La economía estadounidense se contrajo ligeramente menos de lo inicialmente previsto en el primer trimestre, lo que refleja un ajuste en la inversión y el gasto de los consumidores.
Según la segunda estimación de la Oficina de Análisis Económico del 29 de mayo, la tasa de crecimiento del PIB del primer trimestre fue negativa, del 0.2 por ciento, frente al 0.3 por ciento negativo de la lectura inicial.
El ajuste del PIB se debió a una revisión al alza de la inversión privada bruta, que incluye el gasto en bienes de capital, la construcción de viviendas nuevas y los cambios en las existencias privadas. Los responsables de la política monetaria y los observadores del mercado prestan mucha atención a esta estadística, ya que puede reflejar la salud subyacente de la economía estadounidense.
Además, el gasto de los consumidores se revisó a la baja, del 1.8 por ciento al 1.2 por ciento.
La segunda estimación observó revisiones minúsculas en las exportaciones, las importaciones y el gasto público.
En cuanto a la inflación, la inflación de los precios del gasto en consumo personal (PCE) para el periodo enero-marzo se mantuvo sin cambios con respecto a la estimación inicial del 3.6 por ciento. La inflación subyacente del PCE, que excluye los precios volátiles de la energía y los alimentos, se ajustó ligeramente a la baja, del 3.5 por ciento al 3.4 por ciento.
Retrospectiva y perspectiva
La segunda estimación del PIB es retrospectiva, ya que ocurrieron muchos acontecimientos desde el final del primer trimestre, especialmente en el ámbito comercial.El anuncio de los aranceles del 2 de abril, que impuso aranceles recíprocos y una base universal a todos los países del mundo, trastornó los flujos comerciales internacionales y obligó a los importadores estadounidenses a acelerar sus compras de productos extranjeros.
Desde entonces, la Casa Blanca pulsó el botón de pausa para permitir las negociaciones comerciales. Hasta ahora, la Administración Trump consiguió un acuerdo comercial con el Reino Unido y alcanzó una tregua arancelaria de 90 días con el régimen chino.
El presidente Donald Trump también amenazó con aplicar un arancel del 50 por ciento a la Unión Europea el 1 de junio, pero retrasó la fecha límite al 9 de julio.
El presidente y otros altos funcionarios de la Administración afirman que pronto podrían anunciarse nuevos acuerdos, lo que supondría un alivio para las empresas, los consumidores y los mercados financieros.
Las acciones estadounidenses se recuperaron durante el último mes y el índice de confianza del consumidor de The Conference Board se disparó en mayo.
Las perspectivas de crecimiento económico también parecen estar recuperándose en el trimestre actual.
Las estimaciones del modelo GDPNow del Banco de la Reserva Federal de Atlanta sugieren que la economía estadounidense crecerá un 2.2 por ciento en el segundo trimestre. Del mismo modo, el Nowcast del personal de la Fed de Nueva York apunta a una expansión del 2.4 por ciento para el trimestre.
A pesar de los sólidos resultados previstos para el trimestre abril-junio, una reciente encuesta de la Fed de Filadelfia entre analistas indica que «las perspectivas para la economía estadounidense son ahora más sombrías que hace tres meses».
Según el informe, publicado el 16 de mayo, se espera que la tasa de crecimiento real del PIB sea del 1.4 por ciento este año, por debajo de la previsión anterior del 2.4 por ciento. También se prevé que la tasa de desempleo suba al 4.5 por ciento a principios del próximo año, desde la tasa actual del 4.2 por ciento. Asimismo, se prevé que la tasa de inflación anual alcance el 3.2 por ciento a finales de año.
Los economistas de Oxford Economics sugieren que, sin acuerdos comerciales duraderos y permanentes, podría ser difícil realizar ajustes al alza sustanciales en sus perspectivas de crecimiento.

"Aunque tenemos la intención de revisar al alza nuestras previsiones para el PIB de Estados Unidos, China y el mundo para 2025 y 2026 en nuestra segunda publicación del 21 de mayo, es probable que el crecimiento siga siendo más débil de lo previsto antes del anuncio de los aranceles del 'día de la liberación'", afirmaron en una reciente nota de investigación.
La reciente decisión judicial de bloquear los aranceles del presidente añadió otra complicación a los modelos económicos.
La inflación del PCE es lo que sigue
La inflación será el último informe económico importante de la semana.Se espera que el índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) de abril, el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, ya que tiene en cuenta las variaciones en el gasto de los consumidores y ofrece una cobertura más amplia, se ralentice por segundo mes consecutivo.
Según el modelo de previsión de la inflación de la Reserva Federal de Cleveland, se espera que la inflación anual del PCE se sitúe en el 2.2 por ciento, frente al 2.3 por ciento de marzo. Se prevé que la inflación subyacente del PCE, que excluye las categorías volátiles de alimentos y energía, se mantenga estable en el 2.6 por ciento.
A pesar de la fuerte caída de los indicadores de inflación, Torsten Slok, economista jefe de Apollo, afirma que la inflación está repuntando.
«La inflación lleva varios años bajando hacia el objetivo del 2 por ciento de la Fed. Pero ahora el consenso espera que la inflación suba en los próximos trimestres, impulsada por los aranceles y la presión al alza sobre la inflación de la vivienda», afirmó en una nota enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
De cara al informe del índice de precios al consumo de mayo, la Fed de Cleveland estima que la tasa de inflación anual general subirá al 2.4 por ciento, desde el 2.3 por ciento de abril.
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