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La gente pasa frente a una pantalla que muestra la evolución de la bolsa china en Beijing, el 7 de abril de 2025. (Wang Zhao/AFP vía Getty Images)

La gente pasa frente a una pantalla que muestra la evolución de la bolsa china en Beijing, el 7 de abril de 2025. (Wang Zhao/AFP vía Getty Images)

Ola de suicidios entre empresarios chinos señala profunda crisis en el sector privado, según expertos

En la China actual, la mayor crisis puede que no sea la desaceleración económica, sino el colapso de la fe en el propio sistema, según Xiao Yi

ECONOMÍA CHINAPor Michael Zhuang
9 de agosto de 2025, 6:23 p. m.
| Actualizado el9 de agosto de 2025, 6:23 p. m.

En solo cuatro meses, cuatro destacados empresarios chinos de diversos sectores se suicidaron, todos ellos, según se informa, saltando desde edificios en un acto desesperado. Los expertos afirman que estos incidentes contrastan radicalmente con la narrativa oficial del régimen chino, que habla de un crecimiento del PIB "mejor de lo esperado" para el primer semestre del año.

El 16 de abril, Bi Guangjun, fundador de Jindianzi Textiles Ltd, saltó desde el piso 28 de un edificio. Fuentes internas revelaron que invertió mucho en la nueva industria energética china, pero que perdió una fortuna.

El 2 de junio, Liu Wenchao, presidente de Xizi Elevator Co. Ltd., una empresa muy dependiente del sector inmobiliario chino, actualmente en crisis, murió tras caer desde un edificio. Los medios de comunicación controlados por el Estado chino afirmaron que Liu dijo en una ocasión que cualquiera que tenga ambición acaba con cicatrices.

El 17 de julio, Zeng Yuzhou, fundador de la cadena de reformas del hogar Liangjiaju Building Materials, se lanzó desde un rascacielos en Guangzhou. Dejó una deuda de 1000 millones de yuanes (USD 140 millones), que afecta a más de 2000 familias, más de 1000 empleados y más de 300 proveedores, según los medios chinos.

Solo diez días después, el 27 de julio, los medios chinos informaron que el presidente del gigante minorista Easyhome New Retail Group, Wang Linpeng, falleció tras saltar desde un edificio, solo cuatro días después de ser puesto en libertad por la policía. Wang fue detenido por las autoridades durante una investigación anticorrupción.

Un sistema bajo presión

Xiao Yi, un profesional financiero chino afincado en Londres con 30 años de experiencia en el sector y observador de China, compartió su análisis de las cuatro muertes con la edición china de The Epoch Times, donde colabora habitualmente. Aunque las muertes se produjeron en sectores diferentes, Xiao cree que revelan presiones subyacentes comunes que estrangulan al sector privado chino, entre las que se incluyen el colapso de los flujos de caja, el aumento de la deuda, la incertidumbre política y la erosión de la confianza pública.

Señaló que la creciente deuda de los gobiernos locales chinos desplazó la financiación del sector privado. Mientras que los medios de comunicación estatales defienden lemas como "apoyar la economía real", el capital se canaliza de forma desproporcionada hacia las empresas estatales, dejando a las empresas privadas en una lista negra informal de préstamos.

Según Xiao, los bancos chinos, temerosos de los impagos, están endureciendo el crédito. Después de que la empresa de Bi sufriera pérdidas masivas, su banco recortó los préstamos en lugar de ofrecer apoyo. Los últimos 5 millones de yuanes (USD 685 mil) de los fondos de reserva de Liangjiaju fueron confiscados directamente por su banco, lo que llevó a la empresa a la quiebra.

Declive económico y regulaciones arbitrarias

Desde 2021, el mercado inmobiliario chino está en caída libre, con una fuerte contracción de la demanda de viviendas nuevas y de segunda mano. Xiao afirmó que esto devastó los sectores relacionados, desde los ascensores y la decoración de interiores hasta los electrodomésticos y los materiales de construcción. Los ciclos de pago de los clientes de Liangjiaju se alargaron de dos semanas a seis meses. Los ingresos de Xizi Elevator desaparecieron al incumplir los promotores inmobiliarios.

