El 9 de septiembre se aconsejó a los estadounidenses que se encontraban de visita en Nepal que permanecieran en sus refugios hasta nuevo aviso, debido a las destructivas protestas que se estaban produciendo en la capital del país.
"Debido al aumento de los disturbios políticos y las manifestaciones violentas, se recomienda encarecidamente a todos los ciudadanos estadounidenses que permanezcan en sus refugios hasta nuevo aviso", anunció la embajada de Estados Unidos en Katmandú. "Eviten viajar a menos que sea absolutamente necesario en caso de emergencia".
La embajada también informó de que los vuelos desde el Aeropuerto Internacional Tribhuvan de Katmandú y el Aeropuerto Internacional Pokhara de Pokhara han sido suspendidos indefinidamente.
El 9 de septiembre fue el segundo día de violentas protestas, provocadas por la decisión del Parlamento nepalí de aplicar regulaciones estrictas a las redes sociales en el país para frenar la difusión de lo que denomina desinformación, lo que ha dado lugar a la prohibición total de varias plataformas, entre ellas Facebook.
Decenas de miles de personas, en su mayoría de la generación Z, inundaron las calles el 8 de septiembre y rodearon el edificio del Parlamento.
"Detengan la prohibición de las redes sociales. Detengan la corrupción, no las redes sociales", coreaba la multitud, ondeando banderas nacionales.
La policía abrió fuego. Se informó que al menos 19 personas habían muerto y varias más habían resultado heridas.
Las protestas continuaron al día siguiente. Pero esta vez, el objetivo pasó a ser la revuelta contra la evidente corrupción de la clase dirigente del actual gobierno, en un contexto en el que la tasa de desempleo juvenil en 2024 es del 20 por ciento, según el Banco Mundial. El gobierno estimó que más de 2000 jóvenes abandonaban el país cada día en busca de mejores oportunidades en Medio Oriente o el sudeste asiático.
"Estoy aquí para protestar contra la corrupción masiva en nuestro país", declaró Bishnu Thapa Chetri, un estudiante, a The Associated Press. "El país se ha deteriorado tanto que, para nosotros, los jóvenes, no hay motivos para quedarnos".
Las protestas no se mantuvieron pacíficas. La gente comenzó a atacar edificios y a agredir físicamente a legisladores y ministros. Se incendiaron las residencias privadas del primer ministro nepalí, Khadga Prasad Oli, del presidente nepalí, Ram Chandra Poudel, y del líder del Partido Comunista de Nepal (Maoísta). Se enviaron helicópteros militares para evacuar a los políticos y ponerlos a salvo.
Oli escribió una carta de dimisión al presidente, quien la aceptó y está buscando un "nuevo líder".
El jefe del ejército nepalí, Ashok Raj Sigdel, instó a los manifestantes en un mensaje de vídeo a que detuvieran sus protestas para evitar más pérdidas de vidas y propiedades. Sin embargo, las fuerzas de seguridad nepalíes aún no se habían desplegado en respuesta a las protestas.
Con información de Associated Press.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí