El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a una reunión con el líder chino, Xi Jinping, en Beijing el 2 de septiembre de 2025. Sergey Bobylev/POOL/AFP a través de Getty Images

El presidente ruso, Vladímir Putin, asiste a una reunión con el líder chino, Xi Jinping, en Beijing el 2 de septiembre de 2025. Sergey Bobylev/POOL/AFP a través de Getty Images

OPINIÓN

Drones rusos en Europa: Putin crea escenario para culpar a la OTAN

Por

1 de diciembre de 2025, 10:44 p. m.
| Actualizado el1 de diciembre de 2025, 10:44 p. m.

A la luz de las crecientes tensiones en Europa por las incursiones de drones y aeronaves rusas en el espacio aéreo de países de la OTAN, Rusia está intentando crear la impresión de que la Alianza Atlántica está fabricando incidentes para tener una excusa que le permita escalar “la guerra contra la Federación Rusa”.

En la 23.ª reunión del Valdai International Discussion Club —un foro de debate que reúne a funcionarios rusos y a ciertos “invitados” extranjeros y que, hasta la invasión rusa de Ucrania en 2022, fue el principal espacio de desinformación de Rusia dirigido al público extranjero—, Putin declaró que las advertencias sobre la agresión rusa eran “tonterías” y acusó a los europeos de intentar “avivar la histeria” en todo el continente.

Esta acusación fue desarrollada con el argumento de que fuerzas en Occidente están organizando provocaciones. En un informe del 2 de octubre titulado “El guión de la operación de falsa bandera contra Rusia se repite”, Sputnik International citó a Simone Monticchio, académico de la Universidad Estatal Lomonósov de Moscú, quien, al referirse al muro anti drones en Dinamarca, advirtió en una entrevista con “Séptimo Piso” que la “histeria mediática en torno a los supuestos drones rusos sobre países de la OTAN” forma parte de “una estrategia de provocación promovida por los servicios de inteligencia, especialmente los británicos, para crear una excusa para una intervención”.

Entre los escenarios mencionados por Monticchio figuraba “el aterrizaje de drones disfrazados de rusos en territorio polaco para culpar a Moscú”.

Monticchio citó tres ejemplos de anteriores ataques de falsa bandera en Occidente: el hundimiento del USS Maine en el puerto de La Habana en 1898, que condujo al inicio de la guerra hispano-estadounidense; el incidente del Golfo de Tonkín en 1964, utilizado para justificar la escalada de la guerra de Estados Unidos en Vietnam; y el incidente de Gleiwitz, en el que oficiales de las SS alemanas, vestidos como polacos, atacaron una estación de radio alemana el 31 de agosto de 1939, proporcionando una justificación falsa para que Alemania iniciara la Segunda Guerra Mundial.

El destino del USS Maine sigue sin aclararse después de más de 125 años. Se ha reconocido que en el incidente del Golfo de Tonkín hubo una mala interpretación de las señales, y el ataque de falsa bandera alemán no fue perpetrado por Occidente, sino por un régimen que era enemigo de Occidente.

La realidad es que los informes sobre incursiones rusas en el espacio aéreo occidental distan mucho de ser “tonterías” y demuestran la intención de Rusia de usar la amenaza de guerra para intimidar a Occidente. El 20 de septiembre pasado, tres cazas rusos MiG-31 entraron en el espacio aéreo de Estonia desde el noreste y permanecieron allí sin permiso durante 12 minutos. Aviones F-35 italianos, con base en Estonia, fueron desplegados bajo la misión de Policía Aérea del Báltico de la OTAN para escoltar a las aeronaves fuera del espacio aéreo estonio. Según las autoridades de Estonia, esta fue la quinta violación del espacio aéreo del país en lo que va de año.

El presidente checo Petr Pavel, ex presidente del Comité Militar de la OTAN, describió la incursión como “un ejercicio de equilibrio al borde del conflicto”.

Casi al mismo tiempo que la incursión en Estonia, drones que aparentemente volaban desde buques de carga rusos en el mar Báltico interrumpieron casi 200 vuelos con origen o destino en Oslo y Copenhague, dos capitales de la OTAN situadas a unas 300 millas de distancia. Los dos o tres drones que sobrevolaron repetidamente el aeropuerto de Kastrup en Copenhague, el más transitado de Escandinavia, tenían una envergadura de unos 2,5 metros (ocho pies), lo que indica que se trata de tecnología de un actor estatal. Como muestra de desprecio, los operadores encendían y apagaban las luces de los drones.

La primera ministra danesa Mette Frederiksen declaró ante los medios: “La policía considera que se trata de un actor con capacidades avanzadas”.

De hecho, los Estados democráticos, con sociedades abiertas, sistemas legales funcionales y prensa libre, están poco preparados para fabricar incidentes como excusa para iniciar una guerra. Rusia, en cambio, tiene una larga historia de conspiraciones y provocaciones. El ataque de falsa bandera más significativo perpetrado por Rusia fue el atentado con bombas en edificios residenciales en Moscú, Buinaksk y Volgodonsk en 1999, que se atribuyó a separatistas chechenos y se utilizó para justificar la segunda guerra de Chechenia.

Desde el punto de vista del régimen, la situación en Rusia en el otoño de 1999 era crítica. Tras ocho años de reformas económicas que habían llevado al fracaso económico y al colapso demográfico, el presidente ruso Boris Yeltsin era profundamente impopular. Vladímir Putin, su recién nombrado primer ministro y sucesor designado, tenía una tasa de aprobación del 2 %. Los asesores de Yeltsin creían que no había una manera “normal” de que Putin —o cualquier persona apoyada por Yeltsin— pudiera ganar las próximas elecciones presidenciales.

Sin embargo, los atentados, en los que murieron 300 personas, lo cambiaron todo. Putin apareció constantemente en televisión, prometiendo “destruir a los terroristas en sus letrinas”. Los separatistas chechenos fueron acusados sin pruebas de haber cometido los atentados, y Rusia lanzó una invasión largamente preparada de Chechenia, que al principio tuvo éxito. La popularidad de Putin se disparó y en marzo de 2000 fue elegido presidente de Rusia.

Con el paso de los días, sin embargo, se hizo evidente —sobre la base de abundantes pruebas— que las autoridades habían perpetrado los atentados. Los lugares de las explosiones fueron arrasados con excavadoras, eliminando escombros y restos humanos y destruyendo la escena del crimen. El hexógeno, explosivo utilizado en los ataques, solo se producía en una fábrica estrechamente vigilada por el FSB (Servicio Federal de Seguridad).

Lo más importante es que se descubrió una quinta bomba en el sótano de un edificio en Riazán, una ciudad al sureste de Moscú. La bomba fue desactivada, y las personas que la colocaron resultaron ser agentes del FSB, no terroristas chechenos.

Frente a la indignación de Occidente por las incursiones rusas en el espacio aéreo de la OTAN, las acusaciones rusas de operaciones de falsa bandera por parte de Occidente tienen como objetivo confundir a la opinión pública mundial. Sin embargo, lo que está en juego es un caso clásico de proyección: la atribución al Occidente de las mismas tácticas que emplea Rusia.

David A. Satter es un periodista estadounidense, experto en Rusia y la Unión Soviética. Graduado de las Universidades de Oxford y Chicago, fue corresponsal en Moscú del Financial Times y corresponsal especial de asuntos soviéticos del Wall Street Journal. Fue el primer periodista en ser expulsado de Rusia por Vladimir Putin, tras publicar una serie de investigaciones que relacionan a Putin y al Servicio Federal de Seguridad con los atentados con bombas en apartamentos rusos de 1999, lo que fue usado como pretexto para la invasión de Chechenia, y catapultó la popularidad de Putin y lo llevó a la presidencia.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de The Epoch Times.


Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando

¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad, en el botón a continuación podrá hacer una donación:

Síganos en Facebook para informarse al instante

Comentarios (0)

Nuestra comunidad prospera gracias a un diálogo respetuoso, por lo que te pedimos amablemente que sigas nuestras pautas al compartir tus pensamientos, comentarios y experiencia. Esto incluye no realizar ataques personales, ni usar blasfemias o lenguaje despectivo. Aunque fomentamos la discusión, los comentarios no están habilitados en todas las historias, para ayudar a nuestro equipo comunitario a gestionar el alto volumen de respuestas.

TE RECOMENDAMOS
Opinión