridad de 2022, cuyos detalles adicionales quedarán pendientes hasta su finalización.
China se ha convertido en uno de los principales socios de Vanuatu en materia de infraestructuras durante la última década, financiando proyectos como carreteras en las islas de Tanna y Malekula, la mejora de la pista del aeropuerto de Port Vila y un palacio presidencial, todos ellos financiados total o parcialmente con préstamos concesionales o subvenciones chinas.
A finales de 2022, los préstamos chinos representaban casi el 40 % de la deuda externa de Vanuatu, según el Instituto Lowy, lo que suscita la preocupación de que nuevos préstamos para infraestructuras, especialmente el proyecto de la carretera de Malekula, puedan llevar la deuda a niveles insostenibles.
En medio de estos vínculos financieros, han surgido informes sobre una posible base militar china en la isla, en particular en relación con el muelle de Luganville. Tanto el Ministerio de Asuntos Exteriores chino como el ministro de Asuntos Exteriores de Vanuatu han desmentido oficialmente estas afirmaciones, y las autoridades chinas las han calificado como “noticias falsas”.
Vanuatu ha sostenido siempre que no está alineado ni con Occidente ni con China, y defiende una política de no alineamiento destinada a preservar la soberanía y la flexibilidad estratégica.
El exprimer ministro del país, Sato Kilman, afirmó esta postura ante la Australian Broadcasting Corporation en 2023, afirmando: “No somos prooccidentales [ni] pro-chinos”.
Australia, por su parte, expresó su creciente preocupación por la expansión de la presencia militar y la influencia de China en el Pacífico, especialmente tras las maniobras navales con fuego real que, según se afirma, interrumpieron el tráfico aéreo comercial en el mar de Tasmania en febrero.
En el Diálogo de Shangri-La celebrado en Singapur en mayo, Marles presionó a Beijing para que mostrara más transparencia en relación con las maniobras militares.
“Cuando se observa el crecimiento del ejército chino, que se ha producido sin garantías estratégicas ni transparencia estratégica... nos gustaría tener una mayor transparencia en lo que China pretende hacer, no solo en su rearme, sino también en los ejercicios que lleva a cabo”, declaró el viceprimer ministro de Australia.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí