NUEVA YORK—Nueva York y Carolina del Norte han comenzado a reabrir las playas que habían estado cerradas debido al huracán Erin, que envió fuertes vientos y olas peligrosas a través de la costa este de Estados Unidos.
Las bandas exteriores de Erin rozaron Carolina del Norte el miércoles, pero la tormenta nunca tocó tierra ni causó daños extensos a la infraestructura, a pesar de tener el doble de tamaño que un huracán promedio. Tras avanzar hacia el norte por el Atlántico, se debilitó a un ciclón postropical el viernes, lejos de tierra.
En los Outer Banks de Carolina del Norte, la Carretera 12 en la Isla Hatteras abrió sus puertas el sábado al mediodía para residentes, propietarios y trabajadores, según el Departamento de Transporte de Carolina del Norte. Todas las restricciones se levantaron a las 5:00 a. m. del domingo.
Los bañistas también pueden nadar de nuevo en el Parque Estatal Jones Beach en Nueva York y pasear en el Parque Estatal Robert Moses, pero aún hay restricciones en otras playas debido a las malas condiciones. Ambas playas estuvieron cerradas el jueves y el viernes.
Los Outer Banks —esencialmente dunas de arena que sobresalen del océano a pocos metros sobre el nivel del mar— son vulnerables a la erosión. Las marejadas ciclónicas pueden atravesarlos, arrastrando toneladas de arena y escombros a las carreteras y, en algunas ocasiones, romper el pavimento y crear nuevas ensenadas. Las dunas sufrieron un duro golpe por el huracán Erin, pero no se produjeron nuevas ensenadas ni daños estructurales significativos en viviendas ni negocios.
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