Trombosis venosa. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)

Trombosis venosa. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)

Trombosis venosa profunda: Cómo el flujo sanguíneo lento provoca coágulos dañinos

La trombosis venosa profunda es una afección común, pero a menudo pasada por alto, que puede aumentar el riesgo de problemas de salud graves

28 de diciembre de 2025, 10:33 p. m.
| Actualizado el28 de diciembre de 2025, 10:33 p. m.

La trombosis venosa profunda es un coágulo de sangre que se forma en las venas profundas, más comúnmente en las piernas, pero también puede ocurrir en los brazos o en las venas del abdomen, la pelvis y el cerebro.

La tromboembolia venosa, que incluye la trombosis venosa profunda y la embolia pulmonar, es una de las principales causas de muerte cardiovascular, después del infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.

Existen muchos factores de riesgo para la trombosis venosa profunda, entre ellos el estilo de vida, las afecciones médicas y las características personales. Conocerlos puede ayudarle a tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollar un coágulo.

Trombosis venosa profunda. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)Trombosis venosa profunda. (Ilustración de The Epoch Times, Shutterstock)

¿Cuáles son los síntomas de la trombosis venosa profunda?

La trombosis venosa profunda suele ser "silenciosa". Aproximadamente la mitad de las personas que padecen esta afección no presentan síntomas. Muchos casos solo se descubren de forma incidental o durante la autopsia.

Cuando aparecen síntomas, suelen producirse en las venas grandes, normalmente en un lado del cuerpo, y pueden incluir:

-Hinchazón: Una pierna o un brazo pueden hincharse notablemente o sentirse pesados.

-Dolor o sensibilidad: La zona afectada puede doler, presentar calambres o sentirse dolorida, especialmente al tocarla o al caminar.

-Calor: La piel sobre el coágulo suele estar más caliente que las zonas circundantes.

-Enrojecimiento o decoloración: La piel puede aparecer roja, azulada o más oscura de lo habitual.

-Venas prominentes: Las venas superficiales, que discurren cerca de la superficie de la piel, pueden volverse más visibles o abultarse debido al bloqueo de las venas profundas.

-La gravedad de la trombosis venosa profunda suele depender de la ubicación del coágulo:

-Venas de la pantorrilla (trombosis venosa profunda distal): Suele ser más leve y, en ocasiones, no presenta síntomas.

-Venas del muslo (femoro-poplítea): Los síntomas tienden a ser más notables.

-Venas de la pelvis y la parte superior de la pierna (iliofemoral): Se considera más peligrosa porque tiene un mayor riesgo de desprenderse y desplazarse a los pulmones.

Además, aunque estos síntomas podrían ser signos de un coágulo de sangre, también pueden ser causados por otras afecciones.

¿Qué causa la trombosis venosa profunda?

Hay tres factores principales que contribuyen a la trombosis venosa profunda: Daño en la pared venosa, flujo sanguíneo lento o turbulento y sangre que coagula con demasiada facilidad, un concepto conocido como la tríada de Virchow.

Normalmente, la coagulación de la sangre es útil, ya que detiene el sangrado y repara los vasos dañados. Sin embargo, la trombosis venosa profunda a menudo comienza en áreas de flujo sanguíneo lento, como detrás de las pequeñas válvulas de las venas de las piernas. Cuando el flujo sanguíneo se ralentiza, los factores de coagulación y las plaquetas no se eliminan de manera eficiente, lo que permite que se acumulen y permanezcan en contacto prolongado con la pared venosa. Este proceso desencadena la formación de coágulos, lo que da lugar a la fibrina, una proteína pegajosa e insoluble que crea una malla para mantener unido el coágulo.

Además, el flujo lento reduce el suministro de oxígeno a la pared venosa, dañando el revestimiento interno del vaso sanguíneo y afectando su función normal. Esto convierte al vaso sanguíneo en un entorno propicio para la formación de coágulos.

Además, dado que los coágulos de la trombosis venosa profunda suelen ser más grandes que los coágulos normales, es menos probable que se disuelvan por sí solos.

En lugar de tener una causa directa, la trombosis venosa profunda suele desarrollarse cuando se combinan múltiples factores que desencadenan la formación de un coágulo, el cual interactúa con el revestimiento de la vena, causando inflamación y un mayor crecimiento del coágulo.

Factores de riesgo

Hay ciertos factores que aumentan el riesgo de trombosis venosa profunda:

-Lesión en una vena: Puede estar causada por fracturas, lesiones musculares graves o cirugía mayor en el abdomen, la pelvis, las caderas o las piernas, trombosis venosa profunda previa o uso de drogas inyectables. Estos factores pueden dañar los vasos sanguíneos, ralentizar el flujo sanguíneo o aumentar la coagulación de la sangre, lo que hace que sea más probable que se formen coágulos.

-Flujo sanguíneo lento: esto suele ocurrir durante el reposo en cama, cuando se limita el movimiento, como al llevar una escayola en la pierna, durante largos periodos de tiempo sentado (especialmente con las piernas cruzadas), en vuelos largos o en caso de parálisis.

-Hipercoagulabilidad: la sangre tiene una mayor tendencia a coagularse. El riesgo aumenta por factores genéticos, como deficiencias en los anticoagulantes naturales (proteína C, proteína S, antitrombina III) o la mutación del factor V Leiden; factores adquiridos, como cáncer, infecciones, enfermedades cardíacas, afecciones autoinmunes o inflamatorias, problemas renales, quemaduras, uso de estrógenos, tabaquismo, hipertensión arterial y diabetes; y antecedentes familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar, que pueden reflejar trastornos de coagulación hereditarios o factores comunes de estilo de vida y salud.

-Aumento de los niveles de estrógeno: Esto puede deberse al uso de anticonceptivos que contienen estrógenos, a la terapia de reemplazo hormonal después de la menopausia o al embarazo y los tres meses posteriores al parto. Los estrógenos aumentan el riesgo de coágulos sanguíneos al actuar sobre los receptores de estrógenos del hígado para alterar la producción de múltiples factores de coagulación, anticoagulantes y fibrinolíticos, lo que en última instancia inclina la balanza hacia un estado procoagulante.

-Tabaquismo: Fumar aumenta considerablemente el riesgo de trombosis venosa profunda al dañar los vasos sanguíneos, espesar la sangre, ralentizar la circulación y promover la inflamación, todo lo cual contribuye a la formación de coágulos.

-Deshidratación: Cuando se está deshidratado, la sangre se espesa y la circulación se ralentiza, lo que aumenta el riesgo de coágulos.

-Vacunas contra la COVID-19: Se han notificado diversos efectos adversos cardiovasculares tras la vacunación contra la COVID-19, incluida la trombosis venosa profunda. Un estudio de 2024 reveló que, tras la primera dosis de las vacunas contra la COVID-19 basadas en ARNm, el riesgo era aproximadamente un 13 % mayor, y tras la segunda dosis, aproximadamente un 23 % mayor de lo normal. Se notificaron casos de trombosis venosa profunda entre varias horas y varios días después de la vacunación. Un estudio realizado en agosto descubrió que las vacunas con vector adenoviral, como las de AstraZeneca y Johnson & Johnson, conllevan un riesgo mucho mayor de coágulos sanguíneos graves que las vacunas de ARNm.

-Coágulos previos: Un coágulo previo deja tanto una vena dañada como un entorno propicio para la coagulación, lo que aumenta la probabilidad de sufrir una trombosis venosa profunda en el futuro.

-Un catéter colocado en una vena central: Esto aumenta el riesgo de trombosis venosa profunda porque altera el flujo sanguíneo normal e irrita la pared de la vena, lo que favorece la formación de coágulos.

-Factores constitucionales: Son características individuales que predisponen a una persona a la trombosis venosa profunda. El riesgo aumenta con la edad, y la mayoría de los casos se dan en personas mayores de 40 años. Los datos de Estados Unidos sugieren que los afroamericanos y los estadounidenses blancos tienen una mayor tasa de trombosis venosa profunda y sus complicaciones en comparación con las poblaciones hispanas y asiáticas.

-Obesidad: La obesidad aumenta los niveles de proteínas que favorecen la formación de coágulos y ralentiza el flujo sanguíneo en las venas, especialmente en las piernas.

-Ciclismo: En casos excepcionales, el ciclismo extremo y prolongado puede aumentar el riesgo de trombosis venosa profunda debido a la posición sentada prolongada durante el viaje, la deshidratación, el ejercicio sostenido y los movimientos repetitivos de la rodilla que pueden irritar la vena poplítea. Los músculos de la pantorrilla agrandados también pueden comprimir la vena, y afecciones como el síndrome de atrapamiento de la vena poplítea pueden contribuir aún más a la obstrucción de la vena y a la formación de coágulos.

-Ciertas enfermedades crónicas: Entre ellas se incluyen las enfermedades cardíacas, las enfermedades pulmonares, el cáncer y sus tratamientos, las enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, y las afecciones que hacen que la sangre sea más espesa, como la policitemia vera y los niveles elevados de plaquetas.

¿Cómo se diagnostica la trombosis venosa profunda?

El médico evaluará primero sus síntomas y los resultados del examen físico para estimar la probabilidad de que padezca trombosis venosa profunda antes de realizar pruebas.

-Ecografía: Es la principal herramienta de diagnóstico. Comprueba el flujo sanguíneo en las venas y detecta la trombosis venosa profunda mostrando coágulos, revelando venas que no se comprimen normalmente o mostrando una reducción del flujo sanguíneo. Es muy precisa para los coágulos en el muslo y detrás de la rodilla, pero menos fiable para los coágulos en la pelvis o la pantorrilla.

-D-dímero: Mide una sustancia que se libera cuando el cuerpo descompone un coágulo sanguíneo. Los niveles altos pueden sugerir un coágulo reciente, pero la prueba es muy sensible y no muy específica, lo que significa que a menudo muestra resultados elevados por razones distintas a la trombosis venosa profunda. Las pruebas de dímero D más precisas, como la prueba ELISA, detectan niveles elevados en aproximadamente el 95 % de las personas que realmente tienen un coágulo.

Para los pacientes con un alto riesgo de trombosis venosa profunda, los médicos suelen solicitar una ecografía junto con una prueba de dímero D. Una ecografía positiva confirma la trombosis venosa profunda, mientras que un dímero D normal más una ecografía negativa ayudan a descartarla. Si el dímero D es alto pero la ecografía es negativa, se debe repetir la ecografía o puede ser necesario realizar otras pruebas de imagen, como una venografía por tomografía computarizada con contraste o una venografía por resonancia magnética.

-Venografía: Esta prueba diagnóstica invasiva se consideraba antes el método de referencia para el diagnóstico de la trombosis venosa profunda, pero ya no es el método preferido. Consiste en inyectar un tinte especial para rayos X directamente en una vena del pie o el tobillo. El tinte se desplaza por la pierna, lo que permite visualizar las venas en una pantalla de rayos X y revelar la ubicación precisa y la extensión de cualquier coágulo sanguíneo.

-Análisis de sangre: Se pueden realizar análisis de sangre para detectar problemas de coagulación y otros problemas relacionados.

¿Cuáles son los tratamientos para la trombosis venosa profunda?

El tratamiento de la trombosis venosa profunda se centra en reducir los síntomas, prevenir la embolia pulmonar y disminuir el riesgo de complicaciones a largo plazo.

1. Anticoagulantes

También conocidos como diluyentes de la sangre, estos medicamentos son el tratamiento principal para la trombosis venosa profunda.

A menos que se pueda obtener rápidamente una ecografía de compresión, los pacientes con sospecha moderada a alta de trombosis venosa profunda, excepto aquellos con alto riesgo de hemorragia, deben comenzar la anticoagulación antes de que se confirme el diagnóstico.

Se utilizan diferentes tipos de anticoagulantes para personas con diferentes afecciones. Por ejemplo, la trombosis venosa profunda relacionada con el cáncer se trata con heparinas específicas o inhibidores del factor Xa (una enzima). Los pacientes con enfermedad hepática a menudo requieren heparina de bajo peso molecular, mientras que aquellos con enfermedad renal grave suelen necesitar antagonistas de la vitamina K. Para las mujeres embarazadas, la heparina de bajo peso molecular es la opción más segura. Los antagonistas de la vitamina K suelen ser la opción preferida para los pacientes con antecedentes de hemorragia gastrointestinal o dificultades para tomar los medicamentos de forma regular.

