MINNEAPOLIS—Una niña de 12 años que recibió un disparo en la cabeza durante un ataque mortal en una iglesia católica de Minneapolis en agosto fue dada de alta del hospital el jueves y recibida con vítores mientras el jefe de policía la paseaba por la ciudad en una limusina, según el Minneapolis Star Tribune.
Sophia Forchas fue la niña más gravemente herida entre los que sobrevivieron al tiroteo en la Iglesia de la Anunciación. El 27 de agosto, un tirador abrió fuego con un rifle a través de las ventanas de la iglesia y alcanzó a algunos de los casi 200 niños que celebraban la misa durante la primera semana de clase, matando a dos e hiriendo a 17 personas. Los niños que murieron tenían 8 y 10 años.
Forchas fue operada de urgencia. Su neurocirujano, el Dr. Walt Galicich, dijo que una bala se había alojado en su cerebro, causándole graves daños, incluso en un vaso sanguíneo importante. Los cirujanos tuvieron que extirparle la mitad izquierda del cráneo para aliviar la presión dentro de su cabeza. En una rueda de prensa celebrada el 5 de septiembre, Galicich había expresado su preocupación por que Forchas pudiera convertirse en "la tercera víctima mortal de este suceso".
Según informó el Star Tribune, él la abrazó cuando ella salió del Centro Médico del Condado de Hennepin, mientras muchos otros fuera sostenían pancartas y saludaban con la mano.
El jefe de policía de Minneapolis, Brian O'Hara, que escoltó a Forchas por la ciudad, describió su regreso a casa como "nada menos que un milagro".
Una vez más, fue recibida con un estruendoso aplauso y muchos abrazos cuando llegaron al estacionamiento de su escuela.
Sus padres, Amy y Tom Forchas, dijeron en un comunicado que estaban abrumados por la gratitud hacia los profesionales médicos que salvaron la vida de su hija. Describieron su regreso a casa el jueves como "uno de los días más extraordinarios de nuestras vidas".
Su proceso de recuperación continuará con terapia ambulatoria, y aún le queda un largo camino por recorrer, dijeron sus padres, quienes agregaron que están muy emocionados de ver las mejoras diarias en su habla, su capacidad para caminar y "su personalidad brillando una vez más".
Otra niña que sufrió una lesión cerebral traumática por el tiroteo, Lydia Kaiser, de 12 años, fue igualmente celebrada cuando regresó a la escuela la semana pasada, según una página de recaudación de fondos en línea creada para apoyar a su familia. Kaiser también se sometió a cirugías para extraer un fragmento de bala y aliviar la presión dentro de su cabeza.
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