El embajador de Estados Unidos en Panamá, Kevin Marino Cabrera, declaró en una entrevista publicada el 5 de octubre que Estados Unidos considera al Partido Comunista Chino (PCCh) como una influencia maligna en Panamá y que quienes participen en la corrupción del régimen no recibirán visas para ingresar a Estados Unidos.
Cabrrera concedió una entrevista en español a la publicación local Contrapeso Panamá y fue directo sobre las preocupaciones de Estados Unidos.
"Consideramos la presencia china como maligna... Al final, el 70 por ciento de lo que pasa por el Canal [de Panamá] entra y sale de Estados Unidos, por lo que su influencia nos preocupa mucho", declaró a la publicación.
La postura de Cabrera coincide con la del secretario de Guerra de EE. UU., Pete Hegseth, quien expresó opiniones similares en abril, y la del presidente Donald Trump, quien planteó la idea de la propiedad y el control del canal por parte de Estados Unidos durante su campaña. Durante su discurso inaugural, afirmó que China estaba "operando" el paso crucial para su papel en el comercio mundial.
"No se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y lo estamos recuperando", declaró.
El secretario de Estado, Marco Rubio, declaró al presidente panameño, José Raúl Mulino, en febrero que Estados Unidos consideraba la "amenaza" del PCCh como una violación del tratado de neutralidad y que tomaría las medidas necesarias si Panamá no lo hacía.
CK Hutchison, con sede en Hong Kong, posee una participación del 90 por ciento en Panama Ports Company, que opera el Canal de Panamá. Bajo presión de Washington, el conglomerado acordó en marzo vender su participación y ceder la operación de dos puertos a un grupo liderado por la firma estadounidense de inversiones BlackRock.
Cabrera mencionó una auditoría que reveló que el gobierno panameño "dejó de lado 1300 millones de dólares" en su contrato con CK Hutchison.
"Le deben a Panamá más de 600 millones de dólares. Diría que es bastante perverso. Diez millones sería mucho, porque es un contrato grande... ¿pero 600 millones de dólares?", dijo Cabrera.
Panamá se unió a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) del PCCh en 2017 y recibió inversión directa de Beijing en puertos, minas, transporte, banca y comercio.
Las exportaciones panameñas a China aumentaron de unos 43 millones de dólares en 2017 a más de 1000 millones de dólares en 2021, según datos de exportación. Tras la visita de Rubio este año, Mulino se retiró de la BRI.
Cabrera afirmó que los proyectos de la BRI han sufrido retrasos, problemas de construcción y también corrupción.
"Vienen, regalan dinero y se involucran en actos de corrupción, algo que Estados Unidos no hace. Las empresas estadounidenses no pueden participar en esas cosas. Basta con mirar a Chile, Perú y Ecuador: las represas que levantaron, las minas que construyeron. Ha sido un desastre", dijo Cabrera.
Añadió que el régimen ha respaldado ciberataques en todo el mundo y en la región, y que empresas estatales chinas han participado en el ciber-espionaje global del régimen.
"Al final, China les está vendiendo gato por liebre", declaró, y añadió que Estados Unidos vigila a los funcionarios bajo la influencia del PCCh.
Contrapeso Panamá informó en septiembre que el exfuncionario del Canal de Panamá, Jorge González, recibió un contrato de consultoría de 13,000 dólares mensuales de una empresa china que construía un puente sobre el canal. Posteriormente, González fue citado por la Asamblea para declarar sobre el asunto, pero no compareció.
"Es bastante preocupante que un funcionario del Canal reciba contratos. Yo lo llamaría un soborno. Recibió un soborno de una empresa del Partido Comunista Chino. Eso violaría el Tratado de Neutralidad", declaró Cabrera.
Dijo que esperaba que fuera un caso aislado, pero era un claro ejemplo de la "maliciosa influencia del PCCh en el Canal. Corrompiendo, sobornando a un ejecutivo del Canal".
A los funcionarios corruptos se les negarán las visas estadounidenses, afirmó Cabrera, incluso en casos de "participación con empresas chinas que venden tecnología corrupta y poco confiable"
"Reitero, una visa es un privilegio, no un derecho. Y nos aseguraremos de que quienes entren a nuestro país lo hagan para contribuir", afirmó. "Las personas deben asumir las consecuencias de sus actos... Todos tienen derecho a hacer lo que quieran, pero también tenemos derecho a decidir quién entra a nuestro país".
Con información de Reuters.
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