El FBI está investigando después que las autoridades dijeran que un acto religioso en Seattle fue interrumpido por actos violentos, según declaró el 27 de mayo un alto cargo del FBI.
«Pedimos a nuestro equipo que investigue a fondo las denuncias de violencia selectiva contra grupos religiosos en el concierto de Seattle», dijo Dan Bongino, subdirector del FBI, en la red social X. «La libertad de religión no es una sugerencia».
La oficina del alcalde de Seattle, Bruce Harrell, no respondió a una solicitud de comentarios antes de la publicación.
Los organizadores dijeron que el evento del 24 de mayo se celebró en el parque Cal Anderson en apoyo de «la santidad de la vida humana, la sacralidad del género biológico, la importancia de la familia nuclear y el derecho a la libertad de expresión y de religión».
Afirmaron que el movimiento que organizó el evento se opone al adoctrinamiento de los niños «por una agenda liberal, política y sexual que busca destruir sus identidades dadas por Dios».
Los contramanifestantes, entre ellos el Partido Socialista de la Libertad, dijeron que su manifestación tenía como objetivo «mantener sus Biblias lejos de nuestros cuerpos».
Los enfrentamientos durante el evento resultaron con un saldo de 23 detenciones, según informó el Departamento de Policía de Seattle. Un menor fue puesto en libertad. El resto de los detenidos fueron acusados de agresión y obstrucción.
La Oficina de Fe de la Casa Blanca declaró el martes que condenaba «la violenta interrupción del evento religioso MayDay USA en Seattle».
«Afirmamos los derechos fundamentales a la libertad de expresión y a la libertad religiosa de todos los estadounidenses, tal y como los protege la ley federal. Los funcionarios públicos deben proteger los derechos inalienables de todos los ciudadanos, independientemente de su fe o creencias religiosas. Instamos a la ciudad de Seattle a que respete estos derechos en todos los eventos religiosos, salvaguardando la capacidad de las personas creyentes de reunirse y expresar sus creencias sin temor a sufrir acoso o violencia», afirmó la oficina.
Tras el evento, Harrell, demócrata, lo calificó de «mitin de extrema derecha» que, según él, tenía como objetivo «provocar una reacción promoviendo creencias que son intrínsecamente opuestas a los valores de nuestra ciudad, en el corazón del barrio LGBTQ+ más destacado de Seattle».
Afirmó que los anarquistas se infiltraron entre los contra manifestantes e «incitaron a la violencia», lo que llevó a los agentes a realizar detenciones y a pedir a los organizadores que pusieran fin al evento antes de tiempo. La petición fue aceptada.
Los organizadores dijeron en un comunicado a los medios de comunicación que «bajo el liderazgo del alcalde Harrell, la ciudad de Seattle continuó su espiral de anarquía y disfunción, mientras se ignoraron los derechos de los ciudadanos a reunirse pacíficamente, amparados en la Primera Enmienda».
La oficina del alcalde de Seattle publicó posteriormente declaraciones de algunos líderes religiosos que ofrecían su apoyo a Harrell y criticaban a los organizadores del evento.
Russell Johnson, pastor principal de Pursuit NW, dijo en X que Harrell debería disculparse con los cristianos del estado «por sus comentarios intolerantes después de que personas que celebraban un acto de culto pacífico en el parque Cal Anderson fueran violentamente agredidas por el grave delito de expresar sus profundas creencias religiosas en forma de un acto de culto autorizado en propiedad municipal».
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