DENVER — El propietario de una funeraria de Colorado que escondió casi 190 cadáveres en un edificio en ruinas y envió cenizas falsas a las familias en duelo recibió este viernes la sentencia máxima posible de 20 años de prisión por engañar a sus clientes y defraudar al gobierno federal por casi USD 900,000 en ayudas por COVID-19.
Jon Hallford, propietario de la funeraria Return to Nature, el año pasado se declaró culpable en una Corte Federal por conspirar para cometer fraude electrónico. Además, Hallford se declaró culpable de 191 cargos por maltrato de cadáveres en una corte estatal y será sentenciado en agosto.
En la audiencia del viernes, la fiscalía federal solicitó una sentencia de 15 años para Hallford y su abogado pidió 10 años. La jueza Nina Wang dijo que, aunque el caso se centraba en un solo cargo de fraude, las circunstancias y la magnitud del delito de Hallford, así como el daño emocional causado a las familias, justificaban una sentencia más larga.
"Este no es un caso ordinario de fraude", dijo Wang.
Antes de la sentencia, Hallford le dijo a la jueza en la corte que abrió Return to Nature para tener un impacto positivo en la vida de las personas, "pero entonces todo se descontroló por completo, especialmente yo".
"Lamento profundamente mis acciones", dijo. "Sigo odiándome por lo que hice".
Hallford y su esposa, Carie Hallford, fueron acusados por almacenar los cuerpos entre 2019 y 2023 y enviar cenizas falsas a las familias. Los investigadores describieron el hallazgo de los cadáveres en 2023 apilados unos sobre otros en un edificio abandonado e infestado de insectos en Penrose, una pequeña localidad al sur de Denver, a unas dos horas en auto.
El macabro descubrimiento reveló a muchas familias que sus seres queridos no fueron cremados y que eran falsas las cenizas que esparcieron o que atesoraban. Según los documentos judiciales, en dos casos fue enterrado el cuerpo equivocado.
Muchas familias afirmaron que esto destrozó sus procesos de duelo. Algunos familiares tenían pesadillas, otros luchaban contra la culpa y al menos uno se preguntaba por el alma de su ser querido.
Entre las víctimas que hablaron durante la sentencia del viernes estaba el niño Colton Sperry. Con su cabeza asomando por encima del atril, le contó a la jueza la historia de su abuela, a quien Sperry describió como una segunda madre y falleció en 2019.
Su cuerpo permaneció en el edificio de Return to Nature por cuatro años hasta que fue descubierto, dejando a Sperry en depresión y en aquel momento les dijo a sus padres: "Si yo también muero, podré reunirme con mi abuela en el cielo y volver a hablar con ella".
Sus padres lo llevaron al hospital para que le hicieran un chequeo psiquiátrico, lo que le llevó a recibir terapia y a tener un perro de apoyo emocional.
"Extraño mucho a mi abuela", le dijo a la jueza entre lágrimas.
Los fiscales federales acusaron a los Hallford por fraude en las ayudas por la pandemia, desviando el dinero y por gastarlo, junto con los pagos de los clientes, en vehículos GMC Yukon e Infiniti por un valor de más de USD 120,000, además de USD 31,000 en criptomonedas, artículos de lujo de tiendas como Gucci y Tiffany & Co., e incluso en tratamientos de remodelación corporal con láser.
Derrick Johnson dijo a la jueza que viajó 3000 millas (4830 kilómetros) para testificar sobre cómo su madre fue "arrojada a un mar putrefacto de muerte".
"Me quedo despierto preguntándome: ¿estaba desnuda? ¿Estaba apilada sobre otros como si fueran leña?", dijo Johnson.
"Mientras los cuerpos se pudrían en secreto, (los Hallford) vivían, reían y cenaban", añadió. "El dinero de la cremación de mi madre probablemente ayudó a pagar un cóctel, un día en el spa, un vuelo en primera clase".
La abogada de Jon Hallford, Laura H. Suelau, pidió una sentencia menor de 10 años en la audiencia del viernes, diciendo que Hallford "sabe que se equivocó, admitió que estaba equivocado" y no ofreció ninguna excusa. Su sentencia en el caso estatal está prevista para agosto.
El fiscal adjunto de los Estados Unidos, Tim Neff, pidió una sentencia de 15 años para Hallford y describió la escena al interior del edificio. Los investigadores no pudieron entrar en algunos cuartos porque los cuerpos estaban apilados y en distintos estados de descomposición. Los agentes del FBI tuvieron que colocar tablas para poder caminar sobre los fluidos, que más tarde fueron bombeados.
Carie Hallford está citada a juicio en el caso federal en septiembre, el mismo mes de su próxima audiencia en el caso estatal, en el que también se le imputan 191 cargos por abuso de cadáveres.
Con información de Jesse Bedayn.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí