La petrolera rusa Lukoil anunció que planea vender sus activos internacionales después de que las sanciones impuestas por el gobierno de Trump se dirigieran contra la empresa y su homóloga rusa Rosneft, en un intento por presionar a Rusia para que ponga fin a la guerra en Ucrania.
La empresa anunció la decisión el 27 de octubre, diciendo que la medida era una respuesta a las “medidas restrictivas” impuestas por varios países, entre ellos Estados Unidos. Las sanciones, anunciadas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos el 22 de octubre, congelaron los activos de Lukoil en Estados Unidos y prohibieron a las empresas y particulares estadounidenses hacer negocios con la empresa y sus filiales.
“Lukoil informa que, debido a la introducción de medidas restrictivas contra la empresa y sus filiales por parte de algunos estados, la empresa anuncia su intención de vender sus activos internacionales”, dice el gigante petrolero en un comunicado.
La empresa dijo que había comenzado a “considerar las ofertas de los posibles compradores” y que solicitaría una prórroga de su “licencia de liquidación” de la OFAC si necesitaba más tiempo del plazo de gracia, que vence el 21 de noviembre, para completar las transacciones.
"Sanciones enormes"
Las sanciones forman parte de los esfuerzos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para presionar al presidente ruso, Vladimir Putin, a fin de que detenga las operaciones militares en Ucrania y acepte un alto el fuego. Representan la primera ronda importante de sanciones económicas impuestas a Moscú desde que Trump regresó a la Casa Blanca para un segundo mandato."Simplemente sentí que era el momento", dijo Trump a los periodistas en el Despacho Oval el 22 de octubre, mientras recibía al secretario general de la OTAN, Mark Rutte. "Son sanciones enormes. Esperamos que no duren mucho tiempo. Esperamos que la guerra se resuelva".
Las medidas afectan a Rosneft y Lukoil, que juntas representan más de la mitad de las exportaciones de crudo de Rusia, y a casi tres docenas de sus filiales. También abren la puerta a sanciones secundarias contra bancos y empresas extranjeros que sigan haciendo negocios con las empresas incluidas en la lista negra, lo que en la práctica corta el acceso al sistema financiero estadounidense a los infractores.
“Es hora de detener la matanza y de un alto el fuego inmediato”, dijo el secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien supervisa la OFAC, en un comunicado el 22 de octubre. “Ante la negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, el Tesoro sanciona a las dos mayores compañías petroleras de Rusia que financian la maquinaria bélica del Kremlin. El Tesoro está dispuesto a tomar nuevas medidas si es necesario para apoyar el esfuerzo del presidente Trump por poner fin a otra guerra”.
Las participaciones internacionales de Lukoil son muy amplias y abarcan 11 países, incluidas refinerías de petróleo en Bulgaria, Rumanía y los Países Bajos, y participaciones en proyectos de exploración y producción en Azerbaiyán, Kazajistán, Uzbekistán, Irak, Egipto, Camerún, Nigeria, Ghana, México, los Emiratos Árabes Unidos y la República del Congo.
Las sanciones suponen un giro radical con respecto a la estrategia anterior de Trump, que consistía en actuar con moderación mientras se buscaban vías diplomáticas para poner fin a la guerra. El presidente canceló una cumbre prevista con Putin a finales de octubre, alegando que las conversaciones se habían convertido en "una pérdida de tiempo". Su administración también ha presionado a países como India y China para que reduzcan las importaciones de petróleo ruso y ha advertido de sanciones en caso de incumplimiento.
El Reino Unido también impuso sanciones a Lukoil el 15 de octubre, y la secretaria de Relaciones Exteriores británica, Yvette Cooper, citó la necesidad de presionar a los líderes rusos para que acepten un alto el fuego.
"En este momento crítico para Ucrania, Europa está dando un paso al frente", dijo Cooper en un comunicado.
"Juntos, el Reino Unido y nuestros aliados estamos aumentando la presión sobre Putin, actuando contra su petróleo, su gas y su flota fantasma, y no cesaremos hasta que abandone su fallida guerra de conquista y se tome en serio la paz".
La medida del Reino Unido se dirigió contra Lukoil, Rosneft y 44 petroleros de la flota clandestina, a los que se les impuso una congelación de activos, restricciones de transporte y una prohibición de los servicios fiduciarios del Reino Unido, lo que significa que las empresas británicas ya no pueden ayudarles a crear o gestionar cuentas o empresas de jurisdicción extranjera.
Moscú condena el "acto hostil"
En el Kremlin, Putin condenó las sanciones de Estados Unidos como un "acto hostil" y acusó a Washington de socavar la reciente mejora de las relaciones entre ambos países."Es algo obvio y no fortalece las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que acaban de empezar a recuperarse", dijo el 23 de octubre, según informó la agencia estatal de noticias TASS. "Sin duda, el gobierno estadounidense perjudica las relaciones entre Rusia y Estados Unidos con este tipo de acciones".
Se espera que las medidas afecten a las finanzas de Rusia en un momento crucial. Los ingresos procedentes del petróleo y el gas representan aproximadamente un tercio del presupuesto federal de Moscú, que financia tanto el gasto militar como las subvenciones internas que ayudan a amortiguar el impacto económico de la guerra.
Putin dijo que las restricciones a las exportaciones de petróleo ruso podrían hacer subir los precios mundiales de la energía, señalando que, a diferencia de Rusia, Estados Unidos consume más petróleo del que vende. Dijo que las sanciones "no tendrán un impacto significativo" en la economía rusa.
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