El presidente Donald Trump firmó el 7 de agosto una orden ejecutiva que apunta al gasto en subvenciones federales, con el objetivo de endurecer los parámetros para obtener la aprobación de dichas subvenciones y someter las decisiones sobre la concesión de las mismas a la evaluación de funcionarios designados por el ejecutivo.
"Cada dólar de los impuestos que gasta el gobierno debe mejorar la vida de los estadounidenses o promover los intereses de Estados Unidos. A menudo, esto no ocurre", dice la orden ejecutiva. "Las subvenciones federales han financiado espectáculos de drag queens en Ecuador, han formado a doctorandos en teoría crítica de la raza y han desarrollado programas de educación sexual para personas transgénero".
La orden se produce en un momento en que la administración Trump busca recortes generalizados en el gasto federal en una variedad de proyectos y servicios, así como reducciones en el tamaño de la burocracia federal y otros recortes de gastos.
La administración también ha intentado forzar cambios institucionales amenazando con retirar la financiación federal por cuestiones como las protestas a favor de Palestina, los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), entre otras.
Varias universidades de la Ivy League, en particular, se han enfrentado a la amenaza de perder la financiación federal por políticas que la administración acusaba de permitir el antisemitismo, la DEI o las políticas antimeritocráticas.
En una hoja informativa, la Casa Blanca dijo que, en adelante, las subvenciones federales "serán sometidas a una evaluación más rigurosa" por parte de los funcionarios designados por Trump "para verificar que cada dólar de la subvención beneficia a los estadounidenses en lugar de llenar los bolsillos de los beneficiarios o promover causas que perjudican a Estados Unidos".
La Casa Blanca indicó que el objetivo de estas evaluaciones será reducir la presencia de fondos públicos que vayan a proyectos, organizaciones o individuos que promuevan ideas de izquierda o antiestadounidenses.
Prohibió el uso de subvenciones federales para financiar "cualquier iniciativa que comprometa la seguridad pública o promueva valores antiamericanos".
La orden ejecutiva y la hoja informativa de la Casa Blanca mencionan a la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), y la orden ejecutiva afirma que las subvenciones de la NSF se han destinado a “educadores que promovieron el marxismo, la propaganda de lucha de clases y otras ideologías antiestadounidenses en las aulas, disfrazadas de investigaciones rigurosas y reflexivas”.
La Casa Blanca acusó a la NSF de gastar millones en el diseño de "herramientas de censura de las redes sociales basadas en la inteligencia artificial".
Según la orden ejecutiva, en el futuro, "las subvenciones discrecionales deben, cuando proceda, promover de manera demostrable las prioridades políticas del presidente".
Los expertos en las materias en cuestión colaborarán con los cargos políticos designados para tomar decisiones sobre la concesión de subvenciones, según la orden.
En el pasado, según la Casa Blanca, las subvenciones federales se han utilizado para apoyar "proyectos peligrosos y perjudiciales que socavan la seguridad nacional y los derechos fundamentales".
La Casa Blanca hizo referencia al Instituto de Virología de Wuhan, financiado en parte por los Institutos Nacionales de Salud (NIH), afirmando que era "la fuente más probable" de la pandemia de COVID-19.
Los fondos de los NIH se utilizaron para financiar investigaciones sobre la ganancia de función.
La Casa Blanca también condenó el uso de subvenciones para "servicios gratuitos para inmigrantes ilegales, así como para organizaciones que trabajaron en contra de los intereses estadounidenses en el extranjero".
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