Análisis de noticias
Más de un mes después de la misteriosa muerte del actor y cantante chino Yu Menglong, la indignación pública por el caso continúa resonando en China y en las comunidades chinas en el extranjero.
Lo que comenzó como un clamor por justicia ha impulsado un creciente movimiento de ciudadanos chinos que renuncian públicamente a su afiliación al Partido Comunista Chino (PCCh) y a sus organizaciones juveniles afiliadas, un acto simbólico de resistencia reprimido durante mucho tiempo en China.
La indignación pública impulsa un despertar político
Los medios estatales chinos informaron que Yu, de 37 años, presuntamente murió al caer de un edificio en Beijing el 11 de septiembre. Las autoridades chinas descartaron rápidamente un crimen, pero la versión oficial no ha logrado calmar las sospechas generalizadas. Los comentarios sobre la muerte de Yu fueron rápidamente censurados en línea, y la policía detuvo a los usuarios que cuestionaron la investigación, según los internautas.Desde entonces, circulan diversas sospechas de que Yu fue castigado por resistirse a poderosas figuras de la industria, lo que apunta a vínculos con altos funcionarios del PCCh. Las autoridades chinas no han abordado las acusaciones.
A pesar de la censura, el caso de Yu sigue provocando indignación pública. El 20 de septiembre, expatriados chinos lanzaron una petición en el extranjero exigiendo justicia para Yu; hasta el 17 de octubre, la petición había reunido más de 465,000 firmas.

El movimiento "Renuncia al PCCh" cobra impulso
Más allá de los reclamos inmediatos de justicia, la muerte de Yu reavivó una campaña más amplia, "Renuncia al PCCh", que anima al pueblo chino a renunciar formalmente a su membresía en el PCCh, la Liga de la Juventud Comunista y los Jóvenes Pioneros de China.El movimiento "Renuncia al PCCh" comenzó hace más de dos décadas después de que The Epoch Times publicara una serie de editoriales titulada "Nueve comentarios sobre el Partido Comunista Chino". Hasta el 17 de octubre, más de 453 millones de personas habían declarado su retirada del Partido y sus organizaciones afiliadas, según el Centro de Servicio Global para la Renuncia al PCCh, un grupo de voluntarios que asiste a quienes se retiran y lleva un registro.
El centro también ha publicado declaraciones de "Renuncia al PCCh", y muchas de las presentaciones recientes citaron explícitamente el caso de Yu como su motivación.
Una joven de 22 años de la provincia de Henan escribió: "Tras ver cómo el PCCh protege a los malhechores con el poder del Estado, ya no puedo permanecer en silencio. Por la presente, anulo todo juramento que hice al Partido".
Otros expresaron sentimientos similares, describiendo la muerte de Yu como un punto de inflexión en su desilusión con el régimen chino. Li Fangfang, quien ahora reside en Canadá, afirmó que el caso de Yu le abrió los ojos a la brutalidad del sistema.
"China hoy es una enorme trituradora de carne", escribió. "La gente común es solo piezas de repuesto para la élite roja [comunista]. Renuncio a la Liga de la Juventud Comunista y a los Jóvenes Pioneros para siempre".
Incluso aquellos que una vez se enorgullecieron de su patriotismo están reconsiderando su lealtad. Li Shuai, un expatriado chino en Estados Unidos, dijo que la muerte de Yu destrozó sus antiguas convicciones.
"Siempre me consideré extremadamente patriota. Debido a la educación que recibimos durante nuestra infancia, nos inculcaron la creencia de que sin el Partido no tendríamos la buena vida que disfrutamos hoy", escribió.
"Pero con la tecnología moderna, ya no es posible bloquear la información por completo. Muchas de las cosas que deliberadamente intentaron encubrir ahora están siendo expuestas una tras otra.
"El caso de Yu Menglong, en particular, me dejó profundamente perturbado e incapaz de encontrar paz".
Li señaló que cuando intentó publicar sobre la muerte de Yu en redes sociales chinas, sus publicaciones fueron eliminadas y censuradas constantemente por las autoridades, lo que lo llevó a decidir renunciar a todo vínculo con el PCCh.
Creciente interés en los medios taiwaneses
En Taiwán —la isla autónoma que el PCCh reclama como propia con amenazas de invasión militar— los medios de comunicación siguen de cerca la muerte de Yu y el consiguiente aumento de declaraciones de "Renuncia al PCCh".Los principales medios de comunicación taiwaneses destacaron lo que describen como una creciente ola de despertar político entre el pueblo chino, citando datos del Centro Global de Servicios para la Renuncia al PCCh.
Wang Zhiyuan, presidente del Centro Global de Servicios para la Renuncia al PCCh, declaró a The Epoch Times que la cobertura taiwanesa refleja un creciente reconocimiento de los fracasos del PCCh.
"A través del incidente de Yu Menglong, el pueblo chino logró ver la corrupción y la naturaleza malvada del PCCh, y sus ilusiones en este se están desvaneciendo", afirmó.
Incluso muchos de los llamados Little Pinks (jóvenes nacionalistas) están empezando a cambiar. Esto refleja un despertar espiritual, o una búsqueda de liberación, entre el pueblo chino. Muestra que, en todos los niveles —espiritual, social y económico—, el régimen del PCCh se está derrumbando.
Analistas ven señales de un sistema en declive
La ex abogada china Zhou Junhong describió el movimiento "Renuncia al PCCh" como una forma de "auto-rescate espiritual". Argumentó que, a medida que más chinos se dan cuenta de que el control autoritario del PCCh es la raíz de muchas de las injusticias de China, la confianza pública en el régimen se erosiona."No hay verdad ni justicia en China", afirmó Zhou. "Solo rompiendo completamente los lazos con el PCCh se puede salvar uno. De hecho, esta es una forma de levantarse y contraatacar [al régimen]".
Wang añadió que un cambio notable en los últimos meses es que ahora más personas usan sus nombres reales al renunciar al PCCh, un nivel de valentía raramente visto. Comentó que, entre abril y agosto de este año, más de 60 jóvenes chinos aceptaron públicamente el Certificado de Renuncia al PCCh durante manifestaciones en el extranjero.
Para muchos observadores que hablaron con The Epoch Times, estos actos sugieren que la muerte de Yu ha llegado a simbolizar más que la tragedia de una celebridad: se ha convertido en un catalizador para la reflexión y la resistencia, marcando un momento de ajuste de cuentas para una generación de chinos cada vez más reacios a permanecer en silencio bajo el control del PCCh.
Con información de Ning Haizhong y Luo Ya.
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