Mientras Washington y Beijing siguen enzarzados en una guerra arancelaria de alto riesgo, una fuente interna afirma que los funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh) están dispuestos a entablar un conflicto a largo plazo con Estados Unidos.
Según esta fuente, Cai Qi, aliado cercano del líder chino Xi Jinping, afirmó en una reunión de alto nivel del PCCh para evaluar la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China que la población china debe soportar la tensión económica resultante, incluso si esto causa un sufrimiento similar al de la Gran Hambruna de 1959 a 1961, que causó la muerte de unos 40 millones de personas en las zonas rurales de China.
Después de que Washington impusiera aranceles de represalia, ambas partes acordaron el 12 de mayo reducir los aranceles durante 90 días para permitir las negociaciones. Mientras tanto, los funcionarios del PCCh se comprometieron a "luchar hasta el final" y han hecho referencias a la retórica bélica sobre el logro de la "victoria total".
El disidente chino afincado en Australia y antiguo profesor de Derecho en la Universidad de Beijing, Yuan Hongbing, declaró a The Epoch Times que Xi ha ordenado a los funcionarios del PCCh que vuelvan a estudiar la conferencia de Mao Zedong de 1938 "Sobre la guerra prolongada" como marco para responder a los aranceles estadounidenses. Yuan citó su información de una fuente bien situada cuya familia pertenece a la llamada clase de los "príncipes" del PCCh, la segunda generación de los fundadores de la China comunista.
La conferencia de Mao en aquel momento hacía hincapié en que no habría una victoria rápida contra la invasión japonesa y que China debía confiar en una lucha prolongada y en la movilización de toda la población.
La estrategia general de Xi para contrarrestar los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos incluye la reducción selectiva de los aranceles sobre determinados productos estadounidenses para aliviar la presión económica interna, al tiempo que se mantiene una postura de confrontación y se intenta sembrar la discordia dentro de la sociedad estadounidense, según Yuan.
Según la fuente de Yuan, Cai Qi dijo que el régimen sobrevivió a la "catástrofe económica" de la Gran Hambruna y se refirió a su causa como "tres años de desastres naturales".
La hambruna fue una consecuencia directa del Gran Salto Adelante de Mao, una campaña económica radical y agresiva llevada a cabo por el nuevo sistema de planificación centralizada del PCCh.
Durante esos tres años, los campesinos hambrientos recurrieron a comer hojas, corteza de árboles y hierba para aliviar su hambre.
Antes de la reciente pausa en los aranceles estadounidenses, China estaba empezando a sentir su impacto. Los datos de la empresa de cadena de suministro Flexport muestran que, en las tres semanas siguientes al inicio de los aranceles de hasta el 145 por ciento sobre China, las reservas de contenedores marítimos de China a Estados Unidos se desplomaron un 60 por ciento.
En una rueda de prensa en la Casa Blanca el 29 de abril, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, afirmó que China podría perder hasta 10 millones de puestos de trabajo "muy rápidamente" si se mantuvieran los aranceles del 145 por ciento.
Cai Qi, uno de los principales asesores de Xi desde 2022, es conocido por defender la lealtad absoluta a Xi y respaldar su condición de autoridad suprema.
Cai también fue criticado durante mucho tiempo por sus políticas. A finales de 2017, mientras ocupaba el cargo de alcalde de Beijing, puso en marcha una campaña de desalojos a gran escala dirigida a los residentes de la denominada "población de bajo nivel", principalmente trabajadores migrantes nacionales, tras un incendio mortal en el distrito de Daxing en el que murieron 19 personas, entre ellas 17 migrantes.
La ciudad puso en marcha una operación de 40 días para demoler las estructuras consideradas inseguras, lo que desplazó a decenas de miles de trabajadores migrantes. A muchos solo se les dio unas horas o unos días para desalojar sus viviendas, con amenazas de cortarles el agua y la electricidad si no cumplían. Los desalojos se llevaron a cabo durante el duro invierno de Beijing, con temperaturas cercanas a los cero grados, lo que dejó a muchas personas sin refugio, electricidad ni calefacción.
Yuan afirmó que el plan del PCCh de prolongar la guerra arancelaria sin importar el costo podría ser contraproducente.
"La situación en China cambió drásticamente", afirmó. "El pueblo chino ya no está tan aislado como en la década de 1950. La gente está más informada y consciente. El PCCh no puede seguir manipulando al público de la misma manera".
Con información de ing Haizhong y Luo Ya.
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