Xiao señaló que las exportaciones de China se deterioraron debido a los aranceles estadounidenses y al auge de la fabricación en el sudeste asiático. La empresa textil de Bi vio cómo sus pedidos se reducían en un 40 por ciento y las condiciones de pago se duplicaban. El efecto acumulado de estos descensos en todo el sector atrapó a las cadenas de suministro y asfixió los flujos de caja.

Según Xiao, los empresarios en China operan en un entorno de exceso de regulación y cambios políticos impredecibles. Las duras multas medioambientales, la congelación de cuentas y las auditorías arbitrarias pueden paralizar a las empresas de la noche a la mañana.

Más alarmante aún es el poder de los organismos anticorrupción para detener a personas sin supervisión judicial, según Xiao, quien señaló que, según informes, Wang fue recluido en régimen de incomunicación y sin representación legal, un proceso diseñado para obtener confesiones y trazar "redes de intereses", lo que convierte a los sospechosos en peones de purgas políticas.

Confianza rota e injusticia sistemática

Según Xiao, muchas de las empresas que quebraron operaban con modelos basados en la confianza, con pagos por adelantado, financiación en cadena y garantías personales. Cuando esa confianza se evapora, el sistema se derrumba. En el caso de Liangjiaju Building Materials, los clientes exigieron reembolsos, los proveedores protestaron y los empleados huyeron.

Afirmó que, a diferencia de Estados Unidos o Europa, la legislación china carece de una protección significativa contra la quiebra para las empresas privadas. La mayoría de los casos de reorganización son rechazados por los tribunales, especialmente en el caso de las empresas con pocos activos. Una vez que una empresa quiebra, las libertades personales y financieras del fundador desaparecen. Se les incluye en listas negras, se les vigila y se les margina, sin posibilidad de una segunda oportunidad. Muchos ven el suicidio como la única forma "honorable" de resolver una deuda impagable, según Xiao.

El suicidio de cada empresario fue censurado en las redes sociales chinas durante al menos 24 horas, lo que demuestra el estricto control del régimen sobre la narrativa pública.

Xiao observó el discurso en línea en China, y la muerte de Zeng se consideró un fracaso del "hacer negocios con integridad". A pesar de sus esfuerzos por completar los proyectos pendientes, se vio abrumado por los acreedores. Su historia ilustra lo fácil que es convertir la confianza en un arma en la China actual y lo rápido que puede derrumbarse la reputación de una persona, dijo Xiao.

En el caso de Wang, el público especuló que podría revelar información sensible sobre la colusión entre funcionarios locales y figuras empresariales durante su detención. El opaco sistema judicial chino se caracteriza a menudo por la falta de asistencia letrada, las detenciones secretas y las confesiones forzadas. La caída en desgracia de Wang se convirtió en una advertencia de lo que sucede cuando los negocios chocan con el peligro político, según Xiao.

Un guardia mira a través de la ventana de un pasillo dentro de un centro de detención en Beijing, China, el 25 de octubre de 2012. (Ed Jones/AFP a través de Getty Images)Un guardia mira a través de la ventana de un pasillo dentro de un centro de detención en Beijing, China, el 25 de octubre de 2012. (Ed Jones/AFP a través de Getty Images)

Una crisis de confianza

Xiao cree que las muertes de Bi, Liu, Zeng y Wang no son tragedias aisladas. Representan la creciente presión que sufren los empresarios privados chinos, atrapados entre la contracción de los mercados, la imprevisibilidad de las políticas, la exclusión financiera y el colapso del contrato social, afirmó.

En la China actual, la mayor crisis puede no ser la desaceleración económica, sino el colapso de la fe en el propio sistema, según Xiao.

Con información de Xiao Yi.


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