Cuando se levanta el telón y Sun Hongwei sube al escenario con Shen Yun Performing Arts, el público ve a un bailarín principal seguro de sí mismo que revive 5000 años de cultura tradicional china. Lo que no ven es el extraordinario viaje que lo llevó hasta allí, una historia marcada por el peligro, la separación y, finalmente, la renovación.
Nacido en la era de la política del hijo único del Partido Comunista Chino (PCCh), Sun era el segundo hijo de su familia, lo que significaba que ni siquiera se suponía que existiera según la ley china.
Su madre, Zhu Yuanzhu, recordó el terror de aquella época. "Si las descubrían, las autoridades las habrían obligado a abortar. Familias como la nuestra se enfrentaban a la demolición de sus casas, multas exorbitantes e incluso a la persecución de sus familiares".
Sun y Zhu compartieron su viaje en "Las historias de la vida", un podcast presentado por Yu Xin para la edición china del medio afiliado de The Epoch Times, NTD.
Perseguidos por su fe
Al negarse a abortar, la embarazada Zhu tomó una decisión audaz. Con la ayuda de su suegro en Taiwán, viajó allí procedente de China, alegando que visitaba a unos familiares. Allí, a salvo del control del PCCh, dio a luz a Sun."Esa fue la primera vez que escapó de una crisis de vida o muerte", dijo. "Tras su nacimiento, su registro civil se registró a nombre de mi padre, lo que le otorgó la nacionalidad taiwanesa".
Los padres de Sun regresaron posteriormente a China con él. Sin embargo, cuando tenía tan solo 6 años, su madre fue encarcelada por practicar Falun Gong, una práctica espiritual que consiste en ejercicios de meditación y enseñanzas morales basadas en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia.
Tras su lanzamiento al público en 1992 por el Sr. Li Hongzhi, Falun Gong se extendió rápidamente en China, y los medios de comunicación estatales incluso elogiaron sus beneficios para la sociedad. Sin embargo, en julio de 1999, el PCCh se volvió contra la práctica y lanzó una brutal campaña de persecución destinada a eliminarla y a sus practicantes en un plazo de seis meses. Millones de personas fueron sometidas a arrestos arbitrarios, tortura, trabajos forzados, intentos de lavado de cerebro e incluso a la sustracción forzada de órganos. La persecución continúa.
Un practicante de Falun Gong es llevado a la fuerza por la policía china hacia un furgón policial en la Plaza de Tiananmén en Beijing, China, el 11 de mayo de 2000. (Stephen Shaver/AFP vía Getty Images)Zhu estuvo encarcelado durante siete años. Afuera, su hijo pequeño soportaba el estigma de ser "el niño sin madre". Dijo que los vecinos murmuraban a sus espaldas, sus compañeros de clase se burlaban de él y se volvió callado y retraído.
"Empecé a encerrarme en mí mismo y no me atrevía a hablar", recuerda Sun. "Mi personalidad se volvió muy introvertida".
Tras su liberación, Zhu se enfrentó a un duro dilema. Funcionarios del PCCh le advirtieron que, a menos que renunciara a su fe, su hijo no podría asistir a la escuela en China. Se negó a firmar la "garantía" de dejar de practicar Falun Gong. Por lo tanto, a la familia solo le quedó una opción: enviar a Sun, que entonces tenía 13 años, a Taiwán solo.
La noche anterior a su partida, Sun estaba preso del miedo. "Les preguntaba a mis padres si aún podía volver", recuerda.
El abuelo de Sun, en Taiwán, falleció cuando él era joven. Sin familiares esperándolo, su madre le dijo que simplemente buscara practicantes de Falun Gong en un parque local. Confiando en la bondad de los practicantes, creyó que lo ayudarían.
Milagrosamente, eso fue exactamente lo que sucedió. En las calles de Taiwán, Sun vio un cartel sobre Falun Gong. Armándose de valor, se acercó a los practicantes y les contó su historia. Fue recibido por desconocidos que le ofrecieron refugio, educación y el calor de una familia que había perdido.
