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Buques de la Armada que participan en unas maniobras militares conjuntas entre Irán, Rusia y China en el golfo de Omán, el 12 de marzo de 2025. (Oficina del Ejército Iraní/AFP a través de Getty Images)

Buques de la Armada que participan en unas maniobras militares conjuntas entre Irán, Rusia y China en el golfo de Omán, el 12 de marzo de 2025. (Oficina del Ejército Iraní/AFP a través de Getty Images)

Vencer a Irán significa vencer al PCCh

Romper el vínculo entre China e Irán para debilitar el nuevo eje de poder

OPINIÓNPor Anders Corr
21 de junio de 2025, 6:00 p. m.
| Actualizado el21 de junio de 2025, 6:04 p. m.

Opinión

El nuevo eje del mal, liderado por China, Rusia, Irán y Corea del Norte, en ese orden, lleva mucho tiempo atacando la democracia. Mientras Irán y Rusia matan gente en Israel y Ucrania, el régimen de Beijing se prepara para hacer lo mismo en Taiwán.

Por eso, el Partido Comunista Chino (PCCh) quiere que Irán y Rusia tengan éxito. Su éxito castigaría a las democracias del mundo y allanaría el camino para que el Ejército Popular de Liberación cruce el estrecho de Taiwán.

Con ese y otros fines, China e Irán mantienen estrechos vínculos militares, diplomáticos y económicos. El PCCh apoya a Irán en lugar de a Israel, culpando sistemáticamente a este último de la lucha, a pesar de que fue Irán quien la inició armando y entrenando a sus proxies, cuya última ronda de ataques contra Israel comenzó el 7 de octubre de 2023. Fue el peor ataque terrorista de la historia de Israel y el PCCh no culpó a los patrocinadores de los terroristas de Hamás en Teherán. En el ámbito militar, el régimen de Beijing proporciona a Irán los componentes necesarios para fabricar sus misiles y drones.

Ahora que Israel está ganando terreno, el PCCh pide con vehemencia una «desescalada». Esto es poco probable hasta que se desmantele por completo el programa nuclear de Irán. Podría requerir la «rendición incondicional» de Irán, como exigió el presidente Donald Trump, o un cambio de régimen, como propuso el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

El hecho de que el PCCh no esté haciendo más por Irán, como enviar tropas, es una demostración de la debilidad del eje. Estados Unidos y el Reino Unido enviaron material militar, incluidos buques de guerra y aviones de combate, así como el personal necesario para ayudar a defender a Israel de los misiles entrantes. En cambio, el PCCh envía palabras que tienen poca utilidad en la guerra. Las maniobras navales conjuntas de Irán, China y Rusia de marzo, cayeron en el olvido en Moscú y Beijing, ya que ambas capitales apartan la mirada de un socio necesitado.

En términos económicos, el PCCh se está beneficiando enormemente de la condición de paria internacional de Irán. Beijing ya recorrió antes este lucrativo camino, entre otros con Rusia, Birmania (Myanmar), Venezuela y Corea del Norte, todos ellos obligados por las sanciones occidentales a vender a China con descuentos. Ahora, casi nadie, salvo las pequeñas refinerías chinas «teapot», compran el petróleo iraní sancionado. Las grandes empresas petroleras estatales chinas lo evitan por temor a quedar excluidas del sistema financiero mundial.

El petróleo se transporta en petroleros clandestinos con los transpondedores apagados y se vende con descuentos de entre 2 y 11 dólares por barril, de calidad similar al Oman Export Blend. Con 1.7 millones de barriles de petróleo iraní exportados al día, el 90 por ciento de los cuales se destinan a China, esto supone un ahorro de hasta USD 6 mil millones al año para China. El régimen chino paga el petróleo en yuanes, que luego deben volver a China a cambio de exportaciones chinas. Es una situación beneficiosa para Beijing y el PCCh, pero no para Irán. Algunos analistas iraníes consideran que esta relación es una forma de neocolonialismo, se parece más al neo imperialismo.

Las exportaciones totales de China a Irán ascienden a USD 10 mil millones, mientras que Irán exporta casi USD 4.6 mil millones a China (sin incluir sus exportaciones de petróleo en la economía sumergida). El superávit comercial a favor de China es de más de USD 5 mil millones. Eso supone USD 5 mil millones en puestos de trabajo perdidos para el desesperado pueblo iraní. Las principales importaciones de China procedentes de Irán, además del petróleo, son polímeros de etileno, mineral de hierro y cobre refinado.

A medida que la economía china se ralentiza, incluidos los sectores de la construcción y el consumo, su necesidad de estas importaciones disminuirá. Además, hay muchos proveedores alternativos en todo el mundo. Eso pone a los mulás iraníes en una situación difícil. Tienen pocos amigos, poco dinero y sus armas están siendo destruidas cada día por los ataques aéreos israelíes.

El eje está creando tanta confusión, violencia y miedo a nivel mundial que muchos aislacionistas de Estados Unidos, Europa y Japón preferirían verlos luchar entre ellos antes que involucrarse. El hecho de que Israel, Taiwán y Ucrania sean democracias como ellos, plantea un dilema ético a quienes quieren dejarlos fuera. Quedarse al margen conlleva otros riesgos morales.

Si el eje vence a Israel, por ejemplo, en el futuro podría utilizar sus conquistas contra Estados Unidos y nuestros aliados árabes, incluida Arabia Saudí. Eso destruiría la percepción de fuerza que ayuda a Estados Unidos a mantenerse en una posición dominante en el mundo. Aumentaría el precio de la gasolina en Estados Unidos y perjudicaría nuestro crecimiento económico. Fortalecer a una de las potencias del eje cediendo terreno fortalece al resto. Mientras ellos se hacen más fuertes, Estados Unidos se debilita. Lo contrario es cierto y preferible. Fortalecer a los aliados de Estados Unidos mejora la seguridad nacional de Estados Unidos.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.


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