Estados Unidos y China reanudaron el 11 de mayo negociaciones arancelarias cruciales, en un contexto de tensas relaciones comerciales tras la imposición mutua de aranceles extremadamente elevados este año.
En una publicación hecha el sábado en su plataforma social Truth Social, el presidente Donald Trump escribió que se habían logrado «grandes avances» en las conversaciones entre su administración y China. Sugirió que era posible un «reinicio total» entre los dos países, mientras ambas partes se preparan para la segunda y última jornada de las conversaciones previstas en Ginebra, Suiza.
Aunque Beijing aún no ha hecho comentarios públicos sobre las negociaciones, Xinhua, su agencia oficial de noticias, adoptó una postura dura y afirmó que China rechazará cualquier propuesta que socave la «equidad global».
Ni Trump ni la Casa Blanca ofrecieron más detalles sobre las negociaciones comerciales durante el primer día de las mismas ni después.
Las conversaciones entre Estados Unidos y China podrían ayudar a estabilizar los mercados mundiales, que aún se están recuperando de la guerra arancelaria entre ambos países. Algunos barcos en puertos de EE. UU. tienen mercancías procedentes de China y siguen sin querer hacer descargas hasta conocer la decisión final sobre los aranceles a la importación.
Las negociaciones se han celebrado a puerta cerrada y ninguna de las partes ofreció detalles a los periodistas hasta el sábado.
Se han visto varios convoyes de vehículos negros entrando y saliendo de la residencia del embajador suizo ante las delegaciones de las Naciones Unidas en Ginebra, donde se celebran las conversaciones destinadas a rebajar la tensión en las relaciones comerciales entre las dos mayores economías del mundo.

El comercio entre China y Estados Unidos superó los 660,000 millones de dólares el año pasado.
Después de que Trump aumentara los aranceles sobre las importaciones chinas al 145 por ciento en abril, China tomó represalias imponiendo gravámenes del 125 por ciento a los productos estadounidenses. Trump declaró que está considerando reducir los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas al 80 por ciento en los próximos días.
«¡Un arancel del 80 por ciento a China parece adecuado! Depende de Scott», escribió Trump en una publicación del viernes en Truth Social, en referencia al secretario del Tesoro, Scott Bessent.
Bessent es el principal negociador de la Administración Trump en las conversaciones comerciales con China.
La serie de conversaciones celebradas durante el fin de semana supone la primera vez que ambas partes se reúnen en persona para discutir los aranceles en medio de la guerra comercial en curso. Incluso una mínima reducción de los aranceles podría considerarse un avance.
Trump impuso inicialmente un arancel del 20 por ciento a los productos chinos, junto con aranceles del 25 por ciento a México y Canadá, tras acusar a los tres países de contribuir al tráfico ilegal de fentanilo, un potente opioide sintético, hacia Estados Unidos.
A continuación, el presidente añadió aranceles adicionales a China, que incluían medidas recíprocas, para elevar el total de los gravámenes sobre los productos chinos al 145 por ciento.
Trump también ha puesto en el punto de mira el déficit comercial de China con Estados Unidos, que alcanzó los 295,400 millones de dólares el año pasado.
También hay consideraciones de seguridad nacional y geopolíticas que subyacen a las conversaciones de Washington con Beijing, entre ellas los continuos esfuerzos de la China comunista por socavar los intereses estadounidenses en el extranjero mediante la prestación de ayuda diplomática, económica y militar a potencias autoritarias, como Irán, Corea del Norte y Rusia.
Xi Jinping, líder del Partido Comunista Chino, visita este fin de semana al presidente ruso, Vladímir Putin, en Moscú, lo que ensombrece las esperanzas de que las negociaciones arancelarias entre Estados Unidos y China puedan conducir a una mejora más amplia de las relaciones entre ambos países.
Bessent hizo hincapié en el componente de seguridad nacional de las negociaciones comerciales con China.
«La seguridad económica es seguridad nacional, y el presidente Donald Trump está liderando el camino tanto en el país como en el extranjero para lograr un Estados Unidos más fuerte y próspero», afirmó Bessent en un comunicado publicado antes de las conversaciones.
«Espero que las conversaciones sean productivas mientras trabajamos para reequilibrar el sistema económico internacional con el fin de servir mejor a los intereses de Estados Unidos».
Andrew Thornebrooke contribuyó a este artículo.
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