Algunas organizaciones de trabajadores se pronunciaron tras los posibles cambios en política migratoria para agricultores, anunciados por el presidente Donald J. Trump.
“Los trabajadores que nos alimentan no son criminales. La mayoría lleva décadas aquí. Necesitamos proteger a los trabajadores que ya están aquí, de la persecución en los campos. Si el presidente Trump está al mando, estas redadas contra las granjas cesarán de inmediato”, dice una publicación de la Unión de Trabajadores agrícolas (UFW) en X del 12 de junio.
Las declaraciones de la UFW se dan luego del mensaje del presidente Trump en Truth Social.
“Nuestros agricultores y la gente del sector hotelero y de ocio han estado afirmando que nuestra agresiva política migratoria les está quitando excelentes trabajadores con amplia experiencia, y que esos empleos son casi imposibles de reemplazar”, dijo el presidente.
“En muchos casos, los delincuentes a los que se les permitió entrar a nuestro país gracias a la absurda política de fronteras abiertas de Biden están solicitando esos empleos”, continuó, tras ratificar su propósito de “sacar a los delincuentes de EE. UU.”.
"Debemos proteger a nuestros agricultores (...) ¡Se avecinan cambios!", agregó.
La UFW ya se había pronunciado el 10 de junio sobre el cumplimiento de la ley migratoria federal que involucra a trabajadores agrícolas en condados de California, como Ventura, Kern y Tulare, pidiendo a todos los niveles de gobierno proteger a los trabajadores inmigrantes y a sus familias.
Por su parte, Zippy Duvall, presidente de la Federación Estadounidense de Oficinas Agrícolas, una organización que representa a los agricultores y ganaderos de Estados Unidos, reconoció “el compromiso del presidente Trump de prevenir interrupciones laborales en el suministro de alimentos”, según un comunicado emitido tras las declaraciones de Trump.
“Apreciamos los comentarios del presidente Trump esta tarde reconociendo las contribuciones de los trabajadores agrícolas que desempeñan un papel vital en el cultivo de alimentos en todo Estados Unidos y comprometiéndose a preservar la capacidad de las granjas de proporcionar un suministro de alimentos seguro y protegido”, dijo Duvall.
“Esperamos trabajar con el presidente en soluciones que garanticen la continuidad del suministro de alimentos a corto plazo, y hacemos un llamado al Congreso para que siga el ejemplo del presidente y desarrolle una solución permanente que repare los programas obsoletos y deficientes para los trabajadores agrícolas”, agregó.
Chuck Conner exsecretario de Agricultura, en una entrevista de mayo con The Epoch Times, estimó que al menos un millón de inmigrantes indocumentados trabajan en la agricultura estadounidense, y esa cifra representa al menos el 50 %, si no el 60 %, de la mano de obra agrícola y ganadera.
Agregó que por décadas se han buscado vías legales para estos trabajadores, sin lograr prosperar en el Congreso. Y recordó que Kristi Noem habló ante el gabinete presidencial sobre medidas específicas para que personas avaladas por sus empleadores lleguen a trabajar en la agricultura temporalmente y a su regreso sigan una vía legal.
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