Funcionarios iraníes confirmaron que partió un segundo vuelo con más de 50 iraníes deportados de Estados Unidos, según informó el 7 de diciembre la agencia de noticias Mizan, afiliada al poder judicial iraní.
Mizan citó a Mojtaba Shasti Karimi, alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien dijo el 7 de diciembre que 55 ciudadanos habían sido trasladados desde Estados Unidos después de expresar su deseo de regresar a Irán y completar los trámites legales y administrativos necesarios.
Karimi dijo que el grupo seguía a otro que había regresado en septiembre y octubre, y reiteró las acusaciones que Irán viene haciendo desde hace tiempo de que sus ciudadanos han sufrido malos tratos mientras estaban bajo custodia o en tránsito en Estados Unidos.
Dijo que Irán había documentado las denuncias a través de los canales diplomáticos.
Karimi añadió que Teherán había dado instrucciones a la Sección de Intereses de Irán en Washington y a sus embajadas en los países de tránsito para que se aseguraran de que el grupo fuera "tratado de forma adecuada y humana durante su traslado a Irán".
Las autoridades estadounidenses no reconocieron inmediatamente el vuelo de deportación del que se informó, y no estaba claro si el avión había llegado a Teherán.
Un gran número de iraníes han emigrado a Estados Unidos desde la Revolución Islámica de 1979, muchos de ellos alegando persecución política, religiosa o social. Washington concedió históricamente la residencia o el asilo a algunos solicitantes iraníes, mientras que Teherán sostiene que solo aquellos que se enfrentan a cargos penales corren el riesgo de ser procesados si regresan.
The Epoch Times se puso en contacto con el Departamento de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado para recabar sus comentarios, pero no recibió respuesta antes de la publicación de este artículo.
Irán ha detenido a extranjeros y personas con doble nacionalidad en el pasado y ha intercambiado a varios de ellos en canjes de prisioneros, lo que ha suscitado la preocupación de los gobiernos occidentales.
Los traslados se producen en medio de las tensas relaciones entre Washington y Teherán tras el conflicto de 12 días que se produjo en junio entre Irán e Israel, durante el cual los ataques israelíes y estadounidenses tuvieron como objetivo tres instalaciones nucleares iraníes.
Irán respondió con sus propios ataques contra Israel. El episodio aumentó las tensiones en torno al programa nuclear de Irán, que ya estaba siendo investigado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Irán condena la resolución del OIEA
El 21 de noviembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán condenó una resolución de la Junta de Gobernadores del OIEA del 20 de noviembre que declaraba que Irán no cumplía con sus obligaciones de salvaguardias en virtud del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).La resolución, respaldada por Estados Unidos y los países europeos, afirmaba que los inspectores no habían podido verificar durante más de cinco meses las reservas de uranio altamente enriquecido de Irán y exigía su plena cooperación.
Teherán calificó la medida de "ilegal e injustificada" e insistió en que su programa nuclear seguía siendo pacífico.
La disputa se ha agravado desde que las Naciones Unidas reimplantaron las sanciones el 27 de septiembre a través del mecanismo de "restablecimiento" del JCPOA, activado por el Reino Unido, Francia y Alemania tras alegar violaciones iraníes de los límites de enriquecimiento.
Estados Unidos se retiró del acuerdo de 2015 en 2018, y los esfuerzos por reactivarlo, tanto bajo la administración Biden como bajo la de Trump, se han estancado.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, dijo en una entrevista el 6 de diciembre con la agencia japonesa Kyodo News que las negociaciones con Washington solo podrían reanudarse si Estados Unidos “cambia su enfoque y está dispuesto a entablar negociaciones justas y equilibradas”.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, habla durante la 59.ª sesión del Consejo de Derechos Humanos en la sede europea de las Naciones Unidas en Ginebra el 20 de junio de 2025. (Martial Trezzini/Keystone vía AP)Araghchi reiteró que el "principal punto de desacuerdo" de Irán con Washington es el reconocimiento del derecho de Irán a enriquecer uranio en virtud del TNP, comparando la posición de Teherán con la de Japón.
"Simplemente queremos nuestro derecho y tenemos la intención de ejercerlo, y esto se hace bajo la supervisión total de la Agencia", dijo.
Mientras tanto, Estados Unidos sigue endureciendo las sanciones. El 20 de noviembre, el Departamento de Estado y el Tesoro anunciaron nuevas medidas dirigidas contra las redes de transporte marítimo involucradas en la venta de petróleo iraní, así como contra una aerolínea acusada de armar a grupos respaldados por Irán.
“Estados Unidos seguirá actuando en apoyo del Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional 2... para negar [a Irán] el acceso a los recursos necesarios para mantener sus actividades desestabilizadoras”, afirmó el portavoz del Departamento de Estado, Tommy Pigott.
El 4 de diciembre, Esmaeil Baqaei, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, conmemoró el Día Internacional de las Naciones Unidas contra las Medidas Coercitivas Unilaterales afirmando que las sanciones "violentan los derechos humanos fundamentales" y constituyen un "crimen contra la humanidad".
"Estados Unidos debe rendir cuentas", dijo.















