STARKE, Florida — Un hombre condenado por secuestrar a una mujer en una oficina de seguros del Panhandle de Florida y asesinarla recibió la pena de muerte por inyección letal el martes por la noche.
Kayle Bates, de 67 años, fue declarado muerto a las 6:17 p.m. tras recibir una inyección de tres fármacos en la prisión estatal de Florida, cerca de Starke, en virtud de una orden de ejecución firmada por el gobernador republicano Ron DeSantis. La ejecución amplió el récord de Florida en cuanto al número total de ejecuciones en un solo año, y hay dos más previstas en el estado para el próximo mes.
Bates fue condenado por asesinato en primer grado, secuestro, robo a mano armada e intento de agresión sexual, delitos cometidos durante el asesinato de Janet Renee White el 14 de junio de 1982 en el condado de Bay, en el Panhandle de Florida. El marido de la mujer, Randy White, fue uno de los testigos de la ejecución del martes.
A la hora prevista para la ejecución, las 6 de la tarde, se levantó rápidamente la cortina de la cámara de ejecución. Bates ya estaba atado a una camilla con el brazo izquierdo extendido y con una vía intravenosa ya colocada para administrarle los fármacos. Cuando se le preguntó si deseaba hacer una última declaración, Bates respondió "no".
La ejecución comenzó a las 6:01 p.m. Bates comenzó a respirar más rápidamente aproximadamente un minuto después de que comenzaran a administrarle los fármacos, y luego dejó de respirar aproximadamente un minuto después. A las 6:05 p. m., el alcaide tocó el rostro de Bates, lo sacudió por los hombros y gritó su nombre sin obtener respuesta. Varios minutos después, se le declaró muerto.
En una rueda de prensa tras la ejecución, Randy White agradeció a DeSantis por firmar la orden de ejecución y también agradeció a los miembros de las fuerzas del orden y a los fiscales por trabajar en el caso de su esposa.
"Me siento verdaderamente honrado por el torrente de amor y apoyo de tantas personas que no conocían a ninguno de los dos. Les doy las gracias de todo corazón. Significa más de lo que pueden imaginar", dijo.
Según los documentos judiciales, Bates secuestró a su víctima en la oficina de seguros donde trabajaba, la llevó a un bosque detrás del edificio, intentó violarla, la apuñaló mortalmente y le arrancó de un dedo un anillo de diamantes.
Los abogados de Bates habían presentado recursos ante la Corte Suprema de Florida y la Corte Suprema de Estados Unidos, así como una demanda federal alegando que el proceso de DeSantis para firmar las órdenes de ejecución era discriminatorio. La demanda fue desestimada recientemente por un juez que encontró deficiencias en su análisis estadístico.
La Corte Suprema de Florida denegó recientemente las reclamaciones pendientes de Bates, incluidos los argumentos de que las pruebas de daño cerebral orgánico no se habían tenido suficientemente en cuenta durante su segunda fase de la pena. La corte dictaminó que Bates ya había tenido tres décadas para presentar estas reclamaciones. La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó el martes la última apelación de Bates.
Hay dos ejecuciones más previstas en Florida en las próximas semanas.
Curtis Windom, de 59 años, se convertirá en la undécima persona ejecutada en Florida el 28 de agosto. Fue condenado por matar a tres personas en el área de Orlando en 1992.
David Pittman, de 63 años, sería la duodécima persona ejecutada en Florida si se lleva a cabo su sentencia de muerte, prevista para el 17 de septiembre. Fue declarado culpable de apuñalar mortalmente a la hermana y a los padres de su exmujer en su casa del condado de Polk antes de prenderle fuego en 1990.
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