La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen; el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente surcoreano, Lee Jae-myung; (de izq. a dcha., fila inferior) La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el primer ministro canadiense, Mark Carney, posan para una foto familiar durante la Cumbre del Grupo de los Siete (G7) en el campo de golf Kananaskis Country en Kananaskis, Alberta, Canadá, el 17 de junio de 2025. (TERESA SUÁREZ/POOL/AFP vía Getty Images)

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen; el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente surcoreano, Lee Jae-myung; (de izq. a dcha., fila inferior) La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum; el presidente francés, Emmanuel Macron; y el primer ministro canadiense, Mark Carney, posan para una foto familiar durante la Cumbre del Grupo de los Siete (G7) en el campo de golf Kananaskis Country en Kananaskis, Alberta, Canadá, el 17 de junio de 2025. (TERESA SUÁREZ/POOL/AFP vía Getty Images)

¿Por qué el gobierno de México no tiene política exterior?

OPINIÓNPor Gerardo De la Concha
21 de junio de 2025, 12:57 p. m.
| Actualizado el21 de junio de 2025, 12:57 p. m.

La modernización del México significó derogar el sistema de reglas no escritas con el que operaba el viejo régimen priista, cuando sólo se miraba hacia adentro. El gobierno de ese entonces comenzó a trabajar basado en pensamiento estratégico, de esa manera se concibió la negociación para un Tratado de Libre Comercio entre México y Estados Unidos.

A los postulados de política exterior existentes en el país se sumó una acción pragmática basada en una visión económica, lo cual revolucionó la propia política exterior mexicana, modificando así las relaciones bilaterales México-Estados Unidos al desecharse el enfoque mexicano defensivo; un trato entre iguales teniendo como objetivo estratégico crear un bloque económico en América del Norte junto con Canadá.

Los procesos históricos siempre son complejos. La irrupción de Donald Trump en el gobierno de Estados Unidos siendo un antiglobalista sustantivo tuvo sin embargo una contención práctica lograda por el gobierno de Enrique Peña en las negociaciones del tratado de libre comercio.

Sin embargo, la inclusión adelantada del equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador resultó un desastre. Todas las cláusulas con reservas fueron derogadas de inmediato por los representantes del nuevo Presidente; se anunció así que la política exterior regresaba al esquema anterior a la modernización: el defensivo, se trataba de una cero negociación.

Ese temor derivaba muchas veces en sumisión; con López Obrador fue muy claro, luego el expresidente Trump comentó en relación a su amenaza de aranceles para que México enviara al Ejército a la frontera sur del país, que nunca había visto doblarse tan rápido a alguien en una negociación, se refería al canciller Marcelo Ebrard y al presidente López Obrador.

Ese enfoque reactualizado está impidiendo que exista una política exterior mexicana estratégica. Si se trata sólo de defenderse, entonces hay que retroceder, pero no tácticamente, sino como se ha visto sumisamente.

La palmadita en el hombro, ser encantadora y lo diga Trump, vender imagen pagada en los medios, mantener postulados retóricos para las bases partidistas, son los objetivos de la presidente Claudia Sheinbaum, no los intereses estratégicos del país en el marco de una verdadera política exterior.

Así funcionó ahora en la invitación para participar en la Cumbre del Grupo de los 7. Al ya estar el gobierno mexicano sólo a la defensiva en relación con Estados Unidos, se suman otros objetivos que no tienen importancia estratégica para la política exterior, como el empeño publicitario de que la presidente sea vista como alguien modesto que viaja en avión comercial.

Por ese motivo baladí, al tener que hacer una escala para cambiar de vuelo comercial, la máxima autoridad mexicana llegó tarde a la máxima actividad hasta ahora en materia de política exterior: participar a tiempo en la Cumbre del selecto Grupo de los 7.

Ese lunes perdido, el primer ministro japonés tuvo oportunidad de un encuentro con Donald Trump y lamentó menos que se suspendiera su reunión bilateral. Esa habría sido también una oportunidad para la presidente Claudia Sheinbaum, aunque en el fondo sin política exterior la actitud defensiva en esta área ya se mostró cuál es con el ejemplo obradorista, que la defensa consiste en ceder y rápido.

Ahora bien, la ausencia de política exterior estratégica ha determinado que la asesoría presidencial y la parte oficial en el ámbito, la Secretaría de Relaciones Exteriores, tengan un comportamiento poco profesional y estén influyendo en la poca calidad de la actividad presidencial en la materia.

Veamos. La presidente Sheinbaum pronunció en el pleno del grupo de los 7 un discurso totalmente fuera de lugar cuando se refiere a un tema bilateral: la situación de los migrantes en Estados Unidos, cometiendo además una grosería diplomática al hacerlo en ausencia del presidente Trump.

Pero lo peor es cuando la presidente Sheinbaum propone una Cumbre del Bienestar para promover la paz. Ya estamos en el plano de las ocurrencias, típicas del anterior Jefe del Ejecutivo. En el contexto de la actual guerra Irán-Israel esto suena absolutamente ridículo. Y es incluso ofensivo si se mira la condición de miseria a la que han sido reducidos actualmente los habitantes de la Franja de Gaza.

Una ventaja de contar con una política exterior estratégica es que las tradiciones y prestigios que también hubo en la vieja política exterior mexicana son aprovechables precisamente de manera estratégica, en un pragmatismo eficaz.

Quiero explicar lo anterior. ¿Cual debió haber sido la propuesta mexicana en esta Cumbre, atendiendo a la terrible coyuntura de la guerra Irán-Israel? Una postura que le dio lustre hace tiempo a la política exterior mexicana y que corresponde a su principio de neutralidad: la desnuclearización del subcontinente americano.

Gracias a la visión y capacidad diplomática de Alfonso García Robles, nuestro otro gran Premio Nobel además de Octavio Paz, el Subcontinente americano está libre desde 1982 de armamento atómico expresamente prohibido por un tratado internacional.

El Presidente Donald Trump se reivindica como pacifista, era así la oportunidad de recordarle una propuesta oportuna como ésta para la intervención internacional y pacificación equitativa de la región en conflicto, además de hacer hincapié implícito en que México es un país que tiene una tradición internacional importante y que entiende objetivos estratégicos en materia de política exterior. Eso fortalece una capacidad negociadora y no defensiva en otros temas.

El bajo nivel profesional tanto de la asesoría presidencial como de la SRE, vuelve a mostrarse en la propuesta de un acuerdo comercial, de seguridad y migratorio. Gran error en los términos. Ya se tiene un Tratado comercial y ahora proponemos bajar a un nivel de acuerdo; en materia de seguridad lo que urge no es un acuerdo sino un tratado como el comercial negociado por socios en un plano de igualdad; sólo en lo migratorio corresponde un acuerdo.

No se trata de palabras, sino de elementos estratégicos de una verdadera política exterior que el gobierno mexicano no tiene ahora.


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