Informe a su médico de todos los medicamentos, suplementos y vitaminas que esté tomando, ya que algunos pueden interactuar con los anticoagulantes.

Todos los medicamentos anticoagulantes pueden aumentar el riesgo de hemorragia, por lo que las personas que los toman necesitan un control regular para prevenir hemorragias excesivas o inusuales.

2. Filtro de vena cava inferior

Si no se pueden utilizar anticoagulantes o estos no son eficaces, se puede colocar un pequeño filtro en la vena cava inferior, una vena grande que lleva la sangre al corazón, para atrapar cualquier coágulo antes de que llegue a los pulmones.

El procedimiento de colocación es mínimamente invasivo: el médico inserta el filtro a través de una pequeña incisión en el cuello o la ingle utilizando un catéter.

3. Disolventes de coágulos

Los trombolíticos, a menudo denominados "disolventes de coágulos", disuelven los coágulos sanguíneos. Dado que pueden provocar hemorragias graves, incluso en el cerebro, solo se utilizan en casos graves. Los trombolíticos se reservan normalmente para pacientes con trombosis venosa profunda reciente (menos de 14 días) y grave en las venas pélvicas o de la parte superior de las piernas que, por lo demás, gozan de buena salud, tienen una esperanza de vida de al menos un año y un riesgo bajo de hemorragia.

La terapia trombolítica puede administrarse de forma sistémica a través de una vía intravenosa o directamente en la vena afectada mediante trombólisis dirigida por catéter, lo que permite una dosificación específica y menos efectos secundarios.

4. Trombectomía

En casos excepcionales, se realiza una intervención quirúrgica denominada trombectomía para extraer un coágulo de una vena de la pierna. El cirujano realiza una pequeña incisión cerca del coágulo y lo extrae con instrumentos especializados, restableciendo inmediatamente el flujo sanguíneo normal.

5. Medias de compresión

Las medias de compresión pueden ayudar a aliviar síntomas como molestias en las piernas, dolor y fatiga. Es importante elegir un par adecuado a su situación: Normalmente se requiere receta médica y se debe determinar un nivel de compresión específico (bajo, medio o alto).

Las medias de compresión graduada son más firmes en el tobillo y se van aflojando gradualmente hacia la pantorrilla y el muslo, lo que favorece el flujo sanguíneo desde las venas superficiales hacia las venas más profundas.

6. Medicamentos tradicionales chinos a base de hierbas

Un metaanálisis de 2022 de nueve estudios en los que participaron 730 pacientes comparó el tratamiento de la trombosis venosa profunda de las extremidades inferiores con rivaroxabán (un anticoagulante común) solo frente a rivaroxabán combinado con medicina tradicional china (MTC). La terapia combinada mostró una mayor eficacia clínica y un mejor perfil de seguridad, incluido un menor riesgo de complicaciones hemorrágicas y otros efectos adversos.

Una fórmula de uso común es la decocción para expulsar la estasis sanguínea. Originalmente llamada decocción Xuefu Zhuyu, esta fórmula está compuesta por 11 hierbas, entre las que se incluyen el hueso de melocotón, el cártamo, el regaliz y la angélica. Se utiliza para mejorar el flujo sanguíneo y se ha demostrado que ayuda a las personas con trombosis venosa profunda al reducir la formación de coágulos y la inflamación en las venas. La fórmula puede aliviar la afección al impedir que las plaquetas y ciertos glóbulos blancos (neutrófilos) se activen.

Algunas fórmulas herbales tradicionales chinas pueden utilizarse junto con los medicamentos occidentales convencionales para mejorar los resultados del tratamiento. Dado que es necesario realizar más investigaciones, consulte a un profesional de la medicina tradicional china antes de utilizar estas terapias.

¿Cuáles son los enfoques naturales y de estilo de vida para la trombosis venosa profunda?

Estos enfoques no pueden curar la trombosis venosa profunda, pero pueden mejorar los síntomas. Las recurrencias de la trombosis venosa profunda son comunes: Entre el 5 % y el 30 % de las personas que la padecen tendrán una recurrencia en los cinco años siguientes al primer episodio.

1. Consejos para el cuidado en el hogar

Estas medidas también pueden ayudar a prevenir la trombosis venosa profunda.

-Cuando esté sentado durante largos periodos de tiempo, levántese y camine cada una o dos horas y lleve ropa holgada y cómoda.

-Mientras esté sentado, mantenga las piernas activas levantando los talones con los dedos de los pies en el suelo, levantando los dedos de los pies con los talones en el suelo y tensando y relajando los músculos de las piernas.

-Evite fumar y la deshidratación, ya que pueden empeorar la trombosis venosa profunda.

2. Ciertos alimentos

Los estudios revelan que comer alimentos con un alto potencial antiinflamatorio puede ayudar a reducir los coágulos sanguíneos en las venas, mientras que comer alimentos ultraprocesados ​​aumenta el riesgo.

La vitamina E puede tener un efecto anticoagulante leve. Algunas evidencias sugieren que tomar 600 UI al día puede ayudar a reducir el riesgo de trombosis venosa profunda. Lo mejor es obtenerla de los alimentos. La vitamina E se encuentra en alimentos como el aceite de oliva, las espinacas, el brócoli, las almendras, el aguacate, el kiwi y el mango. Estos alimentos pueden actuar como anticoagulantes naturales, aunque no sustituyen al tratamiento médico. Algunas carnes y mariscos también aportan vitamina E, aunque a menudo en cantidades menores que las fuentes vegetales; entre las buenas opciones se incluyen los pescados grasos, así como la carne y las aves de corral.

Otros alimentos comunes que favorecen la salud de las venas son las bayas, los cítricos, las verduras de hoja verde, la remolacha, el ajo y la cebolla, y los tomates.

El trébol dulce contiene cumarinas, que se convierten en un anticoagulante natural llamado dicumarol. Puede mejorar la circulación, diluir la sangre, ayudar a la cicatrización de las heridas y reducir la retención de líquidos. Un derivado de la cumarina es el medicamento anticoagulante warfarina, un anticoagulante de uso prescrito muy utilizado para tratar la trombosis venosa profunda.

3. Caminar

Se recomienda caminar a las personas con trombosis venosa profunda para ayudar a mejorar el flujo sanguíneo en las piernas. Las simulaciones por ordenador han demostrado que cuando el músculo semimembranoso de la pierna se estira o se contrae durante el movimiento, puede reducir ligeramente la presión sobre las paredes venosas hasta en un 10 %. Sin embargo, los cambios en la densidad de la sangre o la velocidad del flujo pueden tener un efecto aún mayor en la circulación que el simple movimiento muscular. No obstante, caminar puede seguir siendo una terapia complementaria.

4. Ejercicios para la parte inferior y superior del cuerpo

Un estudio de 2024 descubrió que la actividad física después de un diagnóstico de trombosis venosa profunda es segura y puede reducir el dolor y disminuir la gravedad del síndrome postrombótico.

Ejercicios sencillos como girar los tobillos, levantar los talones, extender las piernas o levantar las rodillas hacia el pecho pueden ayudar a reducir el riesgo de TVP.

Incluso el ejercicio de la parte superior del cuerpo puede mejorar el flujo sanguíneo en las piernas, tanto en personas sanas como en pacientes con trombosis venosa profunda aguda. Las sesiones cortas y de baja intensidad (tres sesiones de 30 segundos) producen el mayor efecto con el mínimo esfuerzo, lo que las convierte en una posible terapia alternativa o complementaria para la prevención de la trombosis venosa profunda en personas que no pueden caminar.

¿Cómo puedo prevenir la trombosis venosa profunda?

Los siguientes consejos pueden ayudar a prevenir o disminuir el riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda, así como a reducir el riesgo de recurrencia.

-Manténgase activo: Muévase tan pronto como pueda después de estar postrado en cama, por ejemplo, después de una cirugía, una enfermedad o una lesión. Mantenga un peso saludable y evite largos períodos de inactividad.

