El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, solicitó al presidente Donald Trump, refuerzos en la cooperación bilateral para combatir el crimen organizado internacional y arrestar a criminales brasileños dentro de Estados Unidos. Las declaraciones se dieron tras una llamada telefónica que sostuvieron ambos mandatarios.
Lula subrayó la urgencia de intensificar la coordinación con Estados Unidos para combatir el crimen organizado internacional, de acuerdo con un comunicado oficial de la presidencia brasileña, publicado el 2 de diciembre. El mandatario destacó las recientes operaciones del gobierno federal orientadas a paralizar financieramente a estos grupos delictivos e identificar sus ramificaciones en el extranjero.
En respuesta, Trump expresó su disposición a colaborar con Brasil y ofreció "pleno apoyo a las iniciativas conjuntas entre ambos países para hacer frente a estas redes criminales", según el comunicado.
Horas después de la llamada, Lula dijo en una entrevista a la televisión Verdes Mares que busca arrestar a los criminales brasileños que se encuentran en Estados Unidos.
"Por ejemplo, el mayor contrabandista brasileño de combustible vive en Miami. ¿Vamos a combatir el narcotráfico? Hice hincapié en decirle a Trump: vamos a comenzar arrestando a los brasileños que viven ahí", comentó.
Lula también defendió su estrategia basada en inteligencia en lugar de recurrir a la vía bélica.
"Le dije a Trump: no necesitamos usar armas, necesitamos usar la inteligencia", comentó Lula.
Lula también señaló que "hay bandas brasileñas con ramificaciones en 15 países" y mencionó a Venezuela, Bolivia, Ecuador y Colombia.
Durante la conversación, Lula también abordó temas económicos. La presidencia de Brasil indicó que el mandatario consideró "muy positiva" la eliminación de algunos aranceles estadounidenses sobre productos brasileños, como la carne, el café y las frutas.
No obstante, resaltó que ambos gobiernos aún deben discutir la eliminación de medidas arancelarias que siguen vigentes sobre otros productos. Y que Brasil desea avanzar rápidamente en estas negociaciones.
Por su parte, Trump dijo a la prensa en la Casa Blanca que habían tenido "una gran conversación".
"Me cae bien. Tuvimos algunas reuniones buenas, como saben, pero hoy tuvimos una conversación muy buena", dijo Trump sobre su homologo brasileño.
Más tarde, en una publicación en Truth Social, Trump calificó la llamada como productiva y reiteró que habían hablado sobre comercio y sanciones.
"El presidente Lula y yo establecimos una relación en una reunión que tuvo lugar en las Naciones Unidas, y creo que sentó las bases para un diálogo y un acuerdo muy buenos en el futuro. Espero verle y hablar con él pronto. ¡Esta nueva asociación dará muy buenos frutos!", escribió.
El tono positivo de esta llamada ocurre tras meses de tensión por el juicio al expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, que Trump describió como una "cacería de brujas".
Los aranceles a los productos brasileños se habían impuesto inicialmente el 30 de julio, con una hoja informativa de la Casa Blanca que citaba "políticas, prácticas y acciones recientes" del país sudamericano que suponían "una amenaza inusual y extraordinaria" para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos. La orden también hacía referencia a la supuesta persecución política de Bolsonaro.
Además, el Departamento de Estado sancionó ese mismo día al juez de la Corte Suprema brasileña, Alexandre de Moraes, quien supervisó el caso contra Bolsonaro por supuestos abusos graves de derechos humanos.
Con información de Victoria Friedman
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