¿Sabes lo que se siente estar paralizado por la indecisión? Tal vez seas el tipo de persona que ama planear y soñar, pero que se siente ansiosa en el momento de actuar.
Es probable que seas una de las muchas personas que luchan con alguna tendencia perfeccionista, incluso si no lo notas.
Durante mucho tiempo, yo no me daba cuenta de cómo esa lucha me controlaba. En algunas áreas de mi vida era una líder segura y relajada, pero en otras pasaba horas y horas creando el plan perfecto sin llegar nunca a ejecutar mis ideas.
El perfeccionismo es un rasgo complejo que se manifiesta de muchas maneras según varios factores de personalidad. Por ejemplo, lo que ves como tu identidad, en qué pones tus esperanzas y qué temes son influencias poderosas que determinan si actuarás o te paralizarás.
Aunque he crecido mucho en este aspecto, sigue siendo una batalla constante para mí.
Cada vez que me siento a escribir, siento cómo mis inseguridades salen a la superficie. La diferencia ahora es que me siento más fuerte y más segura de que encontraré la forma de superarlas.
2 Estrategias básicas
Compartiré algunas cosas que he aprendido sobre mí misma, junto con las estrategias que más impacto han tenido en mi vida.1. Identificar las causas del perfeccionismo paralizante
El perfeccionismo no es el problema, es un síntoma. La raíz casi siempre es el miedo. Por alguna razón, alguno de nosotros desarrollamos una fuerte preferencia por la seguridad y la comodidad y construimos nuestras vidas evitando lo que percibimos como amenazas.
Somos buenos ocultando nuestras debilidades, así que hace falta esfuerzo para quitar capas y descubrir qué es lo que realmente temes. Esto fue lo que descubrí en mí:
No quería fracasar: No me preocupaba tanto lo que pensaran los demás, sino mi autoestima. Si intentas lograr algo y fracasas, no hay excusas detrás de las cuales esconderte. Mientras sigas planeando, puedes aferrarte a la esperanza de algún día alcanzar esa meta.
Odiaba la incertidumbre: Siempre me ha incomodado que las cosas no estén claras. Creo que eso fue lo que me atrajo del estilo de vida simple y del minimalismo cuando era joven; había belleza y calma en eliminar el desorden y quedarme solo con lo esencial. El "problema" con el mundo real es que nada es tan simple como parece en tus planes, así que me refugiaba en ellos el mayor tiempo posible.
Temía el trabajo duro: Ya he hablado de esto antes, pero nunca es fácil admitirlo. Cuando era niña y durante mis años escolares, muchas cosas se me daban con facilidad. Por desgracia, eso me llevó a apoyarme en mis talentos y evitar las oportunidades de crecimiento que surgen del verdadero esfuerzo. Todavía tengo, en lo más profundo, la tendencia a evitar las áreas en las que debo luchar y esforzarme para alcanzar mis metas.
2. Adoptar nuevos comportamientos y mentalidades
Los buenos consejos a veces suenan obvios para unos y transformadores para otros. No sé por qué sucede eso. De hecho, hubo momentos en que escuché el mismo consejo durante años y, de pronto, todo empezó a tener sentido. O lo escuché en un contexto distinto y de repente sonó como la clave maestra para todos mis problemas.
Esa es una de las razones por las que me gusta compartir lo que me ha funcionado, con la esperanza de que alguien tenga ese momento en que todo encaja.
4 consejos para avanzar y dejar atrás el perfeccionismo
En ese mismo espíritu, aquí comparto algunos consejos e ideas que me ayudaron a progresar contra el perfeccionismo.1. Establece límites de tiempo
Para un perfeccionista, no tener una fecha límite es una invitación a explorar todas las posibilidades y evitar comprometerse todo el tiempo posible. Nada aclara tanto tu pensamiento ni te obliga a decidir más rápido que las frías y duras manecillas del reloj (o los números digitales).
2. Comprométete con el progreso
Para bien o para mal, descubrí que la persona a la que más tiendo a decepcionar es a mí misma. En mi vida profesional y en mis relaciones más cercanas, de alguna manera siempre enfrento los retos y cumplo con lo esperado. Aprendí a usar eso a mi favor comprometiéndome más públicamente con mis proyectos y trabajando en colaboración con otros.
3. Registra tus esfuerzos
Llegué a la conclusión de que la única forma de motivación que realmente controlo es la que viene del progreso. Avanzar en cualquier área es inmediatamente gratificante y trato de amplificar ese efecto llevando un registro visual de mi progreso. Hacerlo fomenta una inclinación hacia la acción, ya que busco la recompensa interna que produce seguir adelante.
4. Acepta la incertidumbre
Mi último consejo es más un cambio de mentalidad que un consejo práctico, pero es algo en lo que reflexiono con frecuencia. Antes imaginaba que podía diseñar el plan perfecto, ejecutarlo como una máquina y alcanzar mis metas con facilidad. Ahora entiendo que lo que intentaba era evitar la incertidumbre y el esfuerzo de aprender sobre la marcha.
La verdad sobre el progreso es que hay que avanzar incluso cuando el camino no está claro, decidir sin tener todas las respuestas y actuar antes de que llegue el momento perfecto. En otras palabras, hay que aprender a abrazar el misterio y la incertidumbre de la vida y no tener miedo de ensuciarse en el proceso.
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