Fuerzas israelíes realizaron bombardeos aéreos a pocos cientos de metros del palacio presidencial de Siria esta semana.
La operación tuvo lugar el 2 de mayo, y los líderes israelíes afirmaron que los ataques tenían como objetivo evitar nuevos ataques contra el grupo religioso minoritario druso por parte del nuevo liderazgo sirio.
El gobierno sirio calificó el bombardeo como una “escalada peligrosa” en un momento de creciente enemistad entre Damasco y Jerusalén.
Israel ha intensificado sus operaciones militares en Siria desde que los rebeldes derrocaron a Bashar al-Assad en diciembre del año pasado. Las fuerzas israelíes han realizado bombardeos en todo el país desde entonces y han desplegado tropas en el suroeste de Siria para asegurar bases militares sirias cercanas a la frontera, con el fin de evitar que fueran tomadas por fuerzas hostiles.
El nuevo gobierno sirio fue formado por miembros de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), un grupo terrorista islamista suní.
Desde su llegada al poder, el nuevo régimen ha tenido dificultades para proyectar una imagen de inclusión moderada hacia los grupos étnicos y religiosos minoritarios del país, al tiempo que busca centralizar el control sobre los territorios de esas minorías.
Los drusos son uno de esos grupos. Practican una religión minoritaria que se originó como una rama del islam, pero cuyos seguidores no se identifican como musulmanes.
El gobierno sirio ha intentado someter a las fuerzas de seguridad drusas a su autoridad directa y establecer un gobernador y un jefe de policía no drusos en su territorio al sur de Damasco.
Sin embargo, el mes pasado surgieron videos que supuestamente muestran a las fuerzas de seguridad sirias atacando a miembros de los alauitas, un grupo etno-religioso al que pertenecía el antiguo gobernante Assad, y con quienes los drusos estaban tenuemente alineados.
Desde entonces, cientos de alauitas y drusos han muerto en varios incidentes de violencia sectaria, eventos que han incrementado los temores de que las potencias islamistas dominantes puedan ahora intentar aplastar a los grupos minoritarios del país.
Esos temores empezaron a intensificarse el jueves, cuando decenas fueron asesinados en enfrentamientos sectarios en la provincia de Sweida, predominantemente druza.
La oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu dijo en marzo que buscaría proteger a los drusos de la persecución y ha realizado bombardeos aéreos y entregado asistencia humanitaria con ese fin.
Netanyahu y el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, emitieron una declaración conjunta poco después de los ataques del viernes, diciendo que la acción enviaría "un mensaje claro al régimen sirio: no permitiremos que las fuerzas sirias se desplieguen al sur de Damasco ni ninguna amenaza a la comunidad drusa".
"Israel no puede abandonar a los drusos en Siria a su suerte", añadió el líder de la oposición israelí, Yair Lapid X. "El régimen sirio debe saber que son nuestros aliados y no nos quedaremos de brazos cruzados mientras son atacados".
Asimismo, algunos drusos en Israel que sirven en el ejército escribieron a Netanyahu solicitando asistencia para sus compañeros en Siria, sugiriendo que cientos de drusos en el ejército de Israel estaban listos para ofrecerse como voluntarios para una misión protectora.
Sin embargo, no está claro qué tan bienvenida es la acción militar de Israel en Siria por parte de aquellos a quienes se pretende beneficiar.
"Siria es nuestra nación madre, no tenemos un país alternativo", dijo el líder druza Laith al-Balous en una entrevista en la televisión siria cuando se le preguntó si los ataques de Israel en Siria estaban destinados a proteger a los drusos. "No necesitamos la protección de nadie".
Con información de Reuters.
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