La asamblea legislativa de Kansas, con mayoría republicana, votó a favor de anular el veto de la gobernadora Laura Kelly a un proyecto de ley que prohíbe los procedimientos de reasignación de sexo en menores, convirtiendo a Kansas en el estado más reciente en establecer restricciones a las cirugías de cambio de género y procedimientos relacionados para niños.
Con supermayorías en ambas cámaras, los republicanos superaron con facilidad el umbral de dos tercios necesario para anular el veto de la gobernadora demócrata. El Senado votó 31-9 y la Cámara de Representantes lo siguió con una votación de 84-34 el 18 de febrero, promulgando la Ley del Senado 63 (SB 63), conocida como la Ley de Ayuda, No Daño.
La medida prohíbe a los médicos proporcionar bloqueadores de la pubertad, terapia hormonal y cirugías de reasignación de género a menores diagnosticados con disforia de género. La ley entrará en vigor a finales de este mes. También elimina el apoyo estatal a los procedimientos relacionados con la transición y amenaza las licencias médicas de los médicos que continúen brindando estos servicios.
Kelly, demócrata, vetó la ley el 11 de febrero, argumentando que vulnera los derechos de los padres y advirtiendo sobre sus consecuencias económicas. «Vulnerar los derechos de los padres no es adecuado ni es un valor de Kansas», declaró en un comunicado. «Esta legislación también expulsará a familias, empresas y trabajadores del sector de la salud de nuestro estado, sofocando nuestra economía y agravando la escasez de mano de obra».
El presidente del Senado de Kansas, Ty Masterson, y el presidente de la Cámara de Representantes, Dan Hawkins, emitieron un comunicado conjunto afirmando que actuaron «en honor a los niños que la gobernadora Kelly no protegió con sus repetidos vetos a esta legislación sensata». Describieron los procedimientos de reasignación de género en menores como «perjudiciales, irreversibles y experimentales» y calificaron la anulación del veto como una «victoria del sentido común».
La decisión de la legislatura de Kansas sigue a un esfuerzo nacional más amplio bajo la administración Trump para frenar los procedimientos de reasignación de género. El presidente Donald Trump emitió recientemente una orden ejecutiva para eliminar el apoyo federal a dichos procedimientos, calificándolos como equivalentes a la «mutilación química y quirúrgica», parte de una «tendencia peligrosa» y una «mancha en la historia de nuestra nación».
Varios jueces federales bloquearon la orden la semana pasada.
Trump también firmó una orden ejecutiva aparte declarando que la política de Estados Unidos reconoce solo dos sexos—masculino y femenino—y que «no son cambiantes y están basados en una realidad fundamental e incontrovertible».
«En todo el país, ideólogos que niegan la realidad biológica del sexo han utilizado cada vez más medios legales y coercitivos para permitir que los hombres se identifiquen como mujeres y accedan a espacios íntimos exclusivos para un solo sexo y a actividades destinadas a mujeres, desde refugios para víctimas de violencia doméstica hasta duchas en lugares de trabajo», señala la orden de Trump. «Esto está mal».
La ACLU describió la orden de Trump, que reconoce solo dos sexos, como una política que «exige la discriminación contra las personas transgénero en gran parte del gobierno federal».
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