Taiwán y Japón expresaron su preocupación el 5 de diciembre por lo que describieron como un fuerte aumento de las operaciones militares y de la guardia costera china en aguas de Asia Oriental.
La portavoz presidencial de Taiwán, Karen Kuo, les dijo a los periodistas en Taipéi que el presidente Lai Ching-te había ordenado a los servicios de seguridad de la isla que mantuvieran una vigilancia constante ante lo que describió como una actividad china generalizada que no se limita al estrecho de Taiwán.
Según Kuo, los despliegues se extendían "desde el mar Amarillo hasta las aguas cercanas a las disputadas islas Senkaku en el mar de China Oriental, pasando por el mar de China Meridional y el Pacífico occidental".
Kuo afirmó que estos movimientos "suponen una amenaza y un impacto para el Indo-Pacífico y toda la región". Añadió que Taiwán instaba a China a "estar a la altura de sus responsabilidades como gran potencia y a actuar con moderación".
Kuo dijo que Lai había dado instrucciones a los organismos de seguridad nacional para que proporcionaran información actualizada en tiempo real y colaboraran estrechamente con "socios amigos" no especificados para preservar la estabilidad regional.
El 4 de diciembre, Lai reiteró en una publicación en X que Taiwán estaba preparado para reforzar sus defensas.
"Aunque aspiramos a la paz, no nos hacemos ilusiones", escribió, afirmando que Taiwán mejoraría sus capacidades "con un presupuesto especial de defensa recién anunciado y una cooperación más estrecha" con socios como Estados Unidos para "reforzar la disuasión y mantener la paz regional".
El mes pasado, Lai anunció una financiación adicional de 40,000 millones de dólares para defensa con el fin de contrarrestar los acelerados preparativos de China para una posible unificación forzosa en 2027, que Taipéi rechaza.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el 2 de diciembre una nueva ley bipartidista sobre Taiwán.
La Ley de Implementación de la Garantía de Taiwán le exige al Departamento de Estado de Estados Unidos que revise y actualice las directrices para la relación de Estados Unidos con Taiwán al menos cada cinco años con el fin de impulsar los lazos entre ambos países.
Lai acogió con satisfacción la decisión, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que "se opone firmemente a cualquier forma de intercambio oficial" entre Washington y lo que denomina "la región china de Taiwán", según una rueda de prensa del portavoz Lin Jian.
Japón sigue de cerca los acontecimientos
En Tokio, el ministro de Defensa japonés, Shinjiro Koizumi, declaró el 5 de diciembre que Japón estaba al tanto de los informes sobre despliegues chinos a gran escala en el mar de China Oriental.En declaraciones a los periodistas, se negó a comentar los detalles, pero afirmó que las Fuerzas de Autodefensa estaban observando los movimientos chinos "con gran atención".
"China ha estado ampliando e intensificando sus actividades militares en las zonas circundantes a Japón", afirmó, y añadió que Japón realiza "un esfuerzo constante por recopilar y analizar con gran atención la información sobre los movimientos militares chinos".
Koizumi afirmó que el Gobierno seguiría vigilando la situación "con profunda preocupación" y garantizaría un reconocimiento y una vigilancia exhaustivos.
Las relaciones entre China y Japón se han tensado aún más tras las declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, el mes pasado.
El 7 de noviembre, dijo que un hipotético bloqueo o ataque chino a Taiwán, situado a poco más de 60 millas del territorio japonés, podría constituir una "situación que amenaza la supervivencia", un término jurídico que podría permitir a Japón movilizar a sus Fuerzas de Autodefensa.
El embajador Fu Cong, representante permanente de China ante las Naciones Unidas, calificó en una carta dirigida el 21 de noviembre al secretario general de la ONU, António Guterres, estas declaraciones como "la primera vez que Japón ha proferido una amenaza de uso de la fuerza contra China" desde la Segunda Guerra Mundial.
Japón respondió en la carta reafirmando que su política de militar era "exclusivamente defensiva" y rechazó las afirmaciones de Beijing.
El ejército chino no ha hecho comentarios sobre los despliegues informados. Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, dijo en una rueda de prensa diaria en Beijing el 5 de diciembre que las operaciones de la Armada y la Guardia Costera chinas en "zonas marítimas relevantes" cumplían con la legislación nacional e internacional.
Frank Fang contribuyó a este artículo.
Con información de Reuters.
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