Estados Unidos tiene casi el doble de reactores nucleares y al menos cinco veces más centros de datos generadores de inteligencia artificial que China en la actualidad.
Pero mientras que en Estados Unidos solo se han construido dos nuevas centrales nucleares en lo que va de este siglo, China ha construido casi 40 y, como dijo en mayo el vicepresidente de la Autoridad de Energía Atómica de China, Wang Yiren, a la Asociación de Energía Nuclear de China, el Partido Comunista Chino (PCCh) "aspira superar a Estados Unidos en capacidad nuclear instalada para el 2030".
El rápido desarrollo de la energía nuclear en China para alimentar la inteligencia artificial (IA) "ha desencadenado un momento Sputnik" entre los diseñadores y operadores de reactores de Estados Unidos, dijo Pat Schweiger, el director de tecnología de Oklo.
"El liderazgo en IA es un desafío a nivel civilizatorio, y nos enfrentamos a un imperativo geopolítico para lograr la supremacía en IA", dijo Schweiger en su testimonio durante una audiencia el 12 de junio ante el Subcomité de Energía del Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes.
Estados Unidos es el mayor generador y consumidor de energía nuclear del mundo, con 94 reactores nucleares en 55 centrales eléctricas.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos calcula que las centrales generaron el 18.6 por ciento de su electricidad en 2023.
Sin embargo, la mayoría fueron construidas entre 1970 y 1990 y tienen en promedio más de 40 años de servicio.
El único reactor nuevo que entró en funcionamiento en Estados Unidos desde 2016 es el cuarto reactor de Vogtle, en Georgia, con un sobrecoste de USD 16,000 millones y seis años de retraso.
Según la Asociación Nuclear Mundial, China tiene 58 reactores en funcionamiento y 32 en construcción, incluidos 10 que se prevé entren en funcionamiento en el 2025.
Durante una mesa redonda del 11 de marzo en la CERAWeek de S&P Global en Houston, seis líderes en materia energética y académicos chinos dijeron que el líder del PCCh, Xi Jinping, hizo del desarrollo de la energía nuclear una pieza clave para cumplir el compromiso de 2020 de "alcanzar su punto máximo de emisiones de dióxido de carbono" procedentes de los combustibles fósiles "antes de 2030" y "lograr la neutralidad en carbono antes de 2060".
Si se incluyen las energías solar, eólica, hidroeléctrica, la biomasa y nuclear, desde 2020 China ha construido al menos cinco nuevas centrales nucleares al año, lo que eleva su flota a 58 y contribuye con casi el 6 por ciento a su combinación energética; el 35 por ciento de la energía de China proviene de fuentes renovables, según la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) y Ember, una firma global de análisis energético.
"China definitivamente está avanzando con rapidez", dijo Schweiger. "Cuentan con la infraestructura y la capacidad de fabricación necesarias para acelerar su desempeño. En la actualidad, están en el camino para construir reactores en unos 52 meses, es decir, en poco más de cuatro años".
Según las normas vigentes publicadas por la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, se necesitan entre 10 y 12 años solo para obtener la licencia y los permisos para un nuevo reactor nuclear en Estados Unidos
Las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump publicadas en mayo, que buscan "revitalizar" la industria de la energía nuclear de los Estados Unidos, instan al Congreso a reducir esos plazos, especialmente para las más de 60 tecnologías de reactores emergentes, como los reactores nucleares pequeños "enchufables", los reactores refrigerados por sodio, los reactores de "fisión rápida" y los reactores de fusión.
La matriz de normas federales de la Comisión Reguladora Nuclear, que tiene 70 años de antigüedad, planeta una "carga irrazonable para los desarrolladores de micro reactores", lo que obstaculiza la implementación nacional de tecnologías que se están desarrollando en Estados Unidos pero que son exportadas a otros lugares, argumentó Last Energy, con sede en Washington, en una demanda presentada en diciembre de 2024 contra la comisión.
El principal beneficiario de esta "exportación de innovación" es China, que está incorporando y avanzando en estas tecnologías emergentes en su flota de reactores en rápida expansión, aprovechando tecnologías fallidas desarrolladas en Estados Unidos.

Pionero en Estados Unidos, perfeccionado en China
China lidera actualmente el desarrollo de la tecnología de fusión, a menudo denominada "el santo grial de la energía del siglo XXI", como escribe Antonio Graceffo, un economista y analista de China, en una columna publicada el 31 de marzo en The Epoch Times."China ha tomado la delantera en patentes relacionadas con la fusión, produce diez veces más doctores en ciencia de la fusión que Estados Unidos y está asegurando de forma agresiva materiales críticos como imanes superconductores, metales especializados y semiconductores", escribió.
