Alfred Brendel, el pianista austriaco de renombre internacional conocido por sus interpretaciones intelectuales de obras clásicas y por una carrera que abarcó más de seis décadas, falleció pacíficamente en su casa de Londres el martes. Tenía 94 años.
Según la BBC, estuvo rodeado de su familia, incluida su pareja, Maria Majno, y sus cuatro hijos, Doris, Adrian, Sophie y Katharina. También le sobreviven su exesposa, Irene, y cuatro nietos.
A menudo descrito como "el músico de los músicos", Brendel era conocido sobre todo por su profundo compromiso con las obras de Beethoven, Mozart, Schubert y Liszt. Además de ser el primer pianista en grabar la obra completa para piano de Beethoven, contribuyó a restablecer la importancia de compositores como Haydn y Schumann en el repertorio moderno.
La carrera de Brendel comenzó de forma modesta. Nacido el 5 de enero de 1931 en Wiesenberg, Moravia, hoy parte de la República Checa, pasó sus primeros años en Austria y la antigua Yugoslavia, ya que su familia siguió los pasos de su padre en los campos de la ingeniería, la hostelería y el cine.
Aunque recibió formación en piano y composición en el Conservatorio de Graz hasta los 16 años, a partir de entonces fue en gran parte autodidacta. «Un profesor puede influir demasiado», decía Brendel. "Al ser autodidacta, aprendí a desconfiar de todo lo que no había descubierto por mí mismo".
Dio su primer recital público en Graz a los 17 años y quedó cuarto en el concurso de piano Concorso Busoni, en Italia, en 1949. Su reputación creció de forma constante y una actuación en Londres en la década de 1970 le ayudó a lanzar su carrera internacional. A partir de entonces, se convirtió en un habitual de los principales escenarios del mundo.
A pesar de su éxito, Brendel se mantuvo humilde con respecto a su trayectoria musical. "No he sido un niño prodigio" declaró a The Guardian en 2000. "No soy bueno leyendo a primera vista, no tengo una memoria fenomenal y no provengo de una familia musical, artística o intelectual. Tenía unos padres que me querían, pero tuve que descubrir las cosas por mí mismo".
Brendel se retiró oficialmente de los escenarios en 2008 en el Musikverein de Viena, interpretando el Concierto para piano n.º 9 de Mozart y un solo de Liszt. El concierto fue posteriormente elegido como uno de los momentos culturales más significativos de la década por The Daily Telegraph. Poco después, sufrió una pérdida auditiva aguda que limitó su capacidad para actuar, pero no su continua implicación en las artes.
Más allá del piano, Brendel fue un prolífico escritor y poeta. Sus libros, entre los que se incluyen Musical Thoughts and Afterthoughts y la colección de poesía One Finger Too Many, reflejaban su ingenio y su amplio intelecto. Su conferencia de 1984 en Cambridge, "¿Tiene que ser la música clásica totalmente seria?", ejemplificaba la mezcla de erudición y humor que caracterizó gran parte de su obra.
A lo largo de su vida recibió numerosos honores, entre ellos varios doctorados honoris causa de instituciones como Oxford, Yale y la Juilliard School, y fue nombrado miembro honorario de la Filarmónica de Viena. En 1989, fue nombrado KBE (Caballero Comandante de la Orden del Imperio Británico).
La influencia de Brendel en el canon clásico fue considerable. Fue mentor de una nueva generación de pianistas, entre los que se encuentran Paul Lewis, Imogen Cooper y Kit Armstrong, y siguió activo en la docencia y la enseñanza hasta sus últimos años.
"Alfred Brendel fue mi guía, mentor y fuente inagotable de inspiración durante más de 30 años, y su fallecimiento supone una enorme pérdida no solo para la música, sino también a nivel personal para aquellos de nosotros que tuvimos la suerte de ser guiados y conmovidos por su sabiduría y perspicacia, que compartió con tanta generosidad y desinterés", dijo Lewis a The Guardian.
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo clic aquí
