El presidente Donald Trump es un inversor activo en el mercado de bonos desde que regresó a la Casa Blanca en enero.
Nuevos documentos de la Oficina de Ética Gubernamental de EE. UU. (OGE), presentados el 12 de agosto y con un total de 33 páginas, revelan que el presidente compró más de USD 100 millones en bonos corporativos, estatales y municipales.
Las estimaciones generales muestran compras de deuda de grandes empresas estadounidenses, entre las que se incluyen Citigroup, Home Depot, Meta, Morgan Stanley, T-Mobile, UnitedHealth Group y Wells Fargo.
Otras participaciones abarcan una amplia gama de bonos emitidos por ciudades, condados, estados, autoridades hospitalarias, juntas escolares y distritos de suministro de agua y gas.
Aunque la divulgación no proporcionó una cifra total en dólares para cada una de las casi 700 transacciones, las compras oscilaron entre un mínimo de USD 1001 y un máximo de USD 1 millón. Trump no informó de ninguna venta.
Todos los funcionarios electos y designados a nivel federal que negocian con acciones, bonos, futuros sobre materias primas y otros valores de inversión están obligados a informar a la Oficina de Ética Gubernamental.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, por ejemplo, informó de 24 ventas de diversos fondos cotizados en bolsa (ETF) y empresas desde enero, según muestran los últimos documentos presentados.
Según el último recuento de la revista Forbes a fecha de marzo, el patrimonio neto de Trump es de USD 5.1 mil millones. La fortuna del presidente fluctuó significativamente a lo largo de los años, en medio de acontecimientos políticos y legales, así como de cambios en el mercado.
En los últimos dos años, Trump aumentó su patrimonio neto a través de su participación en Trump Media & Technology Group Corp. y en diversas empresas de criptomonedas.
Contrariamente a la tendencia de las últimas décadas, el presidente se abstuvo de desinvertir o transferir sus activos financieros a un fideicomiso ciego supervisado por un gestor independiente. Su vasto imperio empresarial, The Trump Organization, está supervisado por dos de sus hijos, Eric Trump y Donald Trump Jr.
Aunque sus predecesores desinvirtieron los activos que podían considerarse un posible conflicto de intereses, la ley federal sobre ética no obliga a los presidentes a hacerlo.
Operaciones bursátiles en el Capitolio
En el Capitolio, hay una iniciativa bipartidista para prohibir a los funcionarios electos y a sus familias negociar con acciones individuales, bonos corporativos, futuros sobre materias primas y criptomonedas.El mes pasado, el Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado aprobó la Ley HONEST (Ley para Detener la Propiedad de Valores y Fideicomisos No Éticos) después de que los demócratas se unieran al patrocinador principal, el senador Josh Hawley (R-Miss.), para llevar la legislación a votación en el pleno.
El proyecto de ley permite las inversiones en fondos cotizados (ETF), fondos de inversión y bonos del Tesoro, pero exige la desinversión total de acciones individuales antes del inicio del próximo mandato.
En una entrevista concedida el 13 de agosto a Bloomberg Television, Bessent expresó su apoyo a la prohibición de la negociación de acciones individuales.
"Es la credibilidad de la Cámara de Representantes y del Senado lo que se pone en tela de juicio cuando se observan algunos de estos rendimientos espectaculares, ya sea la representante [Nancy] Pelosi, el senador [Ron] Wyden, todos los fondos de cobertura les envidiarían, y el pueblo estadounidense se merece algo mejor que esto".

Trump, en una rueda de prensa celebrada el 30 de julio, comentó el proyecto de ley.
"No lo conozco, pero me gusta conceptualmente y, ya sabes, Nancy Pelosi se hizo rica gracias a información privilegiada. Hizo una fortuna con su marido. Y creo que eso es vergonzoso", dijo el presidente.
"Así que, en ese sentido, me gustaría, pero tendría que verlo realmente. Tendría que, ya sabes, estudiar estas cosas con mucho cuidado, y esto acaba de suceder. Así que le echaré un vistazo. Pero, en teoría, me gusta".
Panorama general del mercado de bonos
Por su parte, los bonos son un componente vital de los mercados financieros.Para financiar nuevas iniciativas, acelerar la expansión, refinanciar pasivos actuales o reforzar su base financiera, las empresas, los gobiernos y otras entidades suelen vender bonos como medio para obtener capital.
Cuando los inversores compran estos bonos, esencialmente prestan dinero al emisor a cambio de pagos periódicos de intereses, fijos o variables, durante el plazo del bono. Al vencimiento, el emisor reembolsa el principal en su totalidad, completando así el ciclo de inversión.
Con un valor aproximado de USD 46 billones, el mercado de bonos de EE. UU. es el más grande del mundo y representa más de un tercio del mercado internacional de bonos.
La volatilidad es la tónica dominante en el mercado de bonos estadounidense este año, impulsada por los planes arancelarios globales de la actual administración y las preocupaciones sobre la política fiscal. Esto es más evidente en los valores del Tesoro, cuyos rendimientos experimentaron fuertes oscilaciones. El rendimiento de referencia a 10 años descendió desde el máximo alcanzado a mediados de enero, pasando del 4,8 al 4,28 por ciento aproximadamente.
"En los últimos meses, la volatilidad no solo disminuyó, sino que prácticamente se derrumbó", afirmó Kristian Kerr, director de estrategia macroeconómica de LPL Financial, en una nota enviada por correo electrónico a The Epoch Times.
Sin embargo, Wall Street podría entrar en una fase de turbulencias de cara al otoño.
"Con la volatilidad ahora en niveles bajos y los mercados entrando en el difícil periodo estacional de agosto a octubre, un periodo históricamente asociado a una mayor incertidumbre, los inversores deben estar preparados para un posible repunte de la volatilidad", afirmó Kerr.
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