La disidente cubana Aymara Nieto, quien salió esta semana de una prisión en La Habana hacia República Dominicana, dijo que seguirá trabajando desde el extranjero por sus "hermanos presos políticos", en entrevista telefónica con EFE
"Lo mejor que puedo hacer es instalarme en este país y seguir luchando por mis hermanos los presos políticos, porque yo sé lo que es ser preso político, y así de alguna manera tratar de ayudarles", dijo Nieto.
La integrante de las Damas de Blanco, un grupo de familiares de prisioneros políticos, cumplía su segunda condena consecutiva en prisión desde 2018. Nieto salió de Cuba para radicar en República Dominicana, confirmó en las redes sociales la organización Cuba Decide, y celebró su libertad "tras siete años de injusto encierro y torturas".
"Estuve presa hasta el último momento en que estuve en el aeropuerto. Ellos (los agentes) fueron los que me llevaron. Nunca me dejaron ir a la casa", dijo Nieto en una videollamada con Rosa María Payá, fundadora de Cuba Decide e integrante de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Nieto es una de las tres integrantes de Damas de Blanco que seguía en prisión, del grupo de mujeres familiares de los 75 disidentes y periodistas independientes detenidos y sancionados en marzo de 2003 a elevadas condenas de cárcel durante el periodo de represión conocido como la Primavera Negra.
Desde entonces, las esposas, madres y otros familiares de aquellos presos se identificaron por vestir de blanco, asistir a misa en un templo católico y manifestarse los domingos para pedir su liberación. En 2005 las Damas de Blanco recibieron el Premio Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo.
Sobre su situación tras salir de prisión, Nieto dijo que no recibió algún documento que certifique la extinción de su condena y que la Seguridad del Estado (inteligencia interior cubana) tampoco le ha indicado que no pueda regresar a la isla.
Relató que fue escoltada por agentes de la Seguridad del Estado hasta el aeropuerto, y que cree que si trata de regresar a Cuba la pueden volver a encarcelar, pues le queda aún algo más de un año de condena. "Es un riesgo", dijo.
Agregó que estuvo en una prisión en la capital, donde se propuso acatar el reglamento para evitar el tratamiento "terrible" que recibió en las dos prisiones anteriores donde fue recluida.
Recordó que pasó por "celdas de castigo" y tratos de aislamiento en sus siete años luego de su primera detención en 2016, cuando la interceptó la policía mientras repartía propaganda en un autobús.
Tras un año en prisión, en 2018 fue detenida de nuevo al salir de su domicilio con carteles hacia la iglesia, la forma de protesta de las Damas de Blanco. Su condena de cuatro años fue encadenada a otra sentencia, acusada de promover un motín en la prisión donde estaba recluida.
Johanna Cilano, investigadora de Amnistía Internacional, dijo que la libertad de Nieto "vino acompañada de un alto costo, el exilio forzoso y la separación familiar", y que "el exilio forzoso es un patrón represivo sistemáticamente utilizado por el régimen cubano contra personas presas por razones política".
Cubalex dijo sobre el caso de Nieto que "el destierro forzado es una práctica represiva que vulnera derechos fundamentales y que el régimen cubano aplica de forma sistemática para neutralizar liderazgos y silenciar voces críticas".
Según Prisoners Defenders, en Cuba había a fines de julio 1176 prisioneros por motivos políticos, la mayor cifra en sus registros.
El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas sumó en ese mes 91 denuncias de reclusos y dos muertes en cárceles de la isla, incluida la de una persona tras una prolongada huelga de hambre.
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