Las fuertes lluvias registradas en el sur de Brasil han provocado al menos dos muertes y puesto en alerta a varios municipios ante la rápida subida del caudal de los ríos, un año después de que la región sufriera las peores inundaciones de su historia, informaron este miércoles fuentes oficiales.
Las autoridades del estado de Rio Grande do Sul, fronterizo con Argentina y Uruguay, reportaron este miércoles el fallecimiento de una mujer de 54 años y de un hombre de 22 años, mientras que otro hombre sigue desaparecido.
Además, 2336 personas han tenido que dejar sus casas y desplazarse a refugios públicos o a viviendas de familiares y amigos.
Más de 50 municipios reportaron daños causados por las lluvias, que van desde tejados caídos a vehículos arrastrados por las aguas y carreteras bloqueadas.
El nivel del Taquarí, uno de los principales ríos de la región, subió rápidamente durante la madrugada y se espera que en las próximas horas sobrepase su cota de inundación.
El Ayuntamiento de Lajeado, ciudad que es atravesada por el Taquarí, informó que había empezado a trasladar a las familias en riesgo a pabellones.
En Canoas, una populosa ciudad situada en la periferia de Porto Alegre, la capital regional, las autoridades cancelaron las clases después de que las precipitaciones fueran cuatro veces mayores de lo esperado.
"Hemos pasado la noche trabajando, sin dormir (...). Es una situación bien difícil", afirmó el alcalde, Airton Souza, en redes sociales.
Según la Defensa Civil regional, ríos de prácticamente todo el estado presentan una tendencia al alza, mientras se espera que en ciertas áreas las precipitaciones alcancen un acumulado de 140 milímetros a lo largo del día.
El organismo prevé que las fuertes lluvias continúen hasta el viernes, por lo que mantiene el estado de alerta para toda la región.
En mayo del año pasado, Rio Grande do Sul padeció unas inundaciones inéditas, con volúmenes de lluvia que llegaron a superar los 300 milímetros en tan solo un día en algunos lugares, y que provocaron la muerte de más 180 personas y el desplazamiento de casi 700,000.
El impacto económico del desastre fue estimado en 89,000 millones de reales (unos 16,000 millones de dólares/14,000 millones de euros al cambio de hoy) por parte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
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