El 16 de septiembre, las autoridades detuvieron a cinco personas sospechosas de operar una red de tráfico de drogas multimillonaria que utilizaba lujosos aviones privados para transportar más de 20,000 kilogramos de cocaína —unos 44,000 libras— y más de 100 millones de dólares en ganancias procedentes del narcotráfico entre Los Ángeles y la ciudad de Nueva York.
Los acusados fueron imputados por 10 cargos federales por su presunta participación en la red de tráfico de drogas.
Jamel Donald Levy, de 52 años, de Brooklyn, Nueva York; Bruce Adams, de 50 años, del Bronx, Nueva York; y Cindy Rachel Imbert, de 33 años, de Englewood, Nueva Jersey, comparecieron por primera vez ante el tribunal el 16 de septiembre en el tribunal de distrito de Nueva York.
Los residentes de Los Ángeles Nohely Jiménez-Ruiz, de 30 años, y Lorna Martínez, de 42, también conocida como "Cookie", comparecieron por primera vez ante el tribunal de Los Ángeles el mismo día.
Otros acusados sospechosos de estar involucrados en la operación se encuentran bajo custodia federal, incluidos los presuntos cabecillas David Rodríguez, de 45 años, de Dumont, Nueva Jersey; y Raymond O'Connell, de 39 años, de la ciudad de Nueva York.
Según la acusación, Rodríguez y O'Connell supuestamente dirigieron la compra y el almacenamiento de grandes cantidades de cocaína en Los Ángeles para su distribución en la costa este durante varios años.
La operación delictiva presuntamente operaba desde una joyería falsa en el California Jewelry Mart, en el centro de Los Ángeles. Los fiscales alegaron que los miembros de la operación enviaban cajas de plástico cerradas con llave que ocultaban cocaína al Distrito del Diamante de la ciudad de Nueva York utilizando empresas de transporte de mercancías de alto valor. Las empresas de transporte se especializaban en el envío de joyas, metales preciosos y obras de arte.
Según los fiscales, la cocaína era luego redistribuida por los cómplices a lo largo de la costa este.
Las autoridades afirman que Rodríguez y O'Connell dirigían el envío de las ganancias de la droga desde Nueva York a Los Ángeles, donde los cómplices blanqueaban el dinero y lo enviaban a otros miembros de la organización.
Durante la investigación criminal, la organización envió al menos 1300 paquetes entre Los Ángeles y Nueva York, según informaron las autoridades. De ese total, más de 800 paquetes de cocaína con un peso superior a las 22 toneladas se enviaron desde Los Ángeles a Nueva York. El valor estimado al por mayor de los envíos es de 315 millones de dólares. Otros 500 paquetes se enviaron desde Nueva York a Los Ángeles, con un valor total declarado de más de 105 millones de dólares.
Durante la investigación, las fuerzas del orden incautaron más de 2.8 millones de dólares en efectivo y más de 725 kilogramos (unas 1600 libras) de cocaína, presuntamente procedentes del tráfico de drogas. También incautaron coches de alta gama y joyas que, según los fiscales, habrían sido comprados por los acusados con el dinero obtenido del tráfico de drogas.
Un cartel fuera de una joyería en el Distrito del Diamante de Nueva York, el 6 de marzo de 2007. (Mario Tama/Getty Images)Rodríguez y O'Connell están detenidos desde el año pasado, según informaron los fiscales.
Cada uno de ellos está acusado de un delito de participación en una organización criminal continuada, un delito de conspiración para distribuir y poseer con intención de distribuir cocaína, cuatro delitos de distribución y posesión con intención de distribuir cocaína, un delito de conspiración para blanquear instrumentos monetarios y un delito de blanqueo de capitales.
Si son declarados culpables de todos los cargos, Rodríguez y O'Connell se enfrentarían a penas obligatorias de cadena perpetua en una prisión federal. Los cargos por distribución de cocaína conllevan una pena mínima obligatoria de 10 años de prisión y una pena máxima de cadena perpetua. Los cargos por lavado de dinero se castigan con hasta 20 años de prisión federal.
Otro acusado, Ronell Sweat, de 47 años, de la ciudad de Nueva York, está cumpliendo una condena de 15 años en una prisión federal tras declararse culpable el año pasado de un cargo federal por tenencia ilícita de armas de fuego.
Las fuerzas del orden siguen buscando a los sospechosos Daniel Vega, de 52 años, y Gregory Antonio Benítez, de 40, ambos de la ciudad de Nueva York.
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