OXON HILL, Maryland— En una extensa entrevista con el presentador de NewsMax, Rob Schmitt, el tecnólogo y empleado especial del gobierno Elon Musk ofreció detalles sobre qué lo impulsa.
Musk se anunció el 20 de febrero, primer día de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en Maryland, cerca de Washington D.C.
Musk dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un órgano consultivo temporal creado bajo la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, que se centra en identificar despilfarro, fraude y abuso en el gasto federal para aplicar posibles recortes.
La entrevista comenzó con una representación visual de los recortes: justo después de que Musk subiera al escenario, el presidente argentino, Javier Milei, se acercó y le entregó al empresario, que llevaba gafas de sol, una motosierra, que usó para promover sus objetivos de reducir el gasto público durante su candidatura presidencial.
«¡Esta es la motosierra para la burocracia!», dijo Musk, sosteniendo la herramienta en alto.
Cuando Schmitt le pidió que describiera cómo era su pensamiento, el empleado especial del gobierno y tecnólogo respondió: «Mi mente es una tormenta».
Hablando ante un público de conservadores, mayormente estadounidenses aunque con un gran contingente internacional, Musk relató detalles de su infancia en Sudáfrica y explicó que creció inmerso en la cultura estadounidense desde muy joven, pese a estar lejos del país.
«Leía cómics y jugaba a Dragones y Mazmorras», dijo, lo que provocó una ovación del público.
«A Estados Unidos le importaba ser de los buenos», comentó Musk a Schmitt. «Eso es bastante inusual».
«Uno quiere estar del lado de los buenos».
El trabajo de Musk en DOGE, que ha reportado 55,000 millones de dólares en ahorros hasta la fecha, cuenta con el apoyo de muchos republicanos, incluidos los del Subcomité de Cumplimiento de la Eficiencia Gubernamental del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes.
En su primera audiencia el 12 de febrero, el representante Brandon Gill (R-Texas) señaló una estimación de 2.7 billones de dólares en pagos gubernamentales indebidos desde 2003, cifra facilitada por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno.
«Estamos descubriendo lo que podría convertirse en el mayor escándalo de lavado de dinero en la historia de Estados Unidos», afirmó.
DOGE ha enfrentado la oposición de varios demócratas y diversas demandas. Algunos litigios recientes se han centrado en el acceso de DOGE a los datos del Servicio de Impuestos Internos (IRS) del Departamento del Tesoro.
El senador John Fetterman (D-Penn.) dijo a los periodistas el 18 de febrero que los esfuerzos de reducción del tamaño del gobierno de la administración Trump, incluidos algunos que afectaron a Pensilvania, resultaron «casi en un caos».
«Al final, el caos no logra ganar votos, y el partido que se percibe como el partido del caos... por eso pierden. Y creo que eso fue parte de lo que nos ocurrió en el 24», declaró Fetterman, refiriéndose a las derrotas electorales de los demócratas.
Durante su conversación del 20 de febrero, Musk y Schmitt abordaron los objetivos de DOGE.
El líder de DOGE sugirió que se dispondría a auditar la Reserva Federal, un objetivo frecuentemente mencionado por los críticos del sistema bancario central a lo largo de los años.
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