"Me acerqué y les pregunté", dijo. "Les conté mi experiencia. Se sorprendieron al escucharme. Les di el número de teléfono de mi mamá. La llamaron para confirmar si era cierto".
Aquellos practicantes de Falun Gong acogieron a Sun y lo recibieron en sus hogares. Vivió con ellos durante dos años.
"Me trataron como a su propio hijo", dice. "Fueron muy desinteresados".
Sun Hongwei compite durante el Concurso Internacional de Danza Clásica China NTD 2023 en Purchase, Nueva York, el 10 de septiembre de 2023. (Larry Dye/The Epoch Times)
Encontrar un nuevo propósito
Este nuevo comienzo se convertiría en un punto de inflexión. En 2010, Sun vio una actuación de Shen Yun por primera vez. Conmovido por su misión de revivir la cultura tradicional china y exponer la persecución a Falun Gong, sintió una vocación."Yo también quería unirme", dijo. "Quería exponer la persecución del PCCh, pues la experimenté personalmente. Sentí que hacerlo sería mucho más significativo".
Shen Yun Performing Arts, fundada por practicantes de Falun Gong en 2006, es una compañía de danza con sede en Nueva York cuyo objetivo es revivir la cultura tradicional china que fue destruida por el PCCh.
El bailarín principal de Shen Yun Performing Arts, Sun Hongwei, es recibido nuevamente después de una gira en el aeropuerto JFK de la ciudad de Nueva York en mayo de 2025. (Cortesía de Benny Zhang)Ese mismo año, se matriculó en el Fei Tian College de Shen Yun en Taiwán y poco después se trasladó a su campus principal en Estados Unidos. Allí, inmerso en una comunidad de compañeros practicantes, su confianza floreció. El Fei Tian College es una universidad privada sin fines de lucro con sede en Nueva York que ofrece programas especializados de grado y posgrado en Artes y Ciencias. Los programas de su departamento de danza están imbuidos de las tradiciones de Oriente y Occidente, y forma a bailarines y artistas para Shen Yun.
"[En China], siempre desconfiaba de los demás", dijo Sun. "Aquí, bajo la influencia de otros estudiantes, mi baja autoestima empezó a desaparecer poco a poco. Ahora soy más alegre".
El talento y la dedicación de Sun lo impulsaron a convertirse en bailarín principal de Shen Yun. En el escenario, ahora carga con el peso de su pasado con gracia y determinación, transformando el dolor en belleza.
"Siento que he encontrado mi propósito en la vida, que es ser parte de Shen Yun, restaurar la cultura tradicional china y exponer la persecución que está sucediendo en China", dijo.
Pensando en el futuro
Sun y su madre se reencontraron en Estados Unidos. Tras años de persecución, separación e incertidumbre, por fin pudieron vivir juntos en paz. Zhu se maravilla del hombre en el que se había convertido su hijo."Antes era muy introvertido, pero ahora es alegre, filial y fuerte", dijo. "La gente envidia la persona en la que se ha convertido".
Para Sun, las dificultades de su infancia no son sólo recuerdos de sufrimiento, sino peldaños hacia una misión más profunda.
"Espero que Shen Yun pueda presentarse pronto en China continental", dice. "También espero que el PCCh pueda detener pronto la persecución a Falun Gong en China, para que muchos practicantes de Falun Gong allí tengan derecho a la libertad de creencia. Mi familia ha sido perseguida, y hay decenas de miles de familias como la mía. Espero que puedan reunirse como familia".
Mientras Sun danza en el escenario, el público ve más que movimientos elegantes. Ven el triunfo del espíritu sobre la opresión, una vida antes negada que ahora florece en el escenario, una historia de supervivencia transformada en arte.
Sun Hongwei y su madre Zhu Yuanzhu en Middletown, Nueva York, en junio de 2024. (NTD)Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí
