Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) tienen previsto conceder fondos a un instituto para que investigue cualquier relación entre las vacunas y el autismo, según un aviso publicado recientemente.
Los CDC afirmaron en el aviso, publicado el 11 de septiembre, que tienen la intención de adjudicar un contrato al Instituto Politécnico Rensselaer "para la investigación de la relación entre las vacunas y la prevalencia del autismo".
Afirmó que el Rensselaer, situado en Troy, Nueva York, tiene una "capacidad única para vincular a los niños con grupos maternos utilizando bases de datos propias y conjuntos de datos anonimizados, lo que permite realizar análisis estadísticos avanzados dentro del plazo del proyecto".
El plazo no se incluyó en el aviso.
El Rensselaer, situado en Troy, Nueva York, conoce y agradece la intención del CDC de concederle la subvención, según informó un portavoz del instituto a The Epoch Times en un correo electrónico el viernes.
El profesor Juergen Hahn, que anteriormente ayudó a desarrollar un análisis de sangre para detectar el autismo, participará si el proyecto acaba siendo adjudicado y publicará los resultados de su trabajo al término del mismo, añadió el portavoz.
Hahn no respondió a una consulta antes del momento de la publicación.
El CDC, que no respondió a una solicitud de comentarios antes del momento de la publicación, tiene la intención de adjudicar el contrato a Rensselaer sin someter el proyecto a un proceso de licitación competitivo.
El secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., se comprometió a descubrir las causas del autismo. Kennedy, que supervisa los CDC, dijo durante una reunión celebrada en agosto con el presidente Donald Trump y otros miembros del gabinete que los funcionarios anunciarían los resultados de su investigación en septiembre.
Las tasas de autismo, un trastorno cuyos síntomas incluyen dificultades para comunicarse, se dispararon en Estados Unidos en las últimas décadas, afectando a uno de cada 31 niños de 8 años en 2022, el año más reciente en el que se dispone de datos.
El CDC afirma en su página web que "las vacunas no causan autismo". Para ello, se remite en parte a un estudio realizado en 2013 por investigadores del CDC que determinó que una mayor exposición a los antígenos de las vacunas no aumentaba el riesgo de desarrollar autismo.
La organización Defensa por la Salud Infantil, fundada y presidida por Kennedy antes de incorporarse al gobierno, afirma en su sitio web que "innumerables niños afectados por las vacunas... desarrollaron autismo después de recibir las vacunas rutinarias". El grupo se remitió, en parte, a los expedientes presentados a los jueces que dictan sentencia en los casos presentados ante el Programa Nacional de Compensación por Lesiones Causadas por Vacunas.
Los jueces que evaluaron tres casos presentados para representar miles de casos presentados en relación con el autismo decidieron en 2009 que las vacunas no causaban autismo en esos casos. El Dr. Andrew Zimmerman, testigo del gobierno en esos casos, afirmó posteriormente que hay situaciones en las que las vacunas podrían causar autismo, especialmente en niños con disfunción mitocondrial subyacente, y un estudio que examinó los casos judiciales relacionados con las vacunas encontró que algunos de ellos incluían a personas que fueron indemnizadas por reclamaciones que incluían el autismo.
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