"El enfoque agresivo de China incluye la construcción rápida de reactores y diseños experimentales que podrían no ser viables bajo las regulaciones estadounidenses".
En abril, Interesting Engineering, un sitio web de noticias con sede en Nueva York y Estambul que cubre "los últimos avances científicos", informó que China estaba construyendo el primer reactor de torio del mundo en funcionamiento.
Si el reactor resulta comercialmente viable, sería el primero que no funcionaría con uranio como combustible. El torio es menos radiactivo y sus residuos son más fáciles de eliminar.
El científico jefe del proyecto, Xu Hongjie, le dijo a Interesting Engineering que todo el proyecto se basó en investigaciones estadounidenses obtenidas de estudios y experimentos de código abierto que nunca avanzaron debido a restricciones regulatorias.
Este legado de estancamiento frustrante continúa hoy en día, dijo Schweiger ante el panel de la Cámara de Representantes.
La tecnología de reactores rápidos que Oklo domina "fue innovada y desarrollada en Estados Unidos hace casi 80 años", dijo. "En este momento, no hay ningún reactor rápido en funcionamiento en Estados Unidos".
La energía de base generada por energía nuclear alimentará los centros de datos que impulsarán la inteligencia artificial, que se prevé que transformará rápida y drásticamente el comercio, la industria y la seguridad nacional.
Potenciar esos centros de datos para "ganar la carrera de la IA contra China" es una urgencia nacional que el secretario de Energía de los Estados Unidos, Chris Wright, describe como el "próximo Proyecto Manhattan" del país.
Según Statista, en marzo de 2025 habían 5426 centros de datos "reportados" en Estados Unidos.
Por su parte, Data Center Map ApS, con sede en Dinamarca, cuenta con 3757 centros de datos "registrados", y Data Centers.com, un "mercado tecnológico" global con sede en Colorado, dice que actualmente hay 2484 funcionando en todo el país.
Una estimación en la que coinciden estas y otras fuentes es que hay entre cinco y diez veces más centros de datos en funcionamiento en Estados Unidos que en cualquier otro país, incluido China, que tiene menos de 500.
De hecho, aproximadamente la mitad de los centros de datos del planeta están en Estados Unidos, según Visual Capitalist, entre otros.
Pero a medida que China aumenta rápidamente su capacidad de energía nuclear, es seguro que los centros de datos proliferarán rápidamente.
"Lo están haciendo a tiempo y dentro del presupuesto", dijo Schweiger.
"Cuando se tiene una autoridad centralizada que está al mando y se dispone de equipos de construcción A, B, C, D y E, y se les puede enviar por todo el país, se puede avanzar más rápido", testificó Kathleen L. Barrón, vicepresidenta ejecutiva de Constellation Energy, ante el Comité.
Durante la mesa redonda de marzo de CERAWeek, de S&P Global, Jian Pan, copresidente de CATL, una empresa líder mundial en tecnología de vehículos eléctricos y baterías, dijo que la "autoridad centralizada" orquestada por el PCCh condujo al rápido aumento de la fabricación de vehículos eléctricos, lo que convirtió rápidamente a China en el mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo y alterando la industria automotriz mundial y los mercados petroleros.
"El Gobierno establece las directrices políticas" en la "rápida adopción de los vehículos eléctricos, la reestructuración de las actividades industriales y los mandatos ambientales para todas las actividades industriales", dijo Pan.
Fairy Wang, vicepresidenta del Instituto de Investigación Económica y de Desarrollo de Sinopec, dijo que la industria china de los vehículos eléctricos "se ha desarrollado muy rápidamente... en primer lugar, sin duda, (por) el apoyo del gobierno. Contamos con apoyo político. Contamos con algunos incentivos. El Gobierno ofrece subsidios para los vehículos eléctricos".
"Aquí tenemos un modelo diferente", dijo Barrón. "Tenemos una autoridad bifurcada entre el gobierno federal y los estados en materia de política energética... es un poco más complejo".
Pero se puede solucionar con "una participación coordinada y un aporte apropiado de los diferentes niveles de gobierno", dijo.
"Creo que nuestro desafío es afrontar este momento ahora y poner todo nuestro esfuerzo en intentar avanzar lo más rápido posible".
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