La administración Trump firmó un nuevo acuerdo binacional con México, avanzando en los esfuerzos para resolver una crisis de aguas residuales que lleva décadas afectando a los residentes tanto al norte como al sur del río transnacional Tijuana.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) anunció el 15 de diciembre que Estados Unidos y México firmaron un "nuevo acuerdo histórico" denominado Acta 333. En este acuerdo binacional, ambos países se comprometen a tomar medidas adicionales que, según la EPA, "contribuirán a poner fin de forma permanente y urgente a la crisis de aguas residuales del río Tijuana, que se ha prolongado desde hace décadas".
La mayor parte de los 193 km del río Tijuana se encuentra al sur de la frontera entre Estados Unidos y México, en el estado mexicano de Baja California. Solo los últimos 8 km se encuentran en el lado estadounidense de la frontera, fluyendo hacia San Diego y desembocando en el océano Pacífico. El Ayuntamiento de San Diego declaró en 1993 el primer estado de emergencia debido a la contaminación, que abarca desde aguas residuales sin tratar hasta vertidos industriales.
La lista de medidas esbozadas en el nuevo acuerdo incluye que México desarrolle un plan de infraestructura hídrica para Tijuana en un plazo de seis meses, cree planes para garantizar el funcionamiento y el mantenimiento adecuados de los sistemas críticos y determine la viabilidad de un nuevo emisario marítimo para la planta de tratamiento de aguas residuales de San Antonio de los Buenos, así como la ampliación de la capacidad de la planta en al menos 25 millones de galones al día (MGD).
La planta está actualmente en funcionamiento tras haber estado cerrada por deterioro prolongado desde 2015 hasta principios de 2025. Actualmente tiene una capacidad de 18 MGD, o unos 800 litros por segundo, pero recibe entre 40 y 45 MGD, lo que provoca desbordamientos de aguas residuales, según la EPA.
Todos los planes tienen en cuenta el futuro crecimiento demográfico de Tijuana, un componente clave que faltaba en los acuerdos anteriores a la llegada al poder de la administración Trump, según la EPA.
Otras medidas incluyen el acuerdo de México para construir un embalse de sedimentos cerca de la frontera internacional en Matadero Canyon, también conocido como Smuggler's Gulch, antes de la temporada de lluvias de 2026-2027, y una planta de tratamiento de aguas residuales Tecolote-La Gloria en Tijuana, situada a 8 km al sur de la frontera entre Estados Unidos y México, para diciembre de 2028. La planta tendrá una capacidad de 3 MGD y tratará las aguas residuales que actualmente fluyen sin tratar hacia el océano Pacífico en México, causando problemas de contaminación a ambos lados de la frontera.
En toda la región, el deterioro de la infraestructura de tratamiento de agua de Tijuana, agravado por el rápido crecimiento de la población de la ciudad, ha creado una crisis sanitaria en los últimos años. En 2015, la planta de tratamiento de aguas residuales de San Antonio de los Buenos, en México, se averió, lo que provocó el vertido diario de millones de galones de aguas residuales sin tratar, basura y residuos industriales al río Tijuana.
Los residentes de los alrededores de San Diego se han enfrentado a importantes problemas de calidad del agua y salud pública, ya que la contaminación transfronteriza procedente de México ha provocado la liberación de gases nocivos como el sulfuro de hidrógeno y el cianuro de hidrógeno del río Tijuana. Se aconsejó a los residentes de las comunidades afectadas que utilizaran purificadores y filtros de aire.
La basura se acumula a lo largo del río Tijuana, en las afueras de San Diego, California, el 19 de septiembre de 2024. (John Fredricks/The Epoch Times)Las playas de San Diego han sido cerradas e incluso se han suspendido los entrenamientos navales en el agua debido a las peligrosas concentraciones de bacterias del río que llegan al océano Pacífico.
"A través de este acuerdo, se establece un conjunto de medidas técnicas, financieras y de gobernanza para llevar a cabo obras concretas de saneamiento en Tijuana, incluyendo nuevas infraestructuras de tratamiento y control de sedimentos, lo que tendrá un impacto positivo en la salud pública, el medio ambiente y las playas de Tijuana y San Diego", dijo la Secretaría de Relaciones Exteriores de México en un comunicado.
"Cabe señalar que Estados Unidos asumirá la responsabilidad financiera compartida, a través del Banco de Desarrollo de América del Norte (BEND), para garantizar el funcionamiento y el mantenimiento de la infraestructura en el lado mexicano y evitar su deterioro con el tiempo".
Según la EPA, el Minuto 333 no obliga a "ninguna financiación adicional de los contribuyentes estadounidenses, ni siquiera para proyectos en el lado mexicano". Los fondos estadounidenses destinados al NADB para el Programa de Infraestructura Hidráulica Fronteriza son asignados cada año por el Congreso y están supeditados a la confirmación de que los proyectos de México, tal y como se describen en las actas, se están completando según lo previsto.
El agua fluye por el río Tijuana, a las afueras de San Diego, California, el 19 de septiembre de 2024. (John Fredricks/The Epoch Times)El administrador de la EPA, Lee Zeldin, afirmó que el Acta 333 establece el "marco para dar pasos importantes" y que su agencia espera "ponerse manos a la obra muy rápidamente para implementar las medidas acordadas mutuamente".
"Vi de primera mano la frustración de los residentes del área de San Diego cuando los visité en abril», dijo. «Les prometí una solución al 100 % para este problema, y la EPA de Trump está haciendo su parte para cumplirlo».
El acta 333 se basa en un memorando de entendimiento (MOU) firmado por Zeldin y la ministra de Medio Ambiente de México, Alicia Bárcena, en julio, en el que México acordó acelerar el gasto de 93 millones de dólares en mejoras del sistema de alcantarillado de Tijuana y se comprometió a realizar varios proyectos para tener en cuenta el futuro crecimiento de la población y el mantenimiento.
Codifica todas las medidas enumeradas en la Sección 4 del memorando de entendimiento, que fueron "diseñadas específicamente para tener en cuenta el futuro crecimiento demográfico de Tijuana y la región en general", según la EPA.
















