El Servicio Secreto de los Estados Unidos respondió el lunes a una controversia en las redes sociales sobre la apariencia y el papel de una agente durante el desfile del 250 aniversario del Ejército de los Estados Unidos en la capital del país.
Las críticas iniciales provinieron de la periodista Susan Crabtree, quien elogió la operación de seguridad en general durante el evento del 14 de junio, pero cuestionó lo que calificó como "el aspecto extraño e informal" de una agente del Servicio Secreto apostada en lo alto de un tanque de la Segunda Guerra Mundial apodado "Sugar".
En una publicación en la red social X, Crabtree destacó que la agente llevaba un casco militar demasiado grande sin correa para la barbilla, gafas de sol de estilo civil, pantalones caqui claros y botas de tacón alto, un atuendo que, según ella, la diferenciaba del resto de agentes, que estaban situados de forma más discreta dentro de los vehículos que les habían asignado.
"Este agente era el único que parecía estar participando en el desfile", escribió Crabtree.
El periodista también señaló preocupaciones más amplias dentro de la comunidad del Servicio Secreto sobre las prácticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).
En respuesta, el Servicio Secreto de los Estados Unidos emitió un comunicado oficial en las redes sociales en el que aclaraba la misión y la vestimenta del agente.
"Se asignó personal del servicio secreto, incluidos agentes especiales y equipos de apoyo técnico, para garantizar la seguridad de los vehículos privados que participaban en el desfile. Su objetivo era garantizar que todos los vehículos se condujeran según las instrucciones de los organizadores militares", respondió la agencia al mensaje original de Crabtree.
"Se asignó un agente especial a un tanque de la Segunda Guerra Mundial y se le colocó en el exterior del mismo. El agente especial se encontraba en una posición que le permitía cumplir sus objetivos y llevaba el atuendo y el equipo adecuados, incluyendo un chaleco antibalas y una radio".
Las reacciones en Internet fueron variadas. Algunos se hicieron eco de la preocupación de Crabtree sobre la disciplina operativa y la profesionalidad, especialmente en un evento de gran repercusión televisada en todo el país.
Otros desestimaron la controversia por considerarla exagerada, calificándola de "nada del otro mundo".
Las políticas de contratación de la DEI dentro del Servicio Secreto fueron objeto de un intenso escrutinio por parte de los legisladores y el público tras el intento de asesinato del presidente Donald Trump el año pasado.
Después de que Trump resultara herido de bala durante un acto de campaña en Pensilvania, la entonces directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, se enfrentó a un duro interrogatorio en una audiencia del Comité de Supervisión y Responsabilidad de la Cámara de Representantes. Los legisladores criticaron el fallo de seguridad que permitió al agresor abrir fuego contra Trump y la multitud y algunos legisladores republicanos calificaron a Cheatle de "contratación DEI" y al incidente de "historia de terror DEI", insinuando que la agencia dio prioridad a los esfuerzos de diversidad por encima de sus misiones fundamentales. Cheatle dimitió poco después de la audiencia.
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