-Tome medidas preventivas: Si tiene un mayor riesgo de sufrir trombosis venosa profunda, hable con su médico sobre el uso de medias de compresión graduadas o la toma de medicamentos anticoagulantes para ayudar a prevenir la formación de coágulos.

-Utilice dispositivos de compresión: Los dispositivos de compresión secuencial o de compresión neumática intermitente utilizan mangas especiales en las piernas para aplicar una presión suave y mejorar el flujo sanguíneo, lo que ayuda a prevenir la formación de coágulos.

-Utilice la estimulación eléctrica neuromuscular: Un metaanálisis realizado en octubre descubrió que la estimulación eléctrica neuromuscular mejora notablemente el flujo sanguíneo venoso, medido por la velocidad venosa máxima y el volumen eyectado, lo que sugiere que puede ayudar a disminuir la estasis sanguínea en las extremidades inferiores, un factor clave en la prevención de coágulos.

-Utilice la medicina tradicional china con orientación médica: Antes de utilizar cualquier medicina tradicional china, consulte con su proveedor de atención médica. Un estudio de 2018 descubrió que muchas fórmulas herbales tradicionales chinas son eficaces para prevenir la trombosis venosa profunda después de una cirugía. Un metaanálisis de 2019 también descubrió que la medicina tradicional china, combinada con la medicina occidental convencional, es eficaz para prevenir esta afección.

¿Cuáles son las posibles complicaciones de la trombosis venosa profunda?

Si bien algunas complicaciones de la trombosis venosa profunda son crónicas y no ponen en peligro la vida, otras pueden ser graves y potencialmente mortales, entre ellas:

-Embolia pulmonar: La trombosis venosa profunda es la principal causa de embolia pulmonar, una de sus complicaciones más comunes y graves. Un fragmento de un coágulo puede desprenderse y viajar a los pulmones, bloqueando el flujo sanguíneo y causando potencialmente la muerte. La embolia pulmonar es una emergencia médica. Llame al 911 si experimenta dolor en el pecho, dificultad para respirar, tos (posiblemente con sangre), latidos cardíacos rápidos, sudoración o desmayos.

-Tromboembolia venosa recurrente: Las personas que han tenido una trombosis venosa profunda corren un mayor riesgo de desarrollar otro coágulo, ya sea como una trombosis venosa profunda recurrente o como una embolia pulmonar. La recurrencia es más probable en personas con factores de riesgo continuos, como cáncer, trastornos de coagulación hereditarios o inmovilidad prolongada.

-Hemorragia grave relacionada con los anticoagulantes: Dado que la trombosis venosa profunda se trata habitualmente con medicamentos anticoagulantes, algunas personas pueden sufrir complicaciones hemorrágicas graves. Estas pueden incluir hemorragias gastrointestinales o, más raramente, hemorragias cerebrales, y el riesgo es mayor en las personas mayores y en aquellas con determinadas afecciones médicas o que toman medicamentos que interactúan.

-Insuficiencia venosa crónica: Esta afección a largo plazo puede producirse después de que un coágulo de sangre dañe una vena de la pierna, lo que provoca que funcione mal.

La sangre se acumula en la pierna en lugar de regresar al corazón, lo que provoca dolor e hinchazón en la pierna.

-Síndrome postrombótico: Esta complicación a largo plazo puede desarrollarse semanas o meses después de una trombosis venosa profunda en la pierna y provoca dolor crónico, hinchazón y otros síntomas persistentes en la pierna. Hasta la mitad de las personas con trombosis venosa profunda pueden desarrollar esta complicación. También puede provocar úlceras o llagas, lo que dificulta el caminar y las actividades diarias.

-Gangrena venosa: Esta complicación poco frecuente pero grave se produce cuando un coágulo bloquea completamente las venas de una extremidad, normalmente una pierna. El bloqueo provoca hinchazón grave, daño tisular y reducción del suministro de oxígeno, lo que puede provocar la muerte del tejido (gangrena) si no se trata.

-Úlceras venosas: Estas llagas abiertas suelen aparecer en la parte inferior de las piernas como resultado de un flujo sanguíneo deficiente en las venas dañadas.


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