El presidente ruso, Vladímir Putin, no asistirá en persona a la próxima cumbre del BRICS en Brasil debido a la orden de detención dictada contra él por la Corte Penal Internacional (CPI), según ha informado un alto funcionario del Kremlin.
“El presidente participará en los principales actos de esta cumbre a través de videoconferencia. Esto se debe a ciertas dificultades, en el contexto de los requisitos de la CPI”, declaró el 25 de junio Yuri Ushakov, uno de los principales asesores de política exterior de Putin. “El Gobierno brasileño no ha podido adoptar una posición clara que permita a nuestro presidente participar en esta reunión”.
Ushakov señaló que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, representará a Rusia en la cumbre, que está prevista para los días 6 y 7 de julio en Río de Janeiro.
Putin, firme defensor del bloque BRICS —integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— ha promovido la alianza como contrapeso a las instituciones lideradas por Occidente. Su ausencia pone de relieve los retos jurídicos y diplomáticos que plantea la orden de detención de la CPI, que fue emitida en marzo de 2023 por crímenes de guerra relacionados con la deportación de niños de las zonas de Ucrania ocupadas por Rusia a la Federación Rusa.
La orden fue la primera vez que la CPI se dirigía contra un jefe de Estado en ejercicio de un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Aunque el tribunal no tiene poder coercitivo, sus 124 Estados miembros, entre ellos Brasil, están obligados a detener a las personas buscadas si entran en su jurisdicción.
Algunos signatarios de la CPI se han negado a ejecutar la orden. Antes de la visita internacional de Putin a Mongolia en septiembre de 2024, funcionarios rusos expresaron su confianza en que las autoridades locales no actuarían en virtud de la orden de la CPI, alegando acuerdos diplomáticos previos.
Mientras tanto, Dmitri Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y expresidente, ha desestimado la orden de la CPI calificándola de “ilegal” y afirmando en un posteo en las redes sociales que solo un “loco” intentaría ejecutarla.
En 2024, Putin tenía previsto participar en la cumbre del G20 en Brasil, después de que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, asegurara que “no hay forma de que [Putin] sea arrestado” si asiste. Sin embargo, el líder ruso canceló esos planes después de que da Silva se retractara de su promesa y afirmara que correspondería a los tribunales decidir si se llevaba a cabo el arresto.
Mientras tanto, los funcionarios ucranianos han aplaudido la medida de la CPI y han criticado a los países que no cumplen la orden. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, Heorhii Tykhyi, calificó estas negativas de “duro golpe para la Corte Penal Internacional y el sistema de justicia penal internacional”.
Aproximadamente 120 países han firmado el tratado fundacional de la CPI desde su creación hace más de dos décadas, pero varios países, entre ellos Estados Unidos, Rusia, China, India e Israel, no han ratificado el estatuto y no reconocen la jurisdicción del tribunal.
La CPI también fue objeto de escrutinio el año pasado tras emitir órdenes de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el entonces ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, y los principales líderes del grupo terrorista Hamás.
La decisión de investigar a Netanyahu y Gallant suscitó fuertes críticas por parte de funcionarios estadounidenses, y la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para sancionar a la CPI por la orden de detención.
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