Opinión
A mediados de junio, el crucero de clase Ticonderoga USS Princeton se encontró con la Armada del Ejército Popular de Liberación (EPL) mientras operaba en el Pacífico occidental. El suceso, conocido como el incidente del Princeton, reafirmó las evaluaciones de los servicios de inteligencia estadounidenses sobre el liderazgo, el mando y el control del EPL.
Incapacidad para adaptarse bajo presión
A pesar de los años de modernización, las numerosas operaciones en mares lejanos y la ampliación de los entrenamientos realistas alrededor de Taiwán, la respuesta del EPL durante el incidente del Princeton puso de manifiesto una preocupante falta de adaptabilidad táctica. El encuentro, que se inició con maniobras agresivas de un destructor Tipo 052D, cazas J-15 y un submarino Tipo 039, culminó en una escalada no provocada cuando el destructor fijó su radar de control de fuego en el USS Nimitz, arriesgándose a un conflicto directo con la Flota del Pacífico de Estados Unidos.Al no demostrar una presión coordinada en múltiples ámbitos, las acciones del EPL parecieron desintegradas y reactivas. El radar del destructor no estaba sincronizado con las maniobras aéreas o submarinas, lo que sugiere un mando conjunto fragmentado. Sin embargo, en respuesta, el Princeton aprovechó tanto la guerra electrónica como las operaciones submarinas para neutralizar la amenaza sin provocar una escalada.
Cabe destacar que este encuentro se produjo pocos días después de que la Armada del EPL mostrara públicamente el Weinan, su destructor Tipo 052D mejorado, durante unas extensas maniobras en el mar de la China Meridional. Según International Defense Analysis, el destructor contaba con un sistema de radar AESA de doble cara, una coordinación mejorada de los drones y unas capacidades de localización de objetivos a nivel de formación mejoradas. Estas mejoras se destacaron en las noticias, haciendo hincapié en la preparación para el combate y la superioridad tecnológica. Ese contexto sugiere que los chinos anticipaban un rendimiento más asertivo y eficaz cuando el mando de la Armada Popular de Liberación autorizó el encuentro con el Princeton.
La postura agresiva del J-15 también pudo haber estado motivada por su reciente encuentro con un avión de patrulla marítima japonés P-3C pocos días antes. El 7 y 8 de junio, los J-15 del portaaviones Shandong se acercaron deliberadamente a los aviones japoneses, volando a menos de 45 metros en horizontal y sin dejar espacio en altura, un comportamiento que se prolongó durante casi 40 minutos.
Las autoridades japonesas interpretaron estas acciones como intencionadas y provocadoras, y expresaron su preocupación por el riesgo de colisión. La falta de consecuencias por este comportamiento puede haber envalentonado a los pilotos de los J-15, que adoptaron una postura igualmente agresiva durante el incidente del Princeton. Esperando afirmar su dominio o provocar una reacción, se encontraron en cambio con una respuesta disciplinada y tecnológicamente superior por parte de Estados Unidos.
Validación de las evaluaciones estratégicas de EE. UU.
El episodio del Princeton sirve como caso de estudio de las evaluaciones estratégicas de EE. UU. El informe del Departamento de Defensa (DOD) de 2024 sobre el poder militar de China advirtió de las "cinco incapacidades" que aquejan al liderazgo del EPL. Estos problemas sistémicos incluían comandantes incapaces de juzgar situaciones, comprender intenciones, tomar decisiones, desplegar fuerzas o gestionar sorpresas. La validación de la evaluación se produjo cuando cada una de estas deficiencias se manifestó durante el encuentro.Por ejemplo, la incapacidad de la Armada Popular de Liberación para anticipar o contrarrestar el posicionamiento de los submarinos estadounidenses amplificó un punto ciego persistente en la guerra submarina. A pesar de desplegar más de 60 submarinos, incluido el tipo 039 de la clase Yuan mejorado, China ha tenido dificultades para integrar la inteligencia acústica y la localización de objetivos en tiempo real. El USS Princeton utilizó un sonar pasivo y engaños electrónicos para ocultar su posición, lo que obligó al submarino chino a retirarse.
Además, los fallos en la coordinación de las maniobras aéreas y marítimas sugirieron que los comandantes de la Armada Popular de Liberación no fueron capaces de interpretar las intenciones de Estados Unidos ni de ajustar su postura en consecuencia. Esto concuerda con las afirmaciones del informe del Departamento de Defensa de que las unidades del Ejército Popular de Liberación a menudo "carecen de iniciativa y dependen de directivas de arriba abajo", una vulnerabilidad que socava su capacidad para gestionar la escalada o aprovechar las oportunidades tácticas.
El hecho de que el Weinan no demostrara las capacidades de radar y coordinación anunciadas durante el encuentro parece validar las evaluaciones de Estados Unidos de que los comandantes tienen deficiencias de coordinación. A pesar del informe de entrenamiento de junio, que elogiaba la puntería asistida por drones y la coordinación de fuego en toda la formación, el destructor fue incapaz de integrarlas en presencia de las fuerzas estadounidenses. El hecho de no haber aprovechado esas capacidades sugiere una desconexión entre los ejercicios programados y la ejecución en el mundo real.
Disfunción institucional y colapso del apoyo estratégico
La desunión operativa del EPL se ve agravada por la inestabilidad institucional ante la reestructuración. La reciente disolución de la Fuerza de Apoyo Estratégico (SSF) de China, anteriormente responsable de la guerra cibernética, espacial y electrónica, creó una brecha crítica en la arquitectura de las fuerzas conjuntas del país. Esta reorganización, resultado de supuestas investigaciones por corrupción y confusión doctrinal, perturbó la continuidad del mando y degradó la coordinación estratégica.El colapso de la SSF se produjo pocos meses antes del incidente de Princeton, y es posible que el momento en que se produjo haya contribuido a la incapacidad del EPL para aprovechar las herramientas cibernéticas o electromagnéticas durante el encuentro. Las operaciones espaciales de la SSF se integraron en una nueva Fuerza Aeroespacial el año pasado. Sin embargo, las unidades cibernéticas del EPL siguen en constante cambio, lo que plantea nuevas dudas sobre la capacidad de China para llevar a cabo operaciones integradas en múltiples ámbitos.
La desaparición de las SSF es solo un frente más en un esfuerzo más amplio de reorganización interna, que ha visto cómo se marginaba a generales de la Fuerza de Cohetes y se destituía a responsables de adquisiciones navales. Como resultado, la supervisión de Beijing creó inestabilidad precisamente en los puestos destinados a dotar a la flota de capacidades de última generación.
Evaluaciones extranjeras: Apariencia versus capacidad
Los analistas occidentales suelen citar los despliegues de dos portaaviones y los ejercicios en mares lejanos como prueba de la madurez de China en aguas internacionales. Pero el incidente de Princeton sugiere que gran parte de esta capacidad es narrativa y no está demostrada. La creciente flota de la Armada Popular de Liberación, que incluye un superportaaviones clase Fujian, puede ser una poderosa campaña de información, pero su comportamiento operativo revela una fuerza que sigue luchando con la integración del mando y la gestión de la escalada.Es probable que la asertividad de la Armada Popular de Liberación tenga más que ver con la legitimidad interna y la señalización regional que con una verdadera disuasión. La postura marítima de Beijing suele calibrarse para impresionar al público nacional e intimidar a los actores regionales, más que para prevalecer en un conflicto sostenido. Las acciones decisivas del Princeton pusieron de manifiesto una importante brecha entre la apariencia y la capacidad.
Cabe destacar que la Armada Popular de Liberación no aprovechó el encuentro para enviar un mensaje estratégico. A diferencia de incidentes anteriores, como la casi colisión con una fragata canadiense en 2023, los medios de comunicación chinos no informaron sobre el enfrentamiento con el Princeton.
El contraste entre el rendimiento del Weinan en los ejercicios programados y su conducta durante el encuentro con el Princeton refuerza la valoración de Estados Unidos de que los simulacros de la Armada Popular de Liberación son exhibiciones coreografiadas más que verdaderos indicadores de madurez operativa.
Implicaciones estratégicas para la política estadounidense
Estados Unidos y sus aliados del INDOPACOM han aprendido que desarrollar capacidades de guerra electrónica, lograr el dominio submarino y gestionar la escalada tiene un valor significativo. Además, está claro que la capacidad de la Armada de Estados Unidos para operar en los cinco ámbitos con precisión y moderación sigue siendo inigualable.No obstante, la intención estratégica del régimen chino sigue siendo agresiva, y es probable que los líderes militares recalibren la doctrina, aceleren la modernización y busquen contramedidas asimétricas en los ámbitos espacial, cibernético y de misiles. Estados Unidos debe esperar cambios similares y hacer hincapié en la coordinación de sus alianzas. Esto será más eficaz mediante ejercicios continuos con Japón, Australia y Filipinas.
Los ejercicios deben dar prioridad a escenarios conjuntos e impredecibles que simulen entornos conflictivos. Además, aunque la Armada Popular de Liberación (APL) pueda estar ampliando su tamaño e intentando expandir su alcance, su capacidad para operar bajo presión sigue siendo dudosa. Esta vulnerabilidad en el mando y control respalda el enfoque occidental de disuasión y diplomacia en el Indo-Pacífico.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de The Epoch